Enarsa y Dolphin podrían quedarse con Esso, si Petrobrás y PDVSA comprasen las otras filiales regionales

El banco de inversión contratado por Exxon Mobil que estudia las ofertas en Argentina dio dos semanas más para ver si avanzan las negociaciones entre las petroleras estatales de los tres países por los activos de Esso en el Mercosur.

2 octubre, 2007

El JP Morgan postergó para dentro de dos lunes el plazo que dispone para
evaluar a los oferentes por la red de estaciones de servicio y la refinería
de Esso, ya que comparten el interés por la compra del paquete las petroleras
estatales de Brasil, Venezuela y Argentina.

Aunque en principio no conformaba a la Exxon Mobil las aspiraciones manifestadas
desde Enarsa y Petróleos de Venezuela S.A., por un problema de integración
de capital y garantías, el hecho que la concreción de la venta
dependa del Estado argentino, por cuestiones vinculadas a la competencia, obligó
a “barajar y dar de nuevo” en la negociación.

También la contrariedad manifiesta demostrada por el gobierno brasileño,
inminente anfitrión de Cristina Kirchner en medio de la campaña,
por entender que Petrobrás había sido a priori relegada precisamente
por la Comisión de Defensa de la Competencia,incorporó un ingrediente
no menos influyente a la compleja operación.

Exxon no ocultaba que, entre los postulantes, Petrobrás sería
el comprador predilecto de la filial argentina, debido a que reúne requisitos
que no tienen las otras dos compañías estatales.

A pesar de que la administración kirchnerista sumó en la disputa
a Enarsa con el grupo Dolphin, de Marcelo Mindlin, el círculo con Pdvsa
no termina de cerrar ni financiera ni políticamente.

La propuesta en borrador que se maneja en Planalto es que Petrobrás
se sume a un pool con Enarsa y Pdvsa, no sólo para encarar la adquisición
de la Esso en la Argentina, sino para otros emprendimientos en el continente,
como por ejemplo en Bolivia.

Fue la promesa hecha por Kirchner a Evo Morales: que conseguiría inversores
para extraer gas en Bolivia. La Argentina tiene un contrato de abastecimiento
por 7,7 millones de metros cúbicos diarios de gas, pero viene recibiendo
menos de 5 millones. Es porque Brasil, el principal cliente boliviano, demanda
todo y a veces más de lo que tiene contratado, 30 millones.

Según el convenio que firmaran ambos presidentes, Bolivia debería
enviarle a la Argentina, a fines de 2009, 16 millones de metros cúbicos
diarios, tres veces más que lo actual. El contrato da prioridad a Brasil
y el mercado interno boliviano: la Argentina está en tercer lugar. Y
para colmo a partir del alza del petróleo el costo subirá 18 %.

A fines de agosto pasado, en plena crisis energética argentina, Bolivia
anunció que disminuiría los envíos de gas y suspendería
temporalmente las entregas a Cuiabá, Brasil. Debía cumplir con
los volúmenes que exige Petrobrás para San Pablo. Sucede que Bolivia
produce 40 millones y destina a su mercado interno 6 millones; Brasil tiene
contratados 30 millones y a veces pide más, y la Argentina, 7,7 millones.
Resultado: hay un déficit de casi 4 millones.

Pero hace un par de meses, el ministro de Planificación, Julio De Vido,
se hacía ilusiones con el plan Energía Total, un subsidio oficial
para las fábricas que usan gasoil en lugar de gas, que permitiría
ahorrar 5,8 millones de m3, con el cual se les podría dar más
gas a las usinas y sumar 800 megavatios al parque generador. Esos 800 MW equivalen,
por ejemplo, al consumo de luz de la ciudad de Córdoba.

Algunos creen que, como la región del Comahue sigue en sequía,
en los próximos meses, con el calor, volverán los cortes diarios
de luz a las empresas. Otros lo niegan y dicen que las restricciones energéticas
tenderán a aliviarse en los próximos meses porque el crecimiento
industrial está decreciendo.

