El titular de la UIA afirmó que se debe reformar la Constitución

Héctor Massuh expresó que hace falta una "reforma constitucional" para reconstruir el entramado institucional del país y pidió a la dirigencia nacional, tanto política como empresaria y sindical, encarar "una profunda autocrítica".

30 octubre, 2002

El presidente de la Unión
Industrial Argentina (UIA) afirmó que la
Argentina necesita una “reforma constitucional” para reconstruir
el entramado institucional del país y pidió a la dirigencia
nacional, tanto política como empresaria y sindical, encarar “una
profunda autocrítica”.

Al inaugurar las deliberaciones de la VIII Conferencia
Industrial Argentina, Massuh recordó que para el “padre” de la
Constitución, Juan Bautista Alberdi, el problema del país “no era
la economía, tampoco la política, sino las instituciones”.
Massuh sostuvo que la Argentina “debe recuperar la sensatez y
dejar de recurrir a los inventos o a la moda para adaptarse, sí, a
la experiencia consolidada en el resto del mundo”.

Fue en ese momento que formuló una abierta crítica a
experiencias tales como la “tablita cambiaria”, aplicada por el ex
ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, la
convertibilidad y la eventual dolarización.
“Si nuestro problema son las instituciones que ya no cumplen su
rol, es oportuno preguntarse: ¿no será entonces que enfrentar la
realidad es asumir la necesidad de una reforma constitucional,
acudiendo a los mejores, a los más sabios, a los de mayor
trayectoria, a los más lúcidos y estudiosos, sin distinción de
preferencias políticas o ideológicas?”, afirmó el titular de la
UIA, ante medio millar de empresarios reunidos en el Sheraton
Pilar.

Al respecto, el dirigente empresario afirmó que “lo cierto es
que todavía no hemos encontrado un proyecto de Nación para
defenderlo como contrato fundacional que permita fijar las reglas
de juego y objetivos comunes de la sociedad”.

Massuh dijo que, en un proceso de reforma, “los representantes
del pueblo podrían perfeccionar una Constitución depurada de las
imposiciones, las parcialidades o los atajos políticos del
momento”.

“Con tantas recetas efímeras, la Argentina se ha convertido en
una vasta región de certezas inútiles y fracasos garantizados”,
señaló el directivo.
Agregó que “la tentación a la búsqueda de atajos, a la falsa
ilusión, es también una tendencia a la pereza y a la deserción
intelectual porque cuando se decide ir por un camino aparentemente
corto, o fácil, es porque se ha dejado de pensar y peor aún, se ha
perdido la voluntad para la acción transformadora”.

Al mecionar la necesidad de un cambio constitucional, Massuh
preguntó si existe “temor a enfrentar la reforma se debe a que se
reproduzcan los vicios de acuerdos políticos de ocasión, de las
miserias y contubernios, de los pactos mezquinos o subalternos que
hemos visto en el pasado”.

Por otra parte, Massuh recordó que en la década del ´70 la
llamada tablita cambiaria terminó “con un despilfarro
irresponsable de divisas, en un ambiente de falsa bonanza a costa
de un inmenso endeudamiento externo”.
Además, el titular de la UIA criticó la idea de la
“convertibilidad eterna, como una institución inamovible y no como
instrumento circunstancial” de estabilización económica.

Catalogó de “gran engaño” la adopción de un sistema
bimonetario, que “permitía depositar en pesos que luego se
denominaban en dólares y con efecto multiplicador se volvían a
prestar en dólares que, en realidad, no existían”.

Por otro lado, calificó de “fantasía” la idea de la
dolarización al sostener como una “falsa quimera de que atando
nuestra moneda a la de Estados Unidos, y a los vaivenes de su
propio crecimiento y productividad, se podría recuperar la
prosperidad”.
Massuh expresó que la convertibilidad y la adopción de un
sistema bimonetario “nacieron impregnadas de su propia
destrucción, porque el fatal incumplimiento de la norma estuvo
implícito en el mismo momento de su sanción”.

“Las consecuencias aparecieron con todo dramatismo. La pobreza
se precipitó aluvionalmente sobre toda la Nación, se multiplicaron
los cierres de empresas, se destruyeron las economías regionales y
la caída de reservas y depósitos, y los niveles de desempleo
fueron sólo comparables a la Gran Depresión”, remarcó el titular
de la central fabril.

