El Fernández que no dialogó con el agro viajó a Venezuela para ubrir baches

Alberto F. se quedó dilatando el conflicto agropecuario con los dirigentes rurales, mientras que su tocayo Carlos despegó hacia Caracas, donde el gobierno tiró el SOS por US$ 5.000 millones y 600 mil m3 de gasoil.

7 mayo, 2008

El ministro de Economía, Carlos Fernández, hizo su primera aparición
pública con el anuncio de una recaudación impositiva récord
en abril (mes en el que estuvo al frente de la AFIP), no participó como
su antecesor Martín Lousteau en el diálogo con la dirigencia rural
y ahora partió hacia Venezuela en busca de financiamiento y petróleo
para cubrir los déficit en ciernes.

Las gestiones que iniciará el nuevo titular del Palacio de Hacienda
en Caracas son consecuencia del fracaso de la ronda de negociaciones que había
iniciado Lousteau en Estados Unidos, para desembocar en un arreglo de la deuda
con el Club de París y posteriormente un paquete de desembolsos crediticios
del Banco Interamericano de Desarrollo.

De modo que quedó cerrada la puerta del circuito institucional, cuya
entrada es el visto bueno de Washington para acceder a una refinanciación
blanda de los US$ 16.100 millones que vencen este año.

El programa elaborado por el Ministerio de Economía a principios de
este año requería conseguir US$ 6.000 millones, de los cuales
US$ 2000 millones se pensaban obtener en la plaza local y US$ 4.000 millones
a través de emisiones de bonos que se colocarían en el sector
público nacional.

La arquitectura construida por el equipo económico anterior aprovechaba
los excedentes de caja de las reparticiones, como Anses y la de jubilaciones,
por ejemplo, alternativa doméstica de financiamiento que llegaría
a los US$ 2.000 millones.

Las tasas han ido subiendo, al tiempo que se tornó inestable el mercado
por las oscilaciones de los inversores privados. El Boden 2012 paga 11,1% y
el 2015, 12,9%, mientras al resto de los bonos, que están atados a los
cuestionados datos de inflación, les hacen “vade retro” cruzando
los dedos.

Pero fundamentalmente contaba con un ritmo de ingresos de divisas por exportaciones
de granos y de impuestos por las retenciones, que ahora la perspectiva de que
el paro agropecuario se lleve a la larga sitúa en zona de riesgo.

El Fernández de la barba rala visita a su par venezolano Rafael Isea
para explotar la posibilidad de otra colocación de títulos de
la deuda en los pagos de Hugo Chávez.

El presidente bolivariano viene de una dura disputa con el grupo empresario
argentino Techint, al que le expropió la siderúrgica Sidor a precio
vil, sin escuchar siquiera los pedidos llegados desde la Casa Rosada para suavizar
los términos de la negociación.

Cristina Kirchner apela ahora a la relación con Chávez para abrir
ese canal de financiamiento alternativo que eluda el cerco tendido por la línea
Washington para recibir asistencia autónoma.

Hasta ahora, la Argentina lleva colocados US$ 6.416 millones en bonos en Venezuela.
En 2005 se habían entregado en forma directa US$ 1.563 millones, y en
2006, US$ 2.865 millones en Boden 2012. En 2007 hubo suscripciones por US$ 1.988
millones en Boden 2015, que sería el mismo a se utilizarse en una nueva
operación.

De todos modos, está pendiente aún desde el año pasado
una adquisición de títulos que había prometido realizar
Hugo Chávez, por US$ 1.000 millones. En noviembre empezó con una
adquisición directa de US$ 500 millones en Boden 2015, a una tasa del
10,43 % anual.

Gasoil

Integran, además, la comitiva oficial el ministro de Planificación
Federal, Julio de Vido, y el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino.

De Vido gestiona urgentes embarques de gasoil para paliar el agudo desabastecimiento
de combustibles que ha recrudecido en estos días, el que, según
el secretario de Energía, Daniel Camerón, requiere de importaciones
por 600.000 metros cúbicos en un plazo que va de 60 o 90 días.

El precio internacional del combustible supera en US$ 40 por metro cúbico
la tarifa regulada en el mercado interno, y rigen una serie de restricciones
impuestas por el gobierno por las cuales las petroleras redujeron sus compras
externas.

La estatal Enarsa podría hacerse ahora cargo de la diferencia de precios,
además del costo del gasoil que se importe libre de impuestos por medio
de un convenio con Petróleos de Venezuela SA (PDVSA).

