El FMI reiteró que no hay acuerdo por falta de consenso político

El director del organismo, Horst Köhler, aseguró que para lograr un acuerdo con la Argentina no están "pidiendo lo imposible", y consideró que el "problema central" del país es la falta de consenso político.

24 septiembre, 2002

“La cuestión del consenso (en Argentina) es muy difícil. Hay
demasiadas instituciones tirando en direcciones diferentes. Ese es
el principal problema y si no mejora, creo que pierden de vista el
interés del conjunto del pueblo”, indicó el directivo.

“No estamos pidiendo todo lo que se necesita, pedimos unas
pocas cosas”, enfatizó.

Köhler, junto a la número dos del Fondo, Anne Krueger, y el
titular del Departamento del Hemisferio Occidental de ese
organismo, Anopp Singh, brindaron un reportaje en Washington a
distintos matutinos argentinos.

En ese marco, el director del organismo crediticio enfatizó que
“no podemos presentar al directorio (del FMI) un acuerdo sin tener
indicación sobre la probabilidad de que será implementado”.

“Es hora que tras meses y meses de desastre, de dislocación
social y penuria, se limite la lucha interna. La dificultad es que
no hay mucha gente en la Argentina, al menos a nivel oficial o con
autoridad, que le hable al pueblo honestamente y con
transparencia. Todos tienen intereses específicos y pelean por
ellos”, añadió.

Para Köhler, “no muchos le hablan a la gente para decirles que
están en una situación de la cual no se puede salir sin dolor.
Cuando yo lo dije me presentaron como un estúpido que quiere
imponerle dolor al pueblo argentino”.

“Somos pacientes y no abandonamos, pero debemos tener una
mínima firmeza para demostrar que no justificamos cualquier cosa”,
expresó.

Además, señaló que “habiendo dicho (Eduardo) Duhalde que es un
presidente de transición, las partes en disputa deberían darle
autoridad para que hable en nombre de la Argentina”.

“El Fondo depende de Duhalde para que organice un entendimiento
común en el Congreso sobre lo que se necesita para mejorar la
situación”, añadió.

Para el número uno del organismo, el Fondo quiere “un programa
económico que mantenga la estabilidad durante la transición
política y allane el camino para que las reformas estructurales y
el crecimiento retornen en el 2003”.

“Un acuerdo de relativamente corto plazo para la estabilización
y luego, con el nuevo gobierno, un acuerdo de mediado plazo que
nos permita abordar un contexto más amplio de reformas”, añadió.

El directivo admitió que quieren ponerse “de acuerdo con el
presidente Duhalde. Pero dénle autoridad, la competencia para que
pueda acordar algo con nosotros que nos permita tener, al menos,
un juicio acerca de lo que podríamos presenar al directorio como
que luego se va a implementar”.

Köhler también hizo referencia al programa Jefas y Jefes de
Hogar, y en ese sentido, dijo: “no entiendo por qué este programa
tiene reglas que aún no han sido acordadas e implementadas.
Todavía no se han puesto de acuerdo para administrar ese plan”.

Por su parte, Krueger resaltó que en el país “no vemos el
consenso político que pueda apoyar un programa más allá de cuáles
fueron las eventualidades políticas. A menos que Argentina haga lo
mínimo, cualquier cosa que nosotros podamos hacer no hará ninguna
diferencia”.

Además, estimó que “llega un momento en que la mayoría de la
gente reconoce el interés común. Algo así se vio en Turquía y
Corea del Sur, pero hasta ahora, no lo hemos visto en la
Argentina”.

En tanto, Singh confesó: “en mi oficina no se habla más de cómo
conseguir un pronto acuerdo con la Argentina”, y señaló que “es
posible” que encabece una nueva misión al país, que sería la
número 22 en lo que va del año.

“La cuestión del consenso (en Argentina) es muy difícil. Hay
demasiadas instituciones tirando en direcciones diferentes. Ese es
el principal problema y si no mejora, creo que pierden de vista el
interés del conjunto del pueblo”, indicó el directivo.

“No estamos pidiendo todo lo que se necesita, pedimos unas
pocas cosas”, enfatizó.

Köhler, junto a la número dos del Fondo, Anne Krueger, y el
titular del Departamento del Hemisferio Occidental de ese
organismo, Anopp Singh, brindaron un reportaje en Washington a
distintos matutinos argentinos.

En ese marco, el director del organismo crediticio enfatizó que
“no podemos presentar al directorio (del FMI) un acuerdo sin tener
indicación sobre la probabilidad de que será implementado”.

“Es hora que tras meses y meses de desastre, de dislocación
social y penuria, se limite la lucha interna. La dificultad es que
no hay mucha gente en la Argentina, al menos a nivel oficial o con
autoridad, que le hable al pueblo honestamente y con
transparencia. Todos tienen intereses específicos y pelean por
ellos”, añadió.

Para Köhler, “no muchos le hablan a la gente para decirles que
están en una situación de la cual no se puede salir sin dolor.
Cuando yo lo dije me presentaron como un estúpido que quiere
imponerle dolor al pueblo argentino”.

“Somos pacientes y no abandonamos, pero debemos tener una
mínima firmeza para demostrar que no justificamos cualquier cosa”,
expresó.

Además, señaló que “habiendo dicho (Eduardo) Duhalde que es un
presidente de transición, las partes en disputa deberían darle
autoridad para que hable en nombre de la Argentina”.

“El Fondo depende de Duhalde para que organice un entendimiento
común en el Congreso sobre lo que se necesita para mejorar la
situación”, añadió.

Para el número uno del organismo, el Fondo quiere “un programa
económico que mantenga la estabilidad durante la transición
política y allane el camino para que las reformas estructurales y
el crecimiento retornen en el 2003”.

“Un acuerdo de relativamente corto plazo para la estabilización
y luego, con el nuevo gobierno, un acuerdo de mediado plazo que
nos permita abordar un contexto más amplio de reformas”, añadió.

El directivo admitió que quieren ponerse “de acuerdo con el
presidente Duhalde. Pero dénle autoridad, la competencia para que
pueda acordar algo con nosotros que nos permita tener, al menos,
un juicio acerca de lo que podríamos presenar al directorio como
que luego se va a implementar”.

Köhler también hizo referencia al programa Jefas y Jefes de
Hogar, y en ese sentido, dijo: “no entiendo por qué este programa
tiene reglas que aún no han sido acordadas e implementadas.
Todavía no se han puesto de acuerdo para administrar ese plan”.

Por su parte, Krueger resaltó que en el país “no vemos el
consenso político que pueda apoyar un programa más allá de cuáles
fueron las eventualidades políticas. A menos que Argentina haga lo
mínimo, cualquier cosa que nosotros podamos hacer no hará ninguna
diferencia”.

Además, estimó que “llega un momento en que la mayoría de la
gente reconoce el interés común. Algo así se vio en Turquía y
Corea del Sur, pero hasta ahora, no lo hemos visto en la
Argentina”.

En tanto, Singh confesó: “en mi oficina no se habla más de cómo
conseguir un pronto acuerdo con la Argentina”, y señaló que “es
posible” que encabece una nueva misión al país, que sería la
número 22 en lo que va del año.

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