<p>El aumento del desempleo –que Hacienda no esperaba-, en efecto puede modificar el panorama. Por ejemplo, obligando a las principales entidades financieras a congelar más fondos en libros, pues el fisco estará menos dispuesto a inyectar dinero de los contribuyentes.</p>
<p>Las pruebas ácidas (“stress tests”) persiguen asegurar que las instituciones grandes dispongan de capitalización o liquidez suficiente para afrontar una recesión pero que la inicialmente esperada. En términos técnicos, surge una hipótesis de máxima superior a la actual, que marca 10,4% de población activo sin trabajo a fin de 2010.</p>
<p>Ese “futurable” fue objetado por optimista por economistas como Joseph Stiglitz o Paul Krugman cuando se formuló, en febrero. Paralelamente, la Reserva Federal y fuentes privadas revisaban estimaciones de expansión para 2009/10. Ya en ese momento, la proyección de 10,4% superaba la formulada por hacienda a fines de 2008 (8,5%).<br />
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Los técnicos oficiales sostienen que es ya demasiado tarde para reformular las pruebas ácidas, aunque sí para evaluar los resultados. Pero ello, de por sí, echaría sombras de duda sobre el informa parcial previsto esta semana. En este clima, el inefable Nouriel Roubini ha salido a afirmar que “esos resultados carecen ya de sentido, porque los nuevos datos reales empeoran cualquier hipótesis”. </p>
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El avance del desempleo afecta las pruebas ácidas
El creciente deterioro laboral quizás induzca más dureza en el gobierno al evaluar o revaluar los resultados de ensayos contables sobre los diecienueve mayores bancos. En principio, debían difundirse parcialmente estos días.