Los funcionarios venezolanos esperan al nuevo ministro de Economía argentino
con una cuenta de US$ 2.000 millones que nuestro país debería
desembolsar para que, junto con los aportes por partes iguales de Brasil y Venezuela,
se integre el capital inicial de US$ 7.000 millones con que empezaría
a funcionar el Banco del Sur.

El ministro de Economía, Carlos Fernández, hizo su primera aparición
pública con el anuncio de una recaudación impositiva récord
en abril (mes en el que estuvo al frente de la AFIP), no participó como
su antecesor Martín Lousteau en el diálogo con la dirigencia rural
y ahora partió hacia Venezuela en busca de financiamiento y petróleo
para cubrir los déficit en ciernes.

Las gestiones que iniciará el nuevo titular del Palacio de Hacienda
en Caracas son consecuencia del fracaso de la ronda de negociaciones que había
iniciado Lousteau en Estados Unidos, para desembocar en un arreglo de la deuda
con el Club de París y posteriormente un paquete de desembolsos crediticios
del Banco Interamericano de Desarrollo.

De modo que quedó cerrada la puerta del circuito institucional, cuya
entrada es el visto bueno de Washington para acceder a una refinanciación
blanda de los US$ 16.100 millones que vencen este año.

El programa elaborado por el Ministerio de Economía a principios de
este año requería conseguir US$ 6.000 millones, de los cuales
US$ 2000 millones se pensaban obtener en la plaza local y US$ 4.000 millones
a través de emisiones de bonos que se colocarían en el sector
público nacional.

La arquitectura construida por el equipo económico anterior aprovechaba
los excedentes de caja de las reparticiones, como Anses y la de jubilaciones,
por ejemplo, alternativa doméstica de financiamiento que llegaría
a los US$ 2.000 millones.

Las tasas han ido subiendo, al tiempo que se tornó inestable el mercado
por las oscilaciones de los inversores privados. El Boden 2012 paga 11,1% y
el 2015, 12,9%, mientras al resto de los bonos, que están atados a los
cuestionados datos de inflación, les hacen “vade retro” cruzando
los dedos.

Pero fundamentalmente contaba con un ritmo de ingresos de divisas por exportaciones
de granos y de impuestos por las retenciones, que ahora la perspectiva de que
el paro agropecuario se lleve a la larga sitúa en zona de riesgo.

El Fernández de la barba rala visita a su par venezolano Rafael Isea
para explotar la posibilidad de otra colocación de títulos de
la deuda en los pagos de Hugo Chávez.

El presidente bolivariano viene de una dura disputa con el grupo empresario
argentino Techint, al que le expropió la siderúrgica Sidor a precio
vil, sin escuchar siquiera los pedidos llegados desde la Casa Rosada para suavizar
los términos de la negociación.

Cristina Kirchner apela ahora a la relación con Chávez para abrir
ese canal de financiamiento alternativo que eluda el cerco tendido por la línea
Washington para recibir asistencia autónoma.

Hasta ahora, la Argentina lleva colocados US$ 6.416 millones en bonos en Venezuela.
En 2005 se habían entregado en forma directa US$ 1.563 millones, y en
2006, US$ 2.865 millones en Boden 2012. En 2007 hubo suscripciones por US$ 1.988
millones en Boden 2015, que sería el mismo a se utilizarse en una nueva
operación.

De todos modos, está pendiente aún desde el año pasado
una adquisición de títulos que había prometido realizar
Hugo Chávez, por US$ 1.000 millones. En noviembre empezó con una
adquisición directa de US$ 500 millones en Boden 2015, a una tasa del
10,43 % anual.

Gasoil

Integran, además, la comitiva oficial el ministro de Planificación
Federal, Julio de Vido, y el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino.

De Vido gestiona urgentes embarques de gasoil para paliar el agudo desabastecimiento
de combustibles que ha recrudecido en estos días, el que, según
el secretario de Energía, Daniel Camerón, requiere de importaciones
por 600.000 metros cúbicos en un plazo que va de 60 o 90 días.

El precio internacional del combustible supera en US$ 40 por metro cúbico
la tarifa regulada en el mercado interno, y rigen una serie de restricciones
impuestas por el gobierno por las cuales las petroleras redujeron sus compras
externas.

La estatal Enarsa podría hacerse ahora cargo de la diferencia de precios,
además del costo del gasoil que se importe libre de impuestos por medio
de un convenio con Petróleos de Venezuela SA (PDVSA).

Los funcionarios venezolanos esperan al nuevo ministro de Economía argentino
con una cuenta de US$ 2.000 millones que nuestro país debería
desembolsar para que, junto con los aportes por partes iguales de Brasil y Venezuela,
se integre el capital inicial de US$ 7.000 millones con que empezaría
a funcionar el Banco del Sur.

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