El Banco Central y el Ministerio de Economía vuelven a distanciarse

Ambos organismos no logran ponerse de acuerdo en cómo actuar ante la posible crisis del sistema financiero impulsada por una eventual devolución inmediata de los depósitos que aún permanecen en el "corralón".

11 marzo, 2003

Según trascendió, la pasividad que refleja la postura de
Economía encuentra su contraparte en la posibilidad de “cortar por
lo sano” y entregar un bono compulsivo que esgrime el Central.

El ministro de Economía, Roberto Lavagna, ya hizo pública su
intención de dejarle al próximo gobierno la decisión final sobre
qué hacer con los depósitos que aún se encuentran inmovilizados.

No obstante, en el Palacio de Hacienda dicen que sólo van a
echar mano a nuevas medidas antes del 25 de mayo en caso de que el
fallo redolarizador altere a los mercados y a los bancos.

En el Banco Central, en cambio, consideran que es necesario
actuar para prevenir efectos negativos de la decisión de la Corte,
que si bien está centrada en un solo caso (el de la provincia de
San Luis) sienta jurisprudencia en torno a la pesificación de los
depósitos, que fue declarada inconstitucional.

Las medidas que alienta Alfonso Prat-Gay, titular del Central,
fueron elevadas al Jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof.

En ellas, se resalta que una emisión de bonos (ya sea para los
bancos o para los ahorristas) alcanzaría a 3.500 millones de
dólares.

La autoridad monetaria
puede provocar cuatro problemas significativos:

-Sin medidas de fondo, se puede originar un serio problema de
liquidez en el sistema bancario.

-Si esos bonos se destinan sólo a los bancos, éstos pasarían a
contar con 70 por ciento de títulos públicos en su cartera de
activos, 10 puntos más que el nivel de hoy.

-La falta de dinero en el sistema financiero provocaría un
aumento de la tasa de interés, por la necesidad de los bancos de
captar nuevos depósitos.

-Pero si los depósitos caen y además las tasas suben, se aleja
la posibilidad de que se recupere el mercado crediticio.

Según trascendió, la pasividad que refleja la postura de
Economía encuentra su contraparte en la posibilidad de “cortar por
lo sano” y entregar un bono compulsivo que esgrime el Central.

El ministro de Economía, Roberto Lavagna, ya hizo pública su
intención de dejarle al próximo gobierno la decisión final sobre
qué hacer con los depósitos que aún se encuentran inmovilizados.

No obstante, en el Palacio de Hacienda dicen que sólo van a
echar mano a nuevas medidas antes del 25 de mayo en caso de que el
fallo redolarizador altere a los mercados y a los bancos.

En el Banco Central, en cambio, consideran que es necesario
actuar para prevenir efectos negativos de la decisión de la Corte,
que si bien está centrada en un solo caso (el de la provincia de
San Luis) sienta jurisprudencia en torno a la pesificación de los
depósitos, que fue declarada inconstitucional.

Las medidas que alienta Alfonso Prat-Gay, titular del Central,
fueron elevadas al Jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof.

En ellas, se resalta que una emisión de bonos (ya sea para los
bancos o para los ahorristas) alcanzaría a 3.500 millones de
dólares.

La autoridad monetaria
puede provocar cuatro problemas significativos:

-Sin medidas de fondo, se puede originar un serio problema de
liquidez en el sistema bancario.

-Si esos bonos se destinan sólo a los bancos, éstos pasarían a
contar con 70 por ciento de títulos públicos en su cartera de
activos, 10 puntos más que el nivel de hoy.

-La falta de dinero en el sistema financiero provocaría un
aumento de la tasa de interés, por la necesidad de los bancos de
captar nuevos depósitos.

-Pero si los depósitos caen y además las tasas suben, se aleja
la posibilidad de que se recupere el mercado crediticio.

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