En Marruecos, Mohammed VI decide las reformas

No tiene el carisma ni el oportunismo del padre o el abuelo. Por el contrario, muestra apego a las cosas concretas, no a ilusiones, como tantos autócratas narcisistas del mundo árabe. Sea como fuere, acaba de presentar un programa de reformas.

22 junio, 2011

<p>Luego de exponer los lineamientos del proyecto, anunci&oacute; que ser&aacute; sometido a plebiscito general. En suma, el rey ha resuelto poner en pr&aacute;ctica algo que ven&iacute;a prometiendo desde marzo. Vale decir, cuando T&uacute;nez y Egipto ve&iacute;an caer sus presidentes vitalicios. Sin llegar a la rep&uacute;blica olig&aacute;rquica &ndash;forma com&uacute;n en el Maghreb-, Moh&aacute;mmed VI busca transformarse de monarca por derecho divino (estilo Om&aacute;n o Saudiarabia) en rey constitucional seg&uacute;n el modelo jordano.<br />
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Habr&aacute; por ende libertad para formar partidos pol&iacute;ticos y divisi&oacute;n de poderes. En esencia, surgir&aacute; un poder judicial aut&oacute;nomo. Asimismo, se garantizar&aacute;n los derechos femeninos y de las minor&iacute;as, particularmente religiosas y &eacute;tnicas (en Marruecos las hay shiitas y de lengua kabila).<br />
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El sult&aacute;n ya ha logrado el apoyo de Francia, Espa&ntilde;a e Italia. Obviamente, las manifestaciones juveniles de abril y mayo tuvieron notorio papel de este cambio de vientos. Como el sult&aacute;n oman&iacute; y el rey de Jordania, Mohammed VI reivindica descendencia del Profeta, en su caso por l&iacute;nea femenina. Ahora parece seguir el camino de Abdull&aacute; II y abandonar&aacute; el t&iacute;tulo de califa, o sea la intangibilidad de su persona.<br />
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Pero el proceso no ser&aacute; f&aacute;cil. Gracias a las ambiciones territoriales de su padre Mohammed V, la corona todav&iacute;a afronta un espinoso problema geopol&iacute;tico creado cu&aacute;ndo aqu&eacute;l invadi&oacute; el Sahara occidental en 1975. Hartos de guerrillas, los espa&ntilde;oles se fueron ese mismo a&ntilde;o y Naciones Unidas complic&oacute; m&aacute;s la escena involucrando a los dos vecinos, Argelia y Mauritania. Tiempo despu&eacute;s, &eacute;sta se retir&oacute;. Por ende, Marruecos, Argelia y los saharaw&iacute;es &ndash;que hablan castellano- siguen chocando espor&aacute;dicamente. Queda por verse c&oacute;mo un monarca reformista encara este dilema.</p>
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