El FMI evalúa su papel durante la crisis argentina

El Fondo Monetario Internacional reconoció que existen "cuestiones serias" sobre su desempeño durante la crisis argentina, y responsabilizó a la Convertibilidad de haber transformado en "insostenible" la política fiscal del país.

1 julio, 2003

Así se desprende de un borrador del informe que está elaborando
la Oficina de Evaluación Independiente del FMI, en el cual la
propia institución analiza su rol antes y durante la severa crisis
económica de la Argentina.

De acuerdo con el documento, el cuestionamiento que se hace el
propio Fondo por su rol en la crisis argentina se debe a que la
debacle del país “sucedió cuando las políticas económicas estaban
bajo el escrutinio estrecho” de ese organismo crediticio.

Además, el FMI sostuvo que “de no haber sido por el plan de
Convertibilidad, la política fiscal podría haber sido sostenible”,
y agregó que como consecuencia de la paridad cambiaria, “la
Argentina no pudo adaptarse rápidamente al shock”.

El informe estará finalizado recién en el primer trimestre de
2005, y los ejes de su contenido pasan por analizar si el FMI
abordó la corrupción y la evasión fiscal con las autoridades
argentinas, si analizó la perdurabilidad del plan de
Convertibilidad y si estudió el efecto fiscal de la reforma
previsional.

En la página en Internet de esta institución crediticia ya está
disponible un borrador de 11 páginas, puntapié inicial del
informe, que se titula “El papel del FMI en la Argentina,
1991-2002”.

El Fondo otorgó créditos a la Argentina durante los dos
gobernos del ex presidente Carlos Menem, pero no pudo evitar que
durante 1998 y 2002 la economía se contrajera casi 20 por ciento.

Esta situación provocó un aumento considerable de la pobreza y
el desempleo, lo cual “tuvo, de manera correcta o equivocada, un
costo en la reputación del FMI”, según el documento elaborado por
la Oficina de Evaluación de ese organismo.

En ese sentido, el organismo dijo que “algunos críticos han
argumentado que la principal culpa del FMI fue dar demasiado
financiamiento sin exigir un suficiente ajuste de políticas,
mientras otros acusan a las políticas recomendadas por el FMI de
contribuir a la crisis”.

No obstante, para el Fondo “la responsabilidad última de la
política económica de un país miembro debe permanecer con las
autoridades nacionales”.

La evaluación se dividirá en dos partes, una sobre el período
de pre-crisis, desde la instalación de la Convertibilidad en 1991
hasta 2000, y otra sobre la crisis y sus consecuencias inmediatas,
desde ese año hasta 2002.

Así se desprende de un borrador del informe que está elaborando
la Oficina de Evaluación Independiente del FMI, en el cual la
propia institución analiza su rol antes y durante la severa crisis
económica de la Argentina.

De acuerdo con el documento, el cuestionamiento que se hace el
propio Fondo por su rol en la crisis argentina se debe a que la
debacle del país “sucedió cuando las políticas económicas estaban
bajo el escrutinio estrecho” de ese organismo crediticio.

Además, el FMI sostuvo que “de no haber sido por el plan de
Convertibilidad, la política fiscal podría haber sido sostenible”,
y agregó que como consecuencia de la paridad cambiaria, “la
Argentina no pudo adaptarse rápidamente al shock”.

El informe estará finalizado recién en el primer trimestre de
2005, y los ejes de su contenido pasan por analizar si el FMI
abordó la corrupción y la evasión fiscal con las autoridades
argentinas, si analizó la perdurabilidad del plan de
Convertibilidad y si estudió el efecto fiscal de la reforma
previsional.

En la página en Internet de esta institución crediticia ya está
disponible un borrador de 11 páginas, puntapié inicial del
informe, que se titula “El papel del FMI en la Argentina,
1991-2002”.

El Fondo otorgó créditos a la Argentina durante los dos
gobernos del ex presidente Carlos Menem, pero no pudo evitar que
durante 1998 y 2002 la economía se contrajera casi 20 por ciento.

Esta situación provocó un aumento considerable de la pobreza y
el desempleo, lo cual “tuvo, de manera correcta o equivocada, un
costo en la reputación del FMI”, según el documento elaborado por
la Oficina de Evaluación de ese organismo.

En ese sentido, el organismo dijo que “algunos críticos han
argumentado que la principal culpa del FMI fue dar demasiado
financiamiento sin exigir un suficiente ajuste de políticas,
mientras otros acusan a las políticas recomendadas por el FMI de
contribuir a la crisis”.

No obstante, para el Fondo “la responsabilidad última de la
política económica de un país miembro debe permanecer con las
autoridades nacionales”.

La evaluación se dividirá en dos partes, una sobre el período
de pre-crisis, desde la instalación de la Convertibilidad en 1991
hasta 2000, y otra sobre la crisis y sus consecuencias inmediatas,
desde ese año hasta 2002.

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