Energía continental

El objetivo del gobierno de Lula es dejarle en claro a la candidata durante
la visita que Petrobrás quiere participar de la venta de los activos
de Esso en la Argentina, que es parte de una reorganización en el continente,
que también la llevaría a desprenderse de sus filiales en Brasil,
Paraguay y Uruguay.

El plazo para presentar las ofertas por las casi 100 estaciones de servicio
propias, los contratos de bandera con otras 400 y la moderna refinería
que tiene en Campana cerró el lunes pasado.

Según trascendió, el banco de inversión JP Morgan habría
recibido al menos dos ofertas, una de Petrobrás y la otra de su ex socia
en Transener, el fondo de inversión Dolphin.

Precisamente fue en Transener donde Petrobrás cedió a una condición
del gobierno nacional, ya que la compra de Pecom, en 2002, la obligaba a vender
su parte en la distribuidora de electricidad. Petrobrás estiró
ese plazo durante años y, finalmente, en junio negoció la venta
al fondo de inversión estadounidense Eton Park.

Como en aquella oportunidad, cuando el Ministerio de Planificación a
cargo de Julio De Vido recomendó que esas acciones fueran vendidas a
una sociedad entre la estatal Enarsa y la privada Electroingeniería,
ahora desde la misma cartera hicieron saber su malestar ante la posibilidad
de que la estatal brasileña sea uno de los candidatos por Esso. Coincidentemente,
la Secretaría de Medio Ambiente clausuró sectores de una planta
de Petrobrás en Dock Sud.

Nueva ronda

La prórroga otorgaría margen a Petrobrás y Pdvsa para
acordar una oferta regional que incluya las operaciones del resto del Mercosur,
en cuyo caso podría sumarse Enarsa, para la Argentina.

La presencia de Enarsa, en ese caso, sería posible si comprara Pdvsa
y le cediera una parte para cumplir con el fallo adverso de la Comisión
Nacional de Defensa de la Competencia. O si contara con la aceptación
de las estatales brasileña y venezolana para quedarse, junto con Dolphin
como socio local, con Esso.

La puesta en marcha de Enarsa es la asignatura pendiente del ministro de Planificación
Federal, en su intento por retomar el control de la energía tras la ola
privatizadora de los ´90. Primero empujó fuera de la frontera a
Suez y a Electricité de France y presiona a Repsol YPF, a Esso y a Shell.

Antes, la empresa norteamericana Sempra Energy se había despojado de
activos en dos distribuidoras de gas natural en la Argentina: Camuzzi Gas Pampeana
y Camuzzi Gas del Sur, a fines de diciembre de 2006. Tenía 43,6% de una
sociedad (Sodigas) que, a su vez, posee 86% de las acciones de Camuzzi Gas Pampeana
y 90% de Camuzzi Gas del Sur.

Desde ese entonces, Sempra alegó que la Argentina violó las normas
de privatización cuando abandonó la convertibilidad y congeló
las tarifas de los servicios públicos privatizados.

“[La decisión de salir de la Argentina] es parte de nuestra estrategia
de deshacernos de activos no estratégicos y concentrarnos en incrementar
nuestros negocios de infraestructura de gas natural y marketing, así
como nuestros servicios, en California”, afirmó en 2006 el presidente
de Sempra, Donald Felsinger. La compañía posee la Southern California
Gas y la San Diego Gas & Electric. Acaba de ganarle un juicio a la Argentina
ante Ciadi.

Además de la salida a la venta de Esso, la política de De Vido
abrió el camino a un grupo empresarial vinculado a la Casa Rosada, conducido
por el banquero Enrique Eskenazi, para concretar la compra de 25% de YPF, la
filial argentina de la española Repsol.

La operación podría celebrarse en el primer trimestre del año
que viene, según estableció en Madrid Antonio Brufau, presidente
de la petrolera, durante un encuentro con representantes de la Asociación
de Periodistas de Información Económica de España.

El ejecutivo precisó que el interés de tener un socio local es
que “facilita las operaciones en el terreno. Las sensibilidades locales
se cumplen mejor si tienes socios locales”.

Las conversaciones entre Repsol y Eskenazi se habían enfriado hace dos
semanas, pero parece que ahora marchan viento en popa.

