<p>El copamiento de esa ciudad marca, según analistas británicos y libaneses, la transformación del conflicto social en guerra civil lisa y llana. Por si hiciera falta, una decisión de Estados Unidos subraya el fenómeno: se ayudará a la revuelta mediante una novedosa herramienta, la“Internet portátil”.<br />
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Un grupo de apenas cuatro personas, cerca de la Casa Blanca, ha creado una red de acción psicológica dirigida por Sasha Meinrath, Joshua King, Thomas Gideon y Daniel Meredith. Su instrumento, también llamado “Internet en la sombra” es un sistema capaz de operar una red ajena a la formal u oficial de cualquier gobierno. <br />
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Su objeto: poner datos claves a disposición de activistas y opositores sirios que enfrentan al régimen represivo, burlando la censura o los bloqueos en el ciberespacio.<br />
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La “banda de la calle L”, como se la conoce en el departamento de estado, acaba de ser revelada al público vía el New York Times. Para azoro de los propios medios, el entero proyecto comprende varias unidades del mismo tipo, orientadas a otros países en guerra civil o dominados por gobiernos dictatoriales.<br />
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Volviendo a Dyisr al-Shugur, los móviles de Bashar al-Asad para elegirla son claros. Primero, ahí fueron masacrados días atrás 120 policías y militares que se negaban a disparar sobre gente desarmada. Segundo, es el mayor canal de huida hacia los campos de refugiados en territorio turco. Los demás puntos son menos fáciles (Líbano, Jordania) o están en el desierto sirio (Irak). <br />
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La acción de Maher, el cruel hermano menor de Bashar, implica doscientos tanques y blindados para tomar una población de apenas 40.000 habitantes. Pero la estratégica autorruta Alepo-Latakia cruza el perímetro y, a causa de los excesos represivos, es por el momento el principal foco de resistencia. De paso, centra la atención de los medios internacionales apostados justo tras la frontera turca.</p>
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En Siria hay guerra civil sin atenuantes
En una situación embarazosa para Occidente y la Liga Árabe, los blindados de Maher al-Assad ocuparon Dyisr al-Shugur, un foco de insurrección en la provincia de Itlib y sobre la frontera con Turquía, país donde hay más de seis mil refugiados.