El FMI quiere reformarse

Koehler avanza para diferenciarse del Banco Mundial, después de que en los últimos años las dos instituciones hayan superpuesto sus tareas. Objetivo: mayor eficiencia.

14 julio, 2000

(EFE).- El director del FMI, Horst Koehler, trata este fin de semana de avanzar en la reforma de esta institución para que se concentre en asuntos macroeconómicos y diferencie más su actividad de la del Banco Mundial (BM).

Koehler se reunirá desde hoy (viernes 14), durante dos días, con los 24 miembros del Directorio Ejecutivo, el principal órgano directivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que, según su director, debe ser “el motor impulsor” del proceso de cambio de la institución financiera.

El objetivo de la reunión, calificada por el Fondo como “un retiro” y que se celebrará a puertas cerradas en un lugar no identificado, es poner en común las prioridades de esa reforma y hasta dónde debe llegar un proceso que ya está en marcha, dijeron fuentes del FMI.

El proceso tiene una fecha temporal, ya que se espera adoptar decisiones concretas en la asamblea anual que celebrarán el FMI y el BM a fines de septiembre en Praga.

Esta será la primera vez que el Directorio se encierre con Koehler, un alemán de 57 años que se incorporó al FMI el pasado 2 de mayo, en sustitución del francés Michel Camdessus.

Koehler trajo una serie de ideas claras sobre la reforma del Fondo, algunas de las cuales difieren de lo que defendía Camdessus en su última época y de lo que piensan otros importantes responsables de la institución, como el británico Gordon Brown, presidente del CFMI (el antiguo Comité Interino).

Aunque no ha especificado cómo, el director gerente del Fondo apuesta por “una clara división de trabajo” con el Banco Mundial, después de que en los últimos años, especialmente durante las crisis financieras, las dos instituciones hayan superpuesto sus tareas.

Según Koehler, esa división tendrá como objetivo alcanzar “una mayor eficiencia”.

Brown, también ministro de Finanzas del Reino Unido, cree sin embargo que ambas instituciones tienen “papeles vitales” que desempeñar en el mismo mundo y el jueves se expresó en contra de “una separación más clara” de sus funciones.

Camdessus aseguró en su última asamblea anual, la de octubre de 1999, que el objetivo prioritario del FMI era “luchar contra la pobreza”.

Pero, en las escasas intervenciones públicas que ha tenido, su sucesor ha apostado por un organismo “más centrado” en sus originarias actividades macroeconómicas, en la prevención de las crisis financieras y en otorgar asistencias con carácter de emergencia.

Según se establece en su convenio constitutivo, el FMI se creó por el Tratado de Bretton Woods, en 1944, para fomentar la cooperación monetaria internacional y poner recursos económicos a disposición de los países miembros con dificultades de balanza de pagos, de forma temporal.

Por ese mismo tratado nació el Banco Mundial, aunque su función se centra más bien en apoyar el desarrollo y reducir la pobreza.

En línea con lo expresado por el gobierno de Estados Unidos, Koehler cree además que la principal fuente de riqueza para los países es el sector privado y que el Fondo debe centrarse en sus labores de supervisión de la situación económica de los países.

“Nadie podrá evitar que haya más crisis económicas en el futuro”, pero si el Fondo es efectivo en su tarea de vigilancia, “hay una buena oportunidad de que no haya necesidad de los crecientes paquetes de asistencia que vimos durante la década de los años 90”, dijo a fines de mayo en París.

El proceso de reforma de unas instituciones multilaterales nacidas hace más de medio siglo ha sido reclamado con insistencia desde hace años, pero ha tomado impulso tras su actuación durante la última crisis financiera, la de 1997 y 1998.

El FMI desembolsó miles de millones de dólares para ayudar a los países asiáticos en crisis, pero las duras condiciones que impuso provocaron un aumento de la pobreza y retardaron la recuperación, según sus críticos.

(EFE).- El director del FMI, Horst Koehler, trata este fin de semana de avanzar en la reforma de esta institución para que se concentre en asuntos macroeconómicos y diferencie más su actividad de la del Banco Mundial (BM).

Koehler se reunirá desde hoy (viernes 14), durante dos días, con los 24 miembros del Directorio Ejecutivo, el principal órgano directivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que, según su director, debe ser “el motor impulsor” del proceso de cambio de la institución financiera.

El objetivo de la reunión, calificada por el Fondo como “un retiro” y que se celebrará a puertas cerradas en un lugar no identificado, es poner en común las prioridades de esa reforma y hasta dónde debe llegar un proceso que ya está en marcha, dijeron fuentes del FMI.

El proceso tiene una fecha temporal, ya que se espera adoptar decisiones concretas en la asamblea anual que celebrarán el FMI y el BM a fines de septiembre en Praga.

Esta será la primera vez que el Directorio se encierre con Koehler, un alemán de 57 años que se incorporó al FMI el pasado 2 de mayo, en sustitución del francés Michel Camdessus.

Koehler trajo una serie de ideas claras sobre la reforma del Fondo, algunas de las cuales difieren de lo que defendía Camdessus en su última época y de lo que piensan otros importantes responsables de la institución, como el británico Gordon Brown, presidente del CFMI (el antiguo Comité Interino).

Aunque no ha especificado cómo, el director gerente del Fondo apuesta por “una clara división de trabajo” con el Banco Mundial, después de que en los últimos años, especialmente durante las crisis financieras, las dos instituciones hayan superpuesto sus tareas.

Según Koehler, esa división tendrá como objetivo alcanzar “una mayor eficiencia”.

Brown, también ministro de Finanzas del Reino Unido, cree sin embargo que ambas instituciones tienen “papeles vitales” que desempeñar en el mismo mundo y el jueves se expresó en contra de “una separación más clara” de sus funciones.

Camdessus aseguró en su última asamblea anual, la de octubre de 1999, que el objetivo prioritario del FMI era “luchar contra la pobreza”.

Pero, en las escasas intervenciones públicas que ha tenido, su sucesor ha apostado por un organismo “más centrado” en sus originarias actividades macroeconómicas, en la prevención de las crisis financieras y en otorgar asistencias con carácter de emergencia.

Según se establece en su convenio constitutivo, el FMI se creó por el Tratado de Bretton Woods, en 1944, para fomentar la cooperación monetaria internacional y poner recursos económicos a disposición de los países miembros con dificultades de balanza de pagos, de forma temporal.

Por ese mismo tratado nació el Banco Mundial, aunque su función se centra más bien en apoyar el desarrollo y reducir la pobreza.

En línea con lo expresado por el gobierno de Estados Unidos, Koehler cree además que la principal fuente de riqueza para los países es el sector privado y que el Fondo debe centrarse en sus labores de supervisión de la situación económica de los países.

“Nadie podrá evitar que haya más crisis económicas en el futuro”, pero si el Fondo es efectivo en su tarea de vigilancia, “hay una buena oportunidad de que no haya necesidad de los crecientes paquetes de asistencia que vimos durante la década de los años 90”, dijo a fines de mayo en París.

El proceso de reforma de unas instituciones multilaterales nacidas hace más de medio siglo ha sido reclamado con insistencia desde hace años, pero ha tomado impulso tras su actuación durante la última crisis financiera, la de 1997 y 1998.

El FMI desembolsó miles de millones de dólares para ayudar a los países asiáticos en crisis, pero las duras condiciones que impuso provocaron un aumento de la pobreza y retardaron la recuperación, según sus críticos.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades