<p>En una visión dura del futuro, se incluyen violencia social, caída de gobiernos, terrorismo en gran escala y, claro, guerra de todo tipo. La red norteamericana de inteligencia, por vez primera, extrapola los efectos del cambio climático en la seguridad externa e interna de Estados Unidos.</p>
<p>Recientes juegos de guerra en el departamento federal de defensa han llegado a una conclusión poco grata. En 20 a 30 años, las zonas más vulnerables (África subsahariana, parte de Latinoamérica, Levante, Asía meridional, oriental y sudoriental) afrontarán escasez de alimentos, inundaciones, o bien falta de agua potable. Estas emergencias irán más allá de lo social e implicarán intervenciones militares.<br />
<br />
Con cierta ingenuidad –como si los fracasos bélicos de Vietnam en más no pesasen-, un ejercicio realizado por la universidad nacional de defensa (entidad manejada por las fuerzas armadas) analizaba los efectos potenciales de una megainundación en Bangladesh. Ya hoy, ese país en pleno delta Ganges-Brahmaputra contiene 140 millones de habitantes en 144.000 km2. y es una bomba de tiempo. Este juego de guerra no ha tenido más que a imaginar un éxodo masivo a India, o sea a la también sobrepoblada Bengala oeste, que no es musulmana sino hindú.<br />
<br />
Pero esta clase de proyecciones tiene aspectos positivos. Por ejemplo, si EE.UU. no reduce el consumo de combustibles fósiles más de cuanto lo hace ya la Unión Europea, los dos gases típicos del efecto invernadero (monóxido y dióxido de carbono) causarán desastres ambientales. A su vez, éstos fomentarán crisis sociales, políticas y, claro, bélicas.<br />
<br />
Estos riegos futuros sin duda influirán en los debates parlamentarios de septiembre en adelante. ¿Por qué? Porque encararán legislación aprobada en junio por la cámara baja sobre cambio climático, restricciones a combustibles fósiles y promoción de energías limpias o verdes. <br />
<br />
Si bien militares y agencias de inteligencia eran conscientes de los peligros ecológicos hace ya años, el gobierno de George W. Bush (dominado por las grandes petroleras) no quería tocar el tema. Por el contrario, ahora Barack Obama lo incluye entre sus políticas claves. El consejo nacional de inteligencia, que genera todo tipo de estudios, acaba de finalizar la primera evaluación proactiva de las implicancias del recalentamiento global en la seguridad del país.</p>
<p> </p>
Efecto invernadero, ¿es una amenaza para Estados Unidos?
Washington cree que el recalentamiento mundial presenta severos dilemas estratégicos en los próximos lustros. El Pentágono, por su parte, plantea acciones militares contra tifones, maremotos, sequías, pandemias, hambrunas, disturbios, etc.