El FMI pide más ajuste provincial

Es la principal exigencia del organismo para otorgar el paquete de ayuda. Machinea cerró los detalles en una charla con Stanley Fischer.

13 noviembre, 2000

Los funcionarios del Fondo Monetario Internacional advirtieron, en las distintas reuniones de negociación del blindaje financiero, que para dar luz verde al paquete financiero para la Argentina, es necesario que el Gobierno convenza a las provincias de que firmen un pacto para congelar el gasto público primario por cinco años (ver “El PJ apoyaría al Gobierno”, en esta misma sección).

Así lo dijo al diario La Nación una altísima fuente del Ministerio de Economía, que además subrayó que los organismos multilaterales de crédito -FMI, Banco Mundial y BID- esperan que el resto de los anuncios hechos por el presidente Fernando de la Rúa el viernes último también sean aprobados por el Congreso como condición para prestar dinero.

La fuente reveló que el ministro José Luis Machinea dio ayer las últimas puntadas al paquete de ayuda en una charla con el número dos del Fondo, Stanley Fischer.

En base a estos datos, se podría afirmar que el superpréstamo ya está listo, pese a que el Gobierno aún no quiere dar cifras (se especuló en principio con un total de US$ 20.000 millones, de los que US$ 12.500 millones provendrían del FMI, el BM y el BID).

El apoyo que pueda obtener el gobierno nacional de las administraciones provinciales, en especial de las opositoras, es clave, a tal punto que los detalles del principio de acuerdo alcanzado ayer con el justicialismo (condicionado a la satisfacción de ciertos reclamos) fueron traídos a la mesa de diálogo en Washington.

Representantes de los organismos de crédito manifestaron su inquietud por algunos condicionamientos que planteó el justicialismo, principalmente al proyecto de Presupuesto 2001.

Es que sobre la base de esta iniciativa y de las medidas económicas anunciadas el viernes último en la Argentina, los negociadores del apoyo financiero internacional hicieron proyecciones para determinar el déficit fiscal del próximo año y otras variables que influirán para determinar el monto del préstamo y las condiciones de la nueva carta de intención que deberán firmar el gobierno nacional y el FMI en los albores del verano entrante.

En la delegación argentina en Estados Unidos, primaba la convicción de que los anuncios de hace 72 horas seguirán repercutiendo favorablemente en los mercados, cuando hoy retomen sus ruedas habituales; a esa optimista perspectiva se sumaban dos hechos:

* El explícito respaldo que dio la administración de los Estados Unidos al gobierno argentino por las nuevas medidas.

* Las exposiciones que realizará entre hoy y mañana el ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, en Nueva York, ante directivos de los poderosos fondos de inversión JP Morgan y Goldman Sachs y ante el influyente Consejo de las Américas, para reforzar la política económica y la imagen institucional argentinas.

Los funcionarios del Fondo Monetario Internacional advirtieron, en las distintas reuniones de negociación del blindaje financiero, que para dar luz verde al paquete financiero para la Argentina, es necesario que el Gobierno convenza a las provincias de que firmen un pacto para congelar el gasto público primario por cinco años (ver “El PJ apoyaría al Gobierno”, en esta misma sección).

Así lo dijo al diario La Nación una altísima fuente del Ministerio de Economía, que además subrayó que los organismos multilaterales de crédito -FMI, Banco Mundial y BID- esperan que el resto de los anuncios hechos por el presidente Fernando de la Rúa el viernes último también sean aprobados por el Congreso como condición para prestar dinero.

La fuente reveló que el ministro José Luis Machinea dio ayer las últimas puntadas al paquete de ayuda en una charla con el número dos del Fondo, Stanley Fischer.

En base a estos datos, se podría afirmar que el superpréstamo ya está listo, pese a que el Gobierno aún no quiere dar cifras (se especuló en principio con un total de US$ 20.000 millones, de los que US$ 12.500 millones provendrían del FMI, el BM y el BID).

El apoyo que pueda obtener el gobierno nacional de las administraciones provinciales, en especial de las opositoras, es clave, a tal punto que los detalles del principio de acuerdo alcanzado ayer con el justicialismo (condicionado a la satisfacción de ciertos reclamos) fueron traídos a la mesa de diálogo en Washington.

Representantes de los organismos de crédito manifestaron su inquietud por algunos condicionamientos que planteó el justicialismo, principalmente al proyecto de Presupuesto 2001.

Es que sobre la base de esta iniciativa y de las medidas económicas anunciadas el viernes último en la Argentina, los negociadores del apoyo financiero internacional hicieron proyecciones para determinar el déficit fiscal del próximo año y otras variables que influirán para determinar el monto del préstamo y las condiciones de la nueva carta de intención que deberán firmar el gobierno nacional y el FMI en los albores del verano entrante.

En la delegación argentina en Estados Unidos, primaba la convicción de que los anuncios de hace 72 horas seguirán repercutiendo favorablemente en los mercados, cuando hoy retomen sus ruedas habituales; a esa optimista perspectiva se sumaban dos hechos:

* El explícito respaldo que dio la administración de los Estados Unidos al gobierno argentino por las nuevas medidas.

* Las exposiciones que realizará entre hoy y mañana el ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, en Nueva York, ante directivos de los poderosos fondos de inversión JP Morgan y Goldman Sachs y ante el influyente Consejo de las Américas, para reforzar la política económica y la imagen institucional argentinas.

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