Biocombustibles

El millonario húngaro estadounidense George Soros producirá biocombustibles
por US$ 400 millones y energía eléctrica en el país a través
de su controlada Adeco Agro.

Al menos esto se confirmó luego de una publicación en el Boletín
Oficial el vienes pasado. Los proyectos de producción de biocombustibles
y generación de energía eléctrica ya están confirmados.

“Invertiremos entre US$ 300 millones y US$ 400 millones en el país
en el sector de biocombustibles”, confirmó para el diario un ejecutivo
de la firma Adeco Agro.

De Vido recorrió las obras junto con Matthias Kleinhempel (Siemens,
constructora de las turbinas), y el contratista de las obras civiles, Gerardo
Ferreyra (Electroingeniería, una empresa privilegiada por la gestión
De Vido), y Roberto Baratta, subsecretario de Coordinación del Ministerio
de Planificación.

Dow

Según adelanta de manera exclusiva esta mañana el diario El Cronista,
la petroquímica Dow está manteniendo negociaciones con varias
petroleras para concretar el ingreso en esa clase de proyectos. Entre ellas,
Pan American Energy (PAE), la segunda productora del país, detrás
de Repsol YPF; Apache, la compañía que entró de lleno al
negocio petrolero local el año pasado, tras la compra de activos de Pioneer;
y Pluspetrol, una petrolera de capitales argentinos.

“Estamos evaluando alternativas para conformar sociedades con petroleras
y aportar inversión. A cambio, no queremos participar de las ganancias,
sino que nos den la parte que nos correspondería en gas”, explicó
Rolando Meninato, gerente general de la compañía.

A raíz de la falta de gas durante el invierno pasado, Dow perdió
casi a la mitad de la producción de su planta en el Polo Petroquímico
de Bahía Blanca, en especial durante junio, julio y agosto. En tanto,
en su fábrica de San Lorenzo, en Santa Fe, no tuvo esos inconvenientes.

La producción de su planta bahiense es de 650.000 toneladas al año
de polietileno. Pero la gerencia local de la compañía aspira a
estirar ese número en más de 50%, hasta los 1,2 millones, que
demandarían una inversión cercana a los US$ 400 millones. El elemento
clave para destrabar esa decisión es el suministro de gas.

El JP Morgan postergó para dentro de dos lunes el plazo que dispone para
evaluar a los oferentes por la red de estaciones de servicio y la refinería
de Esso, ya que comparten el interés por la compra del paquete las petroleras
estatales de Brasil, Venezuela y Argentina.

Aunque en principio no conformaba a la Exxon Mobil las aspiraciones manifestadas
desde Enarsa y Petróleos de Venezuela S.A., por un problema de integración
de capital y garantías, el hecho que la concreción de la venta
dependa del Estado argentino, por cuestiones vinculadas a la competencia, obligó
a “barajar y dar de nuevo” en la negociación.

También la contrariedad manifiesta demostrada por el gobierno brasileño,
inminente anfitrión de Cristina Kirchner en medio de la campaña,
por entender que Petrobrás había sido a priori relegada precisamente
por la Comisión de Defensa de la Competencia,incorporó un ingrediente
no menos influyente a la compleja operación.

Exxon no ocultaba que, entre los postulantes, Petrobrás sería
el comprador predilecto de la filial argentina, debido a que reúne requisitos
que no tienen las otras dos compañías estatales.

A pesar de que la administración kirchnerista sumó en la disputa
a Enarsa con el grupo Dolphin, de Marcelo Mindlin, el círculo con Pdvsa
no termina de cerrar ni financiera ni políticamente.

La propuesta en borrador que se maneja en Planalto es que Petrobrás
se sume a un pool con Enarsa y Pdvsa, no sólo para encarar la adquisición
de la Esso en la Argentina, sino para otros emprendimientos en el continente,
como por ejemplo en Bolivia.

Fue la promesa hecha por Kirchner a Evo Morales: que conseguiría inversores
para extraer gas en Bolivia. La Argentina tiene un contrato de abastecimiento
por 7,7 millones de metros cúbicos diarios de gas, pero viene recibiendo
menos de 5 millones. Es porque Brasil, el principal cliente boliviano, demanda
todo y a veces más de lo que tiene contratado, 30 millones.

Según el convenio que firmaran ambos presidentes, Bolivia debería
enviarle a la Argentina, a fines de 2009, 16 millones de metros cúbicos
diarios, tres veces más que lo actual. El contrato da prioridad a Brasil
y el mercado interno boliviano: la Argentina está en tercer lugar. Y
para colmo a partir del alza del petróleo el costo subirá 18 %.

A fines de agosto pasado, en plena crisis energética argentina, Bolivia
anunció que disminuiría los envíos de gas y suspendería
temporalmente las entregas a Cuiabá, Brasil. Debía cumplir con
los volúmenes que exige Petrobrás para San Pablo. Sucede que Bolivia
produce 40 millones y destina a su mercado interno 6 millones; Brasil tiene
contratados 30 millones y a veces pide más, y la Argentina, 7,7 millones.
Resultado: hay un déficit de casi 4 millones.

Pero hace un par de meses, el ministro de Planificación, Julio De Vido,
se hacía ilusiones con el plan Energía Total, un subsidio oficial
para las fábricas que usan gasoil en lugar de gas, que permitiría
ahorrar 5,8 millones de m3, con el cual se les podría dar más
gas a las usinas y sumar 800 megavatios al parque generador. Esos 800 MW equivalen,
por ejemplo, al consumo de luz de la ciudad de Córdoba.

Algunos creen que, como la región del Comahue sigue en sequía,
en los próximos meses, con el calor, volverán los cortes diarios
de luz a las empresas. Otros lo niegan y dicen que las restricciones energéticas
tenderán a aliviarse en los próximos meses porque el crecimiento
industrial está decreciendo.

Energía continental

El objetivo del gobierno de Lula es dejarle en claro a la candidata durante
la visita que Petrobrás quiere participar de la venta de los activos
de Esso en la Argentina, que es parte de una reorganización en el continente,
que también la llevaría a desprenderse de sus filiales en Brasil,
Paraguay y Uruguay.

El plazo para presentar las ofertas por las casi 100 estaciones de servicio
propias, los contratos de bandera con otras 400 y la moderna refinería
que tiene en Campana cerró el lunes pasado.

Según trascendió, el banco de inversión JP Morgan habría
recibido al menos dos ofertas, una de Petrobrás y la otra de su ex socia
en Transener, el fondo de inversión Dolphin.

Precisamente fue en Transener donde Petrobrás cedió a una condición
del gobierno nacional, ya que la compra de Pecom, en 2002, la obligaba a vender
su parte en la distribuidora de electricidad. Petrobrás estiró
ese plazo durante años y, finalmente, en junio negoció la venta
al fondo de inversión estadounidense Eton Park.

Como en aquella oportunidad, cuando el Ministerio de Planificación a
cargo de Julio De Vido recomendó que esas acciones fueran vendidas a
una sociedad entre la estatal Enarsa y la privada Electroingeniería,
ahora desde la misma cartera hicieron saber su malestar ante la posibilidad
de que la estatal brasileña sea uno de los candidatos por Esso. Coincidentemente,
la Secretaría de Medio Ambiente clausuró sectores de una planta
de Petrobrás en Dock Sud.

Nueva ronda

La prórroga otorgaría margen a Petrobrás y Pdvsa para
acordar una oferta regional que incluya las operaciones del resto del Mercosur,
en cuyo caso podría sumarse Enarsa, para la Argentina.

La presencia de Enarsa, en ese caso, sería posible si comprara Pdvsa
y le cediera una parte para cumplir con el fallo adverso de la Comisión
Nacional de Defensa de la Competencia. O si contara con la aceptación
de las estatales brasileña y venezolana para quedarse, junto con Dolphin
como socio local, con Esso.

La puesta en marcha de Enarsa es la asignatura pendiente del ministro de Planificación
Federal, en su intento por retomar el control de la energía tras la ola
privatizadora de los ´90. Primero empujó fuera de la frontera a
Suez y a Electricité de France y presiona a Repsol YPF, a Esso y a Shell.

Antes, la empresa norteamericana Sempra Energy se había despojado de
activos en dos distribuidoras de gas natural en la Argentina: Camuzzi Gas Pampeana
y Camuzzi Gas del Sur, a fines de diciembre de 2006. Tenía 43,6% de una
sociedad (Sodigas) que, a su vez, posee 86% de las acciones de Camuzzi Gas Pampeana
y 90% de Camuzzi Gas del Sur.

Desde ese entonces, Sempra alegó que la Argentina violó las normas
de privatización cuando abandonó la convertibilidad y congeló
las tarifas de los servicios públicos privatizados.

“[La decisión de salir de la Argentina] es parte de nuestra estrategia
de deshacernos de activos no estratégicos y concentrarnos en incrementar
nuestros negocios de infraestructura de gas natural y marketing, así
como nuestros servicios, en California”, afirmó en 2006 el presidente
de Sempra, Donald Felsinger. La compañía posee la Southern California
Gas y la San Diego Gas & Electric. Acaba de ganarle un juicio a la Argentina
ante Ciadi.

Además de la salida a la venta de Esso, la política de De Vido
abrió el camino a un grupo empresarial vinculado a la Casa Rosada, conducido
por el banquero Enrique Eskenazi, para concretar la compra de 25% de YPF, la
filial argentina de la española Repsol.

La operación podría celebrarse en el primer trimestre del año
que viene, según estableció en Madrid Antonio Brufau, presidente
de la petrolera, durante un encuentro con representantes de la Asociación
de Periodistas de Información Económica de España.

El ejecutivo precisó que el interés de tener un socio local es
que “facilita las operaciones en el terreno. Las sensibilidades locales
se cumplen mejor si tienes socios locales”.

Las conversaciones entre Repsol y Eskenazi se habían enfriado hace dos
semanas, pero parece que ahora marchan viento en popa.

Biocombustibles

El millonario húngaro estadounidense George Soros producirá biocombustibles
por US$ 400 millones y energía eléctrica en el país a través
de su controlada Adeco Agro.

Al menos esto se confirmó luego de una publicación en el Boletín
Oficial el vienes pasado. Los proyectos de producción de biocombustibles
y generación de energía eléctrica ya están confirmados.

“Invertiremos entre US$ 300 millones y US$ 400 millones en el país
en el sector de biocombustibles”, confirmó para el diario un ejecutivo
de la firma Adeco Agro.

De Vido recorrió las obras junto con Matthias Kleinhempel (Siemens,
constructora de las turbinas), y el contratista de las obras civiles, Gerardo
Ferreyra (Electroingeniería, una empresa privilegiada por la gestión
De Vido), y Roberto Baratta, subsecretario de Coordinación del Ministerio
de Planificación.

Dow

Según adelanta de manera exclusiva esta mañana el diario El Cronista,
la petroquímica Dow está manteniendo negociaciones con varias
petroleras para concretar el ingreso en esa clase de proyectos. Entre ellas,
Pan American Energy (PAE), la segunda productora del país, detrás
de Repsol YPF; Apache, la compañía que entró de lleno al
negocio petrolero local el año pasado, tras la compra de activos de Pioneer;
y Pluspetrol, una petrolera de capitales argentinos.

“Estamos evaluando alternativas para conformar sociedades con petroleras
y aportar inversión. A cambio, no queremos participar de las ganancias,
sino que nos den la parte que nos correspondería en gas”, explicó
Rolando Meninato, gerente general de la compañía.

A raíz de la falta de gas durante el invierno pasado, Dow perdió
casi a la mitad de la producción de su planta en el Polo Petroquímico
de Bahía Blanca, en especial durante junio, julio y agosto. En tanto,
en su fábrica de San Lorenzo, en Santa Fe, no tuvo esos inconvenientes.

La producción de su planta bahiense es de 650.000 toneladas al año
de polietileno. Pero la gerencia local de la compañía aspira a
estirar ese número en más de 50%, hasta los 1,2 millones, que
demandarían una inversión cercana a los US$ 400 millones. El elemento
clave para destrabar esa decisión es el suministro de gas.

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