EE.UU.: un feriado pendiente de los recuentos

Los candidatos a la presidencia viven el Día de Acción de Gracias a la expectativa de los dictámenes judiciales, tras la determinación del Tribunal Supremo de Florida que permitirá tomar en cuenta los recuentos manuales.

23 noviembre, 2000

(EFE).- La batalla electoral por la presidencia de Estados Unidos entró en una dinámica de recursos y apelaciones que, lejos de permitir ver el final del túnel, empieza a resultar molesta en el país.

Estados Unidos, que hoy celebra el Día de Acción de Gracias se esfuerza por dar una imagen de normalidad pero los problemas electorales de Florida impiden que la jornada sea “tradicional”.

A pesar de que los candidatos que se disputan la Casa Blanca anunciaron que pasarán la jornada “en familia”, sus baterías de abogados continúan preparando y presentando recursos ante las más altas instancias judiciales del país.

Y en los condados con problemas, los voluntarios, lejos de estar cocinando el pavo, siguen enfrentando sus criterios y mirando al trasluz las papeletas en un intento de interpretar la voluntad de los votantes.

El republicano George W. Bush anunció el miércoles su intención de recurrir al Supremo de Estados Unidos para intentar, por última vez, que el recuento de los votos manuales que llevan a cabo varios condados de Florida no sea tomado en cuenta.

Su oponente, el demócrata Al Gore, anunció hoy mismo un nuevo recurso ante el Tribunal Supremo de Florida para obligar a las autoridades del condado de Miami Dade a llevar a cabo el recuento manual de votos que, por falta de tiempo, decidieron ayer dejar de realizar.

Ambos, por tanto, están pendientes de los Tribunales mientras dan la impresión de tranquilidad y anuncian su intención de pasar una jornada “relajada y familiar” dentro del más emotivo espíritu festivo.

George Bush tiene intención de reunirse con su familia y sus amigos en Austin, (Texas) mientras que Al Gore hará lo propio en Washington, donde ayer se dejó ver como “voluntario” en actividades caritativas propias de la festividad.

Pero la tensión es muy elevada y, de hecho, ya se cobró la primera víctima.

El candidato republicano a la vicepresidencia, Richard Cheney, que tiene un corazón delicado y un cuádruple bypass se encuentra internado en un hospital de Washington donde dará gracias porque el ataque cardíaco sufrido en la madrugada del miércoles, aparentemente fue leve aunque tuvieron que hacerle una angioplastia.

Cheney, acompañado por sus médicos, asegura que se encuentra muy bien y está dispuesto ya a asumir cualquier responsabilidad que se le venga encima por grande que esta sea.

El ataque al corazón de Cheney le sobrevino justo después de que el Tribunal Supremo de Florida dictaminara el martes que los recuentos manuales iban a ser tomados en cuenta.

Todos ellos, al igual que el demócrata Joe Lieberman, que está en Connecticut, su estado natal, viven pendientes de los dictámenes judiciales que, por supuesto, serán la comidilla de la gran mayoría de las reuniones familiares que se celebran hoy.

Y es que los ciudadanos de a pie de este país, que piensan en general que “no hay crisis”, están cansándose del espectáculo.

Esto es al menos lo que muchos observadores, como el ex-senador republicano, Bob Dole, creen.

Hasta ahora, dice Dole, los estadounidenses estuvieron tranquilos pero, una vez pasado el Día de Acción de Gracias, “vamos a asistir a un cambio de actitud”.

Todo parece indicar que va a ser así ya que la gente, que inicialmente consideró que no había ningún problema, empieza a darse cuenta de que la guerra electoral de Estados Unidos se está convirtiendo en el hazmerreír del mundo.

(EFE).- La batalla electoral por la presidencia de Estados Unidos entró en una dinámica de recursos y apelaciones que, lejos de permitir ver el final del túnel, empieza a resultar molesta en el país.

Estados Unidos, que hoy celebra el Día de Acción de Gracias se esfuerza por dar una imagen de normalidad pero los problemas electorales de Florida impiden que la jornada sea “tradicional”.

A pesar de que los candidatos que se disputan la Casa Blanca anunciaron que pasarán la jornada “en familia”, sus baterías de abogados continúan preparando y presentando recursos ante las más altas instancias judiciales del país.

Y en los condados con problemas, los voluntarios, lejos de estar cocinando el pavo, siguen enfrentando sus criterios y mirando al trasluz las papeletas en un intento de interpretar la voluntad de los votantes.

El republicano George W. Bush anunció el miércoles su intención de recurrir al Supremo de Estados Unidos para intentar, por última vez, que el recuento de los votos manuales que llevan a cabo varios condados de Florida no sea tomado en cuenta.

Su oponente, el demócrata Al Gore, anunció hoy mismo un nuevo recurso ante el Tribunal Supremo de Florida para obligar a las autoridades del condado de Miami Dade a llevar a cabo el recuento manual de votos que, por falta de tiempo, decidieron ayer dejar de realizar.

Ambos, por tanto, están pendientes de los Tribunales mientras dan la impresión de tranquilidad y anuncian su intención de pasar una jornada “relajada y familiar” dentro del más emotivo espíritu festivo.

George Bush tiene intención de reunirse con su familia y sus amigos en Austin, (Texas) mientras que Al Gore hará lo propio en Washington, donde ayer se dejó ver como “voluntario” en actividades caritativas propias de la festividad.

Pero la tensión es muy elevada y, de hecho, ya se cobró la primera víctima.

El candidato republicano a la vicepresidencia, Richard Cheney, que tiene un corazón delicado y un cuádruple bypass se encuentra internado en un hospital de Washington donde dará gracias porque el ataque cardíaco sufrido en la madrugada del miércoles, aparentemente fue leve aunque tuvieron que hacerle una angioplastia.

Cheney, acompañado por sus médicos, asegura que se encuentra muy bien y está dispuesto ya a asumir cualquier responsabilidad que se le venga encima por grande que esta sea.

El ataque al corazón de Cheney le sobrevino justo después de que el Tribunal Supremo de Florida dictaminara el martes que los recuentos manuales iban a ser tomados en cuenta.

Todos ellos, al igual que el demócrata Joe Lieberman, que está en Connecticut, su estado natal, viven pendientes de los dictámenes judiciales que, por supuesto, serán la comidilla de la gran mayoría de las reuniones familiares que se celebran hoy.

Y es que los ciudadanos de a pie de este país, que piensan en general que “no hay crisis”, están cansándose del espectáculo.

Esto es al menos lo que muchos observadores, como el ex-senador republicano, Bob Dole, creen.

Hasta ahora, dice Dole, los estadounidenses estuvieron tranquilos pero, una vez pasado el Día de Acción de Gracias, “vamos a asistir a un cambio de actitud”.

Todo parece indicar que va a ser así ya que la gente, que inicialmente consideró que no había ningún problema, empieza a darse cuenta de que la guerra electoral de Estados Unidos se está convirtiendo en el hazmerreír del mundo.

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