El ambiente del Foro Económico Mundial, reunido en Davos (Suiza), mostró una faz benigna para la Argentina, a punto tal que varios funcionarios financieros internacionales, economistas y empresarios argentinos y extranjeros consideraron que están dadas las condiciones para que el país reanude su crecimiento económico.
El segundo en la escala jerárquica del Fondo Monetario Internacional, Stanley Fisher, quien dijo que Estados Unidos sufrirá un aletargamiento en su proceso de crecimiento económico y que se recuperaría en el segundo semestre, para aumentar hasta 3,5%, elogió la estrategia argentina para salir de la crisis y aseguró que a su juicio estaba surgiendo del bache sufrido en 2000.
Guillermo de la Deheza, vicepresidente de Goldman Sachs para Europa, declaró que es un buen momento para invertir en la Argentina y que su visión del país era muchos más positiva que meses atrás.
Sin embargo, se hizo intérprete de una preocupación que transitaba por los pasillos del Foro, al decir que los inversores no han logrado despojarse todavía de algunas dudas; en particular sienten inquietud por cómo encarará la clase política sus deberes pendientes, en vista de la proximidad de las elecciones de octubre próximo.
Sergio Rial, director del banco internacional ABM Amro destacó aspectos primordiales: el crecimiento brasileño tonificará la economía argentina y la caída de las tasas de interés en Estados Unidos disminuirá la presión sobre la deuda externa y permitirá el descenso de las tasas internas y el previsto aumento de las exportaciones; particularmente en lo referente a recuperar el mercado europeo.
Particular interés suscitó Joseph Stiglitz, ex economista jefe del Banco Mundial, quien reivindicó el papel jugado por la Argentina, a punto tal de que el país habría hecho cambiar los enfoques de los dirigentes del FMI, porque sufrió una crisis financiera a pesar de que aplicó prolijamente las recetas del FMI.
Stiglitz, una voz heterodoxa en el ambiente de la organizaciones internacionales, sostuvo que el caso argentino hizo que en el Foro debiera admitirse la existencia de una crisis sistémica del mundo financiero.
La cautela con que se manifestaron algunos empresarios multinacionales parece consecuencia de compartir, al menos en parte, las aseveraciones de Stiglitz; aunque reconocen la mejoría, su optimismo, por el momento, no llega a anunciar nuevas inversiones de importancia en la Argentina.
El presidente mundial de Renault, Louis Schweitzer, opinó que el mercado automotor argentino se encuentra en una profunda recesión, mientras el del Brasil se está recuperando, aunque expresó que en la visión estratégica de la firma francesa, el Mercosur seguirá su marcha.
Schweitzer es considerado vocero autorizado de los sectores europeos que critican la política de globalización, en función del excesivo protagonismo jugado hasta el momento por los Estados Unidos y por los intereses financieros que promueve.
En el seminario en que se debatieron los problemas vinculados con la política de globalización, se oyeron varias voces autorizadas que expresaron su preocupación por la coyuntura mundial:
1. El presidente del Banco Mundial James Wolfensohn admitió que era preciso tomar en cuenta la angustia que provocan los cambios mundiales en la sociedad.
2. Carleton Fiorina, presidente de Hewlett Pachard, manifestó que era hora de substituir los debates por acciones concretas que incorporen las inquietudes de la población.
3. Henry Paulson Jr, CEO de Goldmang Sachs, informó que en su compañía un gran contingente de empleados trabajan en proyectos de ayuda social a los sectores más desfavorecidos.
4. Mike Moore, líder de la Organización Mundial de Comercio , recordó las peripecias vividas por los asistentes a la reunión de Seattle en diciembre de 1999, cuando fuero sitiados por millares de manifestantes opuestos a los efectos de la globalización.
5. Los ex secretarios de la OMC, Peter Sutherland y Renato Ruggiero, reconocieron, a su vez, que el comercio mundial, tal como está planteado, beneficia a los más ricos y perjudica a los más pobres.
