El IPC no registra refuerzos arancelarios

Un acuerdo entre la Secretaría de Comercio y los establecimientos que reciben subsidio estatal permite a éstos cobrar una cuota extra para transferir a los padres la incidencia del aumento salarial a los docentes dispuesto por el gobierno nacional.

Los colegios privados aplicarán antes de las vacaciones de invierno una cuota extra recupero, equivalente a entre 4 y 8 %, según se trate de los que reciben 50 o 75 % de subsidio estatal.

El acuerdo que alcanza a la Ciudad y la provincia de Buenos Aires fue firmado en la Secretaría de Comercio, a cargo de Guillermo Moreno. Es un método que ya se utilizó en 2006 para permitir que sean absorbidos los aumentos a docentes si afectar la mensualidad. Gracias a este subterfugio, se transfiere a los particulares el financiamiento educativo sin que sea registrado por la encuesta del Indec.

En los establecimientos que no reciben aporte del Estado, el refuerzo adicional llegaría a 25 %.

Ya en febrero último se había apelado a este recurso de tipo arancelario cuando el ministro de Educación, Daniel Filmus, anunció el incremento del sueldo mínimo de 840 a 1040 pesos antes de entrar en campaña en pos de la jefatura de Gobierno porteña.

El compromiso asumido por los colegios es prorratear entre la cantidad de alumnos la suba de la plantilla de los docentes para determinar en consecuencia de cuánto será la cuota adicional.
“Debemos informar con claridad a los padres y que cada escuela presente una declaración jurada antes del 31 de julio, vamos a ser muy estrictos”, dijo el presidente de la entidad que representa a 4.800 de los 6.000 colegios, la Coordinadora de Entidades Educativas Privadas, Carlos Galli.

El límite fijado para el porcentaje que se aplique es que no supere el 50 % del aumento en el salario docente, según aclaró Susana Andrada, desde el Centro de Educación al Consumidor.
La suma que surja de cada cálculo podrá dividirse en 5 o 6 cuotas extras a la normal, o sea que en la práctica se cobrará en paralelo: se dividirá el total en dos recibos, pero a los efectos de la encuesta del Indec se tomará el antiguo.
Ya en febrero, se había apelado a este procedimiento, después que el alza de los colegios privados representara uno de los indicadores que más repercutieron en la inflación.
En primera instancia, Moreno había rechazado el ajuste, pero el Centro de Educación al Consumidor (CEC) recibió en seguida una retahila de reclamos. “Son muchísimos y provienen tanto de la ciudad como de la provincia de Buenos Aires. En algunos casos el aumento llega hasta el 25%, lo que es abusivo”, había declarado entonces la presidenta del CEC.

También la Defensoría del Pueblo porteña era el receptáculo de las consultas de los padres. “Desde que se anunció el aumento salarial, en marzo, estamos recibiendo inquietudes acerca de cuánto podrían incrementarse las cuotas. Una mamá denunció entonces que el colegio de su hijo subió los aranceles un 19%”, había dicho el director adjunto del organismo, Gustavo Lesbegueris.
En algunos establecimientos de la Ciudad la cuota de un jardín de infantes estaba en 175 pesos y ahora se irá a 190 contando el recupero de 15 pesos que le toca. Había empezado el año en 140 pesos.
En barrio norte, una escuela primaria empezó percibiendo 735 pesos por el doble turno, pasó a 867 pesos y ahora facturará en total, con el adicional, 940 pesos. En el Indec debería figurar un aumento de 25 % desde el comienzo de las clases, pero lo absorberá el poder adquisitivo del ciudadano.
Hay colegios que cobran 350 pesos y otros 1200 en polimodales de doble turno.
Aunque en la mayor parte de los casos las familias pueden pagar esos reajustes sin modificar demasiado sus pautas de consumo, lo cierto es que la enseñanza privada cubre el enorme déficit estatal en su indelegable obligación de asegurar educación pública y gratuita a todos los habitantes de la Nación.

