El símbolo del chaleco amarillo en Francia

spot_img

La insurrección se propone ser revolucionaria y ser vista como revolucionaria

La nueva revolución francesa se viste con chalecos amarillos. Un amarillo brillante, de alta visibilidad que usan los millares de manifestantes.

 

Emmanuel Macron no la tiene fácil. Las manifestaciones callejeras están creciendo en tamaño y en violencia. Sus esfuerzos por aplacarlas, congelando el aumento a los combustibles parecen haber fracasado. La furia se está convirtiendo en un asalto generalizado a la clase gobernante.

 

Las protestas no tienen líderes establecidos ni metas ni muestras de unificación, pero tienen algo que ha formado parte de todas las insurrecciones francesas de los últimos 300 años: un uniforme de rebelión que simboliza el rechazo al orden establecido. Los chalecos amarillos son los sans-culottes de esta era.

 

En Francia las apariencias son importantes y en los chalecos amarillos los manifestantes de 2018 han encontrado una forma barata y eficaz de demostrar solidaridad. Ya se ha convertido en una de las prendas de protesta más potentes de la historia. La sola visión de miles de chalecos amarillos marchando por Champs Élysées se aprecia como una furia fluorescente y amenazadora.

 

Desde 2008 se obliga a todos los conductores franceses llevar un chaleco amarillo de alta visibilidad para el caso de un accidente. Al adoptar ese chaleco como uniforme, el movimiento de protesta se burla de la autoridad y alude al aumento del combustible.

 

Francia está acostumbrada como ningún otro país al simbolismo del atuendo de las protestas. Cada uno de los sectores que protestaron en la década del 90 — granjeros, bancarios, colectiveros, arqueólogos, taxistas, policías, fabricantes de paté de foi – cada uno llevaba un estilo de vestimenta distintiva.

 

La tradición de disfrazarse para protestar data de varios siglos. En 1675 los disturbios anti impuestos de la Bretaña se hicieron famosos como el levantamiento de los bonnets rouges (los gorros rojos). Durante le revolución francesa fue el gorro frigio, que se adoptó como marca de libertad y revolución. Luego se convirtió en el símbolo de liberación de todas las servidumbres, signo de unificación de todos los enemigos del despotismo. Lo usaban los nobles para mostrar su lealtad al nuevo orden. Marianne, el símbolo nacional de la república francesa y la personificación de la libertad y la razón, fue pintada con un gorro frigio por Delacroix en 1830 en su cuadro “La libertad conduciendo al pueblo”.

 

En la Francia pre-revolucionaria los aristócratas y los ricos usaban uno pantalones ajustados y a la rodilla, los culottes en francés. Por eso los revolucionarios adoptaron pantalones más largos – pantalons, en francés – y se llamaban a sí mismos los sans culottes.

 

En la actualidad todas las contradicciones de la insurgencia francesa se resume en un único elemento de vestir que simboliza la rebelión con los impuestos, la metrópolis y el gobierno

Compartir:

spot_img
spot_img
spot_img

Noticias

CONTENIDO RELACIONADO