El ambiente del Foro Económico Mundial, reunido en Davos (Suiza), mostró una faz benigna para la Argentina, a punto tal que varios funcionarios financieros internacionales, economistas y empresarios argentinos y extranjeros consideraron que están dadas las condiciones para que el país reanude su crecimiento económico.
El segundo en la escala jerárquica del Fondo Monetario Internacional, Stanley Fisher, quien dijo que Estados Unidos sufrirá un aletargamiento en su proceso de crecimiento económico y que se recuperaría en el segundo semestre, para aumentar hasta 3,5%, elogió la estrategia argentina para salir de la crisis y aseguró que a su juicio estaba surgiendo del bache sufrido en 2000.
Guillermo de la Deheza, vicepresidente de Goldman Sachs para Europa, declaró que es un buen momento para invertir en la Argentina y que su visión del país era muchos más positiva que meses atrás.
Sin embargo, se hizo intérprete de una preocupación que transitaba por los pasillos del Foro, al decir que los inversores no han logrado despojarse todavía de algunas dudas; en particular sienten inquietud por cómo encarará la clase política sus deberes pendientes, en vista de la proximidad de las elecciones de octubre próximo.
Sergio Rial, director del banco internacional ABM Amro destacó aspectos primordiales: el crecimiento brasileño tonificará la economía argentina y la caída de las tasas de interés en Estados Unidos disminuirá la presión sobre la deuda externa y permitirá el descenso de las tasas internas y el previsto aumento de las exportaciones; particularmente en lo referente a recuperar el mercado europeo.
Particular interés suscitó Joseph Stiglitz, ex economista jefe del Banco Mundial, quien reivindicó el papel jugado por la Argentina, a punto tal de que el país habría hecho cambiar los enfoques de los dirigentes del FMI, porque sufrió una crisis financiera a pesar de que aplicó prolijamente las recetas del FMI.
Stiglitz, una voz heterodoxa en el ambiente de la organizaciones internacionales, sostuvo que el caso argentino hizo que en el Foro debiera admitirse la existencia de una crisis sistémica del mundo financiero.
La cautela con que se manifestaron algunos empresarios multinacionales parece consecuencia de compartir, al menos en parte, las aseveraciones de Stiglitz; aunque reconocen la mejoría, su optimismo, por el momento, no llega a anunciar nuevas inversiones de importancia en la Argentina.
El presidente mundial de Renault, Louis Schweitzer, opinó que el mercado automotor argentino se encuentra en una profunda recesión, mientras el del Brasil se está recuperando, aunque expresó que en la visión estratégica de la firma francesa, el Mercosur seguirá su marcha.
Schweitzer es considerado vocero autorizado de los sectores europeos que critican la política de globalización, en función del excesivo protagonismo jugado hasta el momento por los Estados Unidos y por los intereses financieros que promueve.
En el seminario en que se debatieron los problemas vinculados con la política de globalización, se oyeron varias voces autorizadas que expresaron su preocupación por la coyuntura mundial:
1. El presidente del Banco Mundial James Wolfensohn admitió que era preciso tomar en cuenta la angustia que provocan los cambios mundiales en la sociedad.
2. Carleton Fiorina, presidente de Hewlett Pachard, manifestó que era hora de substituir los debates por acciones concretas que incorporen las inquietudes de la población.
3. Henry Paulson Jr, CEO de Goldmang Sachs, informó que en su compañía un gran contingente de empleados trabajan en proyectos de ayuda social a los sectores más desfavorecidos.
4. Mike Moore, líder de la Organización Mundial de Comercio , recordó las peripecias vividas por los asistentes a la reunión de Seattle en diciembre de 1999, cuando fuero sitiados por millares de manifestantes opuestos a los efectos de la globalización.
5. Los ex secretarios de la OMC, Peter Sutherland y Renato Ruggiero, reconocieron, a su vez, que el comercio mundial, tal como está planteado, beneficia a los más ricos y perjudica a los más pobres.