El escenario mundial según la Unctad

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El informe anual del organismo dependiente de la ONU analiza la reforma de la estructura financiera internacional y la tendencia mundial a mantener el equilibrio por sobre todo.

La Organización de las Naciones Unidas para Comercio y Desarrollo (Unctad, según siglas en inglés), presentó hoy (martes 24) en Buenos Aires, el Informe Sobre Comercio y Desarrollo 2001 (ICD2001).

El estudio fue dado a conocer a través de una conferencia que brindó el subsecretario General de la Unctad, Carlos Fortín, en la oficina que el organismo tiene en Ginebra y, paralelamente, fue expuesto en las sedes de la entidad en todo el mundo.

El ICD2001 analiza la situación financiera internacional y recoge la tendencia que pregonan los gobierno de todo el mundo de mantener sobre todo la postura de un “equilibrio de las finanzas”.

Asimismo, al examinar las tendencias y perspectivas de la economía mundial, el informe de la Unctad se inclina por la adopción de medidas para contrarrestar el riesgo de un nuevo deterioro de la economía mundial, como consecuencia de la desaceleración del crecimiento económico en Estados Unidos, ya que los mercados emergentes son aún demasiado vulnerables.

En este sentido, el ICD2001 propone que, para que la situación mundial no siga deteriorándose, será preciso que las principales economías adopten políticas audaces y que cooperen entre ellas.

En última instancia, según la Unctad, lo que produjo el deterioro de la economía mundial ha sido el fin de la euforia de los negocios de la alta tecnología en Estados Unidos, lo que fue pronosticado en el anterior informe del organismo.

Paralelamente, el estudio sostiene que “dado el elevado nivel de endeudamiento privado, la cantidad de inversiones no viables en el sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones sostenida por el auge del capitalismo especulativo y la burbuja de la bolsa de los últimos años, junto con las incertidumbres que subsisten con respecto al dólar, no se debe subestimar la magnitud del desafío que se ha planteado en términos de política económica”.
En este sentido, la Unctad destaca la importancia que potencialmente puedan alcanzar las economías de Japón y la Unión Europea (EA) para convertirse en nuevos apoyos para las economías emergentes, e intentar que logren mayor despliegue por fuera de Estados Unidos para no depender de la evolución económica de un solo país.

En tanto, el ICD2001 recoge el dato de que algunas economías esperan beneficiarse de tasas de interés más bajas y un dólar más débil, que probablemente resulten de la desaceleración en Estados Unidos.

Entre éstas figuran las de los países asiáticos y de América latina con divisas fuertemente vinculadas al dólar; mientras que el debilitamiento del dólar significaría una mayor competividad en relación con otras economías, la reducción de las tasas de interés disminuiría a su vez el costo de los emprendimientos y de las deudas con los organismos internacionales (FMI y el Banco Mundial), lo que atenuaría la presión sobre los pagos y los presupuestos.

Según la Unctad, “esto podría ayudar a la Argentina a liberarse de la espiral de estancamiento de los últimos dos años. También se beneficiaría Brasil, que registró un crecimiento de 4% en 2000. Aun así, ninguna de esas economías parece estar lista para poner a prueba seriamente los límites de su potencial de crecimiento de manera que el crecimiento general de la región pueda alcanzar mucho más de 3,7% registrado en 2000”.

El estudio sostiene también que los resultados de la economía mundial en 2000 han sido los mejores en más de una década y en todas las regiones las cifras de crecimiento fueron más altas, la recuperación de América latina y de las economías de transición fue mayor de lo previsto.

Sin embargo, la situación cambió espectacularmente en el último trimestre de 2000 y comienzos de este año; “la economía de Estados Unidos acusó un brusco descenso y el aterrizaje podría ser más duro de lo que preveían los optimistas”, dice el organismo.

Al respecto, el ICD2001 prevé que el escenario económico mundial no mostrará un marco de desarrollo global hasta tanto no exista mejor competitividad de los países desarrollados respecto de Estados Unidos, puesto que ello permitiría a las economías emergentes tener más opciones para operar en mercados más variados.
Todas las variables generan a la Unctad y a los especialistas en todo el mundo dudas que podrían resumirse en una de las preguntas que concluyen el ICD2001: “¿cabe prever un período más prolongado de desinversión y reestructuración de la deuda en los Estados Unidos, parecido al que se registró en el Japón y en algunos países europeos a comienzos de los años ‘90?”.