El presidente de la Unión
Industrial Argentina (UIA) afirmó que la
Argentina necesita una “reforma constitucional” para reconstruir
el entramado institucional del país y pidió a la dirigencia
nacional, tanto política como empresaria y sindical, encarar “una
profunda autocrítica”.

Al inaugurar las deliberaciones de la VIII Conferencia
Industrial Argentina, Massuh recordó que para el “padre” de la
Constitución, Juan Bautista Alberdi, el problema del país “no era
la economía, tampoco la política, sino las instituciones”.
Massuh sostuvo que la Argentina “debe recuperar la sensatez y
dejar de recurrir a los inventos o a la moda para adaptarse, sí, a
la experiencia consolidada en el resto del mundo”.

Fue en ese momento que formuló una abierta crítica a
experiencias tales como la “tablita cambiaria”, aplicada por el ex
ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, la
convertibilidad y la eventual dolarización.
“Si nuestro problema son las instituciones que ya no cumplen su
rol, es oportuno preguntarse: ¿no será entonces que enfrentar la
realidad es asumir la necesidad de una reforma constitucional,
acudiendo a los mejores, a los más sabios, a los de mayor
trayectoria, a los más lúcidos y estudiosos, sin distinción de
preferencias políticas o ideológicas?”, afirmó el titular de la
UIA, ante medio millar de empresarios reunidos en el Sheraton
Pilar.

Al respecto, el dirigente empresario afirmó que “lo cierto es
que todavía no hemos encontrado un proyecto de Nación para
defenderlo como contrato fundacional que permita fijar las reglas
de juego y objetivos comunes de la sociedad”.

Massuh dijo que, en un proceso de reforma, “los representantes
del pueblo podrían perfeccionar una Constitución depurada de las
imposiciones, las parcialidades o los atajos políticos del
momento”.

“Con tantas recetas efímeras, la Argentina se ha convertido en
una vasta región de certezas inútiles y fracasos garantizados”,
señaló el directivo.
Agregó que “la tentación a la búsqueda de atajos, a la falsa
ilusión, es también una tendencia a la pereza y a la deserción
intelectual porque cuando se decide ir por un camino aparentemente
corto, o fácil, es porque se ha dejado de pensar y peor aún, se ha
perdido la voluntad para la acción transformadora”.

Al mecionar la necesidad de un cambio constitucional, Massuh
preguntó si existe “temor a enfrentar la reforma se debe a que se
reproduzcan los vicios de acuerdos políticos de ocasión, de las
miserias y contubernios, de los pactos mezquinos o subalternos que
hemos visto en el pasado”.

Por otra parte, Massuh recordó que en la década del ´70 la
llamada tablita cambiaria terminó “con un despilfarro
irresponsable de divisas, en un ambiente de falsa bonanza a costa
de un inmenso endeudamiento externo”.
Además, el titular de la UIA criticó la idea de la
“convertibilidad eterna, como una institución inamovible y no como
instrumento circunstancial” de estabilización económica.

Catalogó de “gran engaño” la adopción de un sistema
bimonetario, que “permitía depositar en pesos que luego se
denominaban en dólares y con efecto multiplicador se volvían a
prestar en dólares que, en realidad, no existían”.

Por otro lado, calificó de “fantasía” la idea de la
dolarización al sostener como una “falsa quimera de que atando
nuestra moneda a la de Estados Unidos, y a los vaivenes de su
propio crecimiento y productividad, se podría recuperar la
prosperidad”.
Massuh expresó que la convertibilidad y la adopción de un
sistema bimonetario “nacieron impregnadas de su propia
destrucción, porque el fatal incumplimiento de la norma estuvo
implícito en el mismo momento de su sanción”.

“Las consecuencias aparecieron con todo dramatismo. La pobreza
se precipitó aluvionalmente sobre toda la Nación, se multiplicaron
los cierres de empresas, se destruyeron las economías regionales y
la caída de reservas y depósitos, y los niveles de desempleo
fueron sólo comparables a la Gran Depresión”, remarcó el titular
de la central fabril.

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