jueves, 10 de julio de 2025

El consumo creció 4,4% en mayo, impulsado por productos no básicos y cuidado personal

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Según el informe de NielsenIQ, el desempeño del mercado fue heterogéneo y muestra señales de reconfiguración en los hábitos de gasto

En mayo de 2025, el consumo en la Argentina registró un crecimiento interanual del 4,4%, de acuerdo con los datos relevados por la consultora Nielsen Consumer LLC. El informe correspondiente a la Canasta NielsenIQ muestra una recuperación general del mercado, aunque con diferencias marcadas entre categorías, lo que revela una transformación en los patrones de compra de los hogares.

El crecimiento agregado se sustenta, en gran medida, en el avance de los rubros no esenciales y del segmento de cuidado personal, mientras que los productos básicos muestran comportamientos más contenidos o directamente negativos. Esta composición sugiere una reorientación del consumo hacia bienes percibidos como discrecionales, aun en un contexto de incertidumbre económica.

Comportamientos dispares entre rubros

El rubro bebidas presentó un crecimiento del 4,1%, explicado casi en su totalidad por el incremento del 7,0% en el consumo de bebidas no alcohólicas. Por el contrario, las bebidas alcohólicas retrocedieron un 3,0%, afectando el rendimiento general del sector.

La categoría alimentos mostró un avance global del 4,0%, aunque con fuertes divergencias internas. Los alimentos no básicos crecieron un 6,2%, las golosinas un 5,4%, mientras que los alimentos básicos —que constituyen una parte sustancial del consumo esencial— cayeron un 2,7%. Este dato adquiere relevancia en términos distributivos, al señalar una contracción en productos de primera necesidad frente al dinamismo de rubros más prescindibles.

En tanto, el conjunto conformado por artículos de cuidado personal y productos de limpieza experimentó la mayor suba, con un crecimiento del 5,9%. Dentro de este grupo, cosmética y tocador se expandieron un 4,8%, mientras que la limpieza del hogar y de la ropa registró una suba destacada del 8,3%.

Indicadores de cambio en la demanda

La evolución del consumo, según lo observado en el informe, revela al menos dos dimensiones clave. Por un lado, persiste la demanda en segmentos asociados al bienestar, el aseo y la gratificación inmediata, lo cual puede interpretarse como una reacción adaptativa de los hogares frente a restricciones prolongadas. Por otro lado, la contracción de los alimentos básicos sugiere que ciertos sectores sociales ajustan su canasta hacia productos más accesibles o reducen directamente su volumen de compra.

Desde el punto de vista empresarial, estas tendencias tienen implicancias directas en la planificación comercial, la asignación de recursos promocionales y la adecuación de surtidos. La Canasta NielsenIQ resulta una herramienta de utilidad para interpretar la conducta del consumidor argentino en un entorno volátil.

Un mapa dinámico del consumo

El dato de crecimiento del 4,4% no debe interpretarse en forma aislada, sino como parte de una curva que combina recuperación, reorganización y selectividad. La performance positiva en bienes no esenciales puede reflejar mejoras parciales en el poder adquisitivo o una valorización creciente de productos ligados al bienestar personal. Sin embargo, la debilidad de los alimentos básicos y el retroceso de las bebidas alcohólicas invitan a matizar cualquier lectura optimista.

El consumo opera como termómetro y como síntoma. Expresa, a la vez, las posibilidades económicas de los hogares y sus prioridades culturales. Medirlo con precisión, como lo hace NielsenIQ, permite anticipar movimientos del mercado que no siempre se perciben en los indicadores agregados. La clave, como en toda economía heterogénea, reside en observar tanto el promedio como sus desviaciones. Allí se dibuja el verdadero mapa de la demanda.

 

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