Se puede obtener más información en la página del organismo en Internet: www.unctad.org.

La Organización de las Naciones Unidas para Comercio y Desarrollo (Unctad, según siglas en inglés), presentó hoy (martes 24) en Buenos Aires, el Informe Sobre Comercio y Desarrollo 2001 (ICD2001).

El estudio fue dado a conocer a través de una conferencia que brindó el subsecretario General de la Unctad, Carlos Fortín, en la oficina que el organismo tiene en Ginebra y, paralelamente, fue expuesto en las sedes de la entidad en todo el mundo.

El ICD2001 analiza la situación financiera internacional y recoge la tendencia que pregonan los gobierno de todo el mundo de mantener sobre todo la postura de un “equilibrio de las finanzas”.

Asimismo, al examinar las tendencias y perspectivas de la economía mundial, el informe de la Unctad se inclina por la adopción de medidas para contrarrestar el riesgo de un nuevo deterioro de la economía mundial, como consecuencia de la desaceleración del crecimiento económico en Estados Unidos, ya que los mercados emergentes son aún demasiado vulnerables.

En este sentido, el ICD2001 propone que, para que la situación mundial no siga deteriorándose, será preciso que las principales economías adopten políticas audaces y que cooperen entre ellas.

En última instancia, según la Unctad, lo que produjo el deterioro de la economía mundial ha sido el fin de la euforia de los negocios de la alta tecnología en Estados Unidos, lo que fue pronosticado en el anterior informe del organismo.

Paralelamente, el estudio sostiene que “dado el elevado nivel de endeudamiento privado, la cantidad de inversiones no viables en el sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones sostenida por el auge del capitalismo especulativo y la burbuja de la bolsa de los últimos años, junto con las incertidumbres que subsisten con respecto al dólar, no se debe subestimar la magnitud del desafío que se ha planteado en términos de política económica”.
En este sentido, la Unctad destaca la importancia que potencialmente puedan alcanzar las economías de Japón y la Unión Europea (EA) para convertirse en nuevos apoyos para las economías emergentes, e intentar que logren mayor despliegue por fuera de Estados Unidos para no depender de la evolución económica de un solo país.

En tanto, el ICD2001 recoge el dato de que algunas economías esperan beneficiarse de tasas de interés más bajas y un dólar más débil, que probablemente resulten de la desaceleración en Estados Unidos.

Entre éstas figuran las de los países asiáticos y de América latina con divisas fuertemente vinculadas al dólar; mientras que el debilitamiento del dólar significaría una mayor competividad en relación con otras economías, la reducción de las tasas de interés disminuiría a su vez el costo de los emprendimientos y de las deudas con los organismos internacionales (FMI y el Banco Mundial), lo que atenuaría la presión sobre los pagos y los presupuestos.

Según la Unctad, “esto podría ayudar a la Argentina a liberarse de la espiral de estancamiento de los últimos dos años. También se beneficiaría Brasil, que registró un crecimiento de 4% en 2000. Aun así, ninguna de esas economías parece estar lista para poner a prueba seriamente los límites de su potencial de crecimiento de manera que el crecimiento general de la región pueda alcanzar mucho más de 3,7% registrado en 2000”.

El estudio sostiene también que los resultados de la economía mundial en 2000 han sido los mejores en más de una década y en todas las regiones las cifras de crecimiento fueron más altas, la recuperación de América latina y de las economías de transición fue mayor de lo previsto.

Sin embargo, la situación cambió espectacularmente en el último trimestre de 2000 y comienzos de este año; “la economía de Estados Unidos acusó un brusco descenso y el aterrizaje podría ser más duro de lo que preveían los optimistas”, dice el organismo.

Al respecto, el ICD2001 prevé que el escenario económico mundial no mostrará un marco de desarrollo global hasta tanto no exista mejor competitividad de los países desarrollados respecto de Estados Unidos, puesto que ello permitiría a las economías emergentes tener más opciones para operar en mercados más variados.
Todas las variables generan a la Unctad y a los especialistas en todo el mundo dudas que podrían resumirse en una de las preguntas que concluyen el ICD2001: “¿cabe prever un período más prolongado de desinversión y reestructuración de la deuda en los Estados Unidos, parecido al que se registró en el Japón y en algunos países europeos a comienzos de los años ‘90?”.

Se puede obtener más información en la página del organismo en Internet: www.unctad.org.

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