En México hay tres guerras y todas perjudican a la gente
La segunda economía de Latinoamérica siempre ha sido violenta. Pero, en los últimos años, la seguridad se ha hecho trizas. En muchas ciudades y áreas rurales la vida vale muy poco y, día a día, se libran verdaderas batallas con armas avanzadas.
19 febrero, 2009
<p>A propósito, hace una semana la policía fue atacada directamente en los estados de Durango y Michoacán. Poco después, hubo un enfrentamiento con un cartel en Reynosa, sobre la frontera con Estados Unidos. Un grupo armado se tiroteó con federales, munido de granadas de mano y a propulsión. Cayeron cinco y fueron heridos varios más, policías, soldados y civiles. Se confiscaron un mortero de 60 milímetros, granadas de fragmentación, etc. <br />
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Sin la menor duda, este país con casi 110 millones de habitantes en 2.000.000 de km2 vive una guerra. Pero, como sostiene el boletín de Stratfor (“<em>think tank</em>” allegado a la CIA y el Pentágono), “de hecho son tres guerras convergentes. Una, entre carteles del narcotráfico por el control de plazas para comerciar. La segunda es entre los carteles y el gobierno mexicano. <br />
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La naturaleza de la tercera la torna menos visible pero más cruel. La libran contra la población criminales y delincuentes no siempre vinculados a carteles. A diferencia de las otras dos, cuyos objetivos primarios son traficantes o fuerzas gubernamentales, la tercera implica civiles como presas favoritas.<br />
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Hay en México muchos tipos de bandas delictivas. Un grupo se vincula al narcotráfico, otro se compone de policías activos o en retiro y tiene conexiones con funcionarios en varios niveles. Suelen centrarse en civiles y los victimizan vía asaltos, robo de automotores, extorsión, fraude y, en esencia, secuestros. Esta modalidad causa daños físicos o psicológicos, pero raras veces se la denuncia. La consiguiente escasez de datos no impide señalar a México como un emporio mundial del secuestro.<br />
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Las bandas son por lo común menos profesionales y suelen retener la víctima sólo el tiempo necesario para reventar sus tarjetas de crédito o cobrar rescates por algunos miles de dólares. Se trata de “secuestros express”, término frecuente también en Colombia o Argentina. Si las cosas se complican, se liquida a la víctima o, en caso de ricos, se los “vende” a bandas mas profesionales. </p>
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