Un acuerdo entre la Secretaría de Comercio y los establecimientos que reciben subsidio estatal permite a éstos cobrar una cuota extra para transferir a los padres la incidencia del aumento salarial a los docentes dispuesto por el gobierno nacional.

Los colegios privados aplicarán antes de las vacaciones de invierno una cuota extra recupero, equivalente a entre 4 y 8 %, según se trate de los que reciben 50 o 75 % de subsidio estatal.

El acuerdo que alcanza a la Ciudad y la provincia de Buenos Aires fue firmado en la Secretaría de Comercio, a cargo de Guillermo Moreno. Es un método que ya se utilizó en 2006 para permitir que sean absorbidos los aumentos a docentes si afectar la mensualidad. Gracias a este subterfugio, se transfiere a los particulares el financiamiento educativo sin que sea registrado por la encuesta del Indec.

En los establecimientos que no reciben aporte del Estado, el refuerzo adicional llegaría a 25 %.

Ya en febrero último se había apelado a este recurso de tipo arancelario cuando el ministro de Educación, Daniel Filmus, anunció el incremento del sueldo mínimo de 840 a 1040 pesos antes de entrar en campaña en pos de la jefatura de Gobierno porteña.

El compromiso asumido por los colegios es prorratear entre la cantidad de alumnos la suba de la plantilla de los docentes para determinar en consecuencia de cuánto será la cuota adicional.
“Debemos informar con claridad a los padres y que cada escuela presente una declaración jurada antes del 31 de julio, vamos a ser muy estrictos”, dijo el presidente de la entidad que representa a 4.800 de los 6.000 colegios, la Coordinadora de Entidades Educativas Privadas, Carlos Galli.

El límite fijado para el porcentaje que se aplique es que no supere el 50 % del aumento en el salario docente, según aclaró Susana Andrada, desde el Centro de Educación al Consumidor.
La suma que surja de cada cálculo podrá dividirse en 5 o 6 cuotas extras a la normal, o sea que en la práctica se cobrará en paralelo: se dividirá el total en dos recibos, pero a los efectos de la encuesta del Indec se tomará el antiguo.
Ya en febrero, se había apelado a este procedimiento, después que el alza de los colegios privados representara uno de los indicadores que más repercutieron en la inflación.
En primera instancia, Moreno había rechazado el ajuste, pero el Centro de Educación al Consumidor (CEC) recibió en seguida una retahila de reclamos. “Son muchísimos y provienen tanto de la ciudad como de la provincia de Buenos Aires. En algunos casos el aumento llega hasta el 25%, lo que es abusivo”, había declarado entonces la presidenta del CEC.

También la Defensoría del Pueblo porteña era el receptáculo de las consultas de los padres. “Desde que se anunció el aumento salarial, en marzo, estamos recibiendo inquietudes acerca de cuánto podrían incrementarse las cuotas. Una mamá denunció entonces que el colegio de su hijo subió los aranceles un 19%”, había dicho el director adjunto del organismo, Gustavo Lesbegueris.
En algunos establecimientos de la Ciudad la cuota de un jardín de infantes estaba en 175 pesos y ahora se irá a 190 contando el recupero de 15 pesos que le toca. Había empezado el año en 140 pesos.
En barrio norte, una escuela primaria empezó percibiendo 735 pesos por el doble turno, pasó a 867 pesos y ahora facturará en total, con el adicional, 940 pesos. En el Indec debería figurar un aumento de 25 % desde el comienzo de las clases, pero lo absorberá el poder adquisitivo del ciudadano.
Hay colegios que cobran 350 pesos y otros 1200 en polimodales de doble turno.
Aunque en la mayor parte de los casos las familias pueden pagar esos reajustes sin modificar demasiado sus pautas de consumo, lo cierto es que la enseñanza privada cubre el enorme déficit estatal en su indelegable obligación de asegurar educación pública y gratuita a todos los habitantes de la Nación.