El Gobierno apura el Presupuesto

Quiere dar otra señal a los mercados .Habría cambios en el proyecto original para obtener apoyo en Diputados, donde esperan debatirlo el martes próximo.

22 noviembre, 2000

Con la firma del compromiso fiscal todavía en la memoria, el Gobierno definió ayer (martes 21) como objetivo inmediato la aprobación del Presupuesto para el año próximo.

La aspiración de la Alianza es conseguir , que el día martes, la Cámara baja otorgue la media sanción a la ley en cuestión.

Según fuentes cercanas a la Casa Rosada, la estrategia es que, recién después de superar ese escollo, el Presidente decida si envía la reforma previsional al Congreso o directamente la saca por decreto.

Al ser consultado sobre este tema, el Presidente reiteró que el Gobierno aún no fijó una postura definitiva sobre los cambios que aplicará en las futuras jubilaciones ni la forma de implemementarlos, aunque se da por descontado que la eliminación del sistema estatal será uno de los aspectos del proyecto original que quedarán inalterables.

Al aplazar una decisión sobre la reforma previsional, el oficialismo tuvo en cuenta la irritación que la medida genera en buena parte de las propias filas y de la oposición.

Por ese motivo, optó por apurar la sanción del Presupuesto, ya que las negociaciones sobre esa norma están mucho más avanzadas; así, quiere evitar que se vean enturbiadas por una discusión en simultáneo con el proyecto sobre jubilaciones.

En cuanto a los puntos pendientes del Presupuesto para el 2001 siguen siendo, prácticamente, los mismos que al inicio de las discusiones; la poda del fondo del tabaco —una medida que afecta a las provincias del norte— y el subsidio a los combustibles, que beneficia a la región patagónica (ver “Cómo sería el nuevo presupuesto”).

Hasta ahora, Machinea se mantuvo inflexible en su postura de mantener esos recortes, pese a la flexibilidad que le concedió el FMI para aumentar el déficit fijado originalmente para el próximo ejercicio.

De todos modos, voceros de esa cartera admitieron que podría aceptar un acercamiento de posiciones con los diputados, a cambio de encontrar otros nichos de ahorro presupuestario.

Con la firma del compromiso fiscal todavía en la memoria, el Gobierno definió ayer (martes 21) como objetivo inmediato la aprobación del Presupuesto para el año próximo.

La aspiración de la Alianza es conseguir , que el día martes, la Cámara baja otorgue la media sanción a la ley en cuestión.

Según fuentes cercanas a la Casa Rosada, la estrategia es que, recién después de superar ese escollo, el Presidente decida si envía la reforma previsional al Congreso o directamente la saca por decreto.

Al ser consultado sobre este tema, el Presidente reiteró que el Gobierno aún no fijó una postura definitiva sobre los cambios que aplicará en las futuras jubilaciones ni la forma de implemementarlos, aunque se da por descontado que la eliminación del sistema estatal será uno de los aspectos del proyecto original que quedarán inalterables.

Al aplazar una decisión sobre la reforma previsional, el oficialismo tuvo en cuenta la irritación que la medida genera en buena parte de las propias filas y de la oposición.

Por ese motivo, optó por apurar la sanción del Presupuesto, ya que las negociaciones sobre esa norma están mucho más avanzadas; así, quiere evitar que se vean enturbiadas por una discusión en simultáneo con el proyecto sobre jubilaciones.

En cuanto a los puntos pendientes del Presupuesto para el 2001 siguen siendo, prácticamente, los mismos que al inicio de las discusiones; la poda del fondo del tabaco —una medida que afecta a las provincias del norte— y el subsidio a los combustibles, que beneficia a la región patagónica (ver “Cómo sería el nuevo presupuesto”).

Hasta ahora, Machinea se mantuvo inflexible en su postura de mantener esos recortes, pese a la flexibilidad que le concedió el FMI para aumentar el déficit fijado originalmente para el próximo ejercicio.

De todos modos, voceros de esa cartera admitieron que podría aceptar un acercamiento de posiciones con los diputados, a cambio de encontrar otros nichos de ahorro presupuestario.

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