El PJ se juega como oposición

Dos reuniones "cumbre" marcaron la semana del justicialismo. El PJ se muestra como oposición, reclama cambios al Gobierno y condiciona el apoyo al presupuesto. Menem reaparece en la escena partidaria.

4 noviembre, 2000

El Partido Justicialista pidió un urgente cambio de rumbo al gobierno de la Nación y mostró, en el mejor estilo del juego de barajas, la punta de su as de espadas: negarle al gobierno la posibilidad de contar con el Presupuesto 2001.

El martes, los principales dirigentes del justicialismo se reunieron en la provincia de Tucumán y mostraron que, apoyarán la sanción del proyecto de presupuesto nacional, con la condición de que presente un carácter “federal y solidario”.

De esta manera, el PJ hace valer uno de los pilares de su poder actual: la cantidad de gobernadores que posee.

El ex presidente Menem sintetizó esta expresión de poder en una frase: “las provincias son anteriores a la Nación, porque si las provincias no crecen, la Nación tampoco”.

Por su parte, Ruckauf también hizo una demostración de autoestima partidaria y señaló que “si De la Rúa dice que recibió un barco varado, a esto hay que agregar que Menem recibió un barco hundido”; reiteró, además, que el PJ “tiene cuadros y dirigentes con capacidad para gobernar”.

En la reunión de gobernadores realizada al día siguiente, en La Rioja, el cordobés José Manuel de la Sota resumió la posición: “No cuestionamos el nivel del gasto, sino las asignaciones. Queremos un Presupuesto de consenso, no uno impuesto”.

Los consensos invocados por los gobernadores, con la presencia de Carlos Menem, como presidente del partido, habrán de negociarse en la Cámara de Diputados.

Recién una vez logrados, el Justicialismo ofrecerá quórum en el Senado para tratar el proyecto. Porque si rechazara el proyecto original con su voto, podría ser refrendado luego por la cámara de origen, sumando los votos de la alianza, con los del cavallismo y de partidos provinciales.

El documento emitido en La Rioja sostiene, entre otros puntos:
1. Las provincias pretenden ser partícipes en el diseño de la política económica nacional.

2. Las provincias no quieren ser variables de ajuste.

3. El gobierno avasalla al federalismo y conspira contra la unidad nacional.

4. Hacen falta ideas nuevas y capacidad de ejecución, para cambiar de rumbo antes de que sea demasiado tarde.

5. El Gobierno no ha sabido elaborar un proyecto social que mitigue el hambre, la marginación y el desempleo.

6. Debe reestructurarse la deuda pública de las provincias mediante la emisión de un bono avalado por la Nación.

El Partido Justicialista pidió un urgente cambio de rumbo al gobierno de la Nación y mostró, en el mejor estilo del juego de barajas, la punta de su as de espadas: negarle al gobierno la posibilidad de contar con el Presupuesto 2001.

El martes, los principales dirigentes del justicialismo se reunieron en la provincia de Tucumán y mostraron que, apoyarán la sanción del proyecto de presupuesto nacional, con la condición de que presente un carácter “federal y solidario”.

De esta manera, el PJ hace valer uno de los pilares de su poder actual: la cantidad de gobernadores que posee.

El ex presidente Menem sintetizó esta expresión de poder en una frase: “las provincias son anteriores a la Nación, porque si las provincias no crecen, la Nación tampoco”.

Por su parte, Ruckauf también hizo una demostración de autoestima partidaria y señaló que “si De la Rúa dice que recibió un barco varado, a esto hay que agregar que Menem recibió un barco hundido”; reiteró, además, que el PJ “tiene cuadros y dirigentes con capacidad para gobernar”.

En la reunión de gobernadores realizada al día siguiente, en La Rioja, el cordobés José Manuel de la Sota resumió la posición: “No cuestionamos el nivel del gasto, sino las asignaciones. Queremos un Presupuesto de consenso, no uno impuesto”.

Los consensos invocados por los gobernadores, con la presencia de Carlos Menem, como presidente del partido, habrán de negociarse en la Cámara de Diputados.

Recién una vez logrados, el Justicialismo ofrecerá quórum en el Senado para tratar el proyecto. Porque si rechazara el proyecto original con su voto, podría ser refrendado luego por la cámara de origen, sumando los votos de la alianza, con los del cavallismo y de partidos provinciales.

El documento emitido en La Rioja sostiene, entre otros puntos:
1. Las provincias pretenden ser partícipes en el diseño de la política económica nacional.

2. Las provincias no quieren ser variables de ajuste.

3. El gobierno avasalla al federalismo y conspira contra la unidad nacional.

4. Hacen falta ideas nuevas y capacidad de ejecución, para cambiar de rumbo antes de que sea demasiado tarde.

5. El Gobierno no ha sabido elaborar un proyecto social que mitigue el hambre, la marginación y el desempleo.

6. Debe reestructurarse la deuda pública de las provincias mediante la emisión de un bono avalado por la Nación.

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