EE.UU.: se le secan fuentes de crédito al sector privado

Los fondos disponibles para las empresas en Estados Unidos van agotándose a un ritmo no visto en decenios. Esto afecta la demanda laboral y el crecimiento, elevando temores recesivos. ¿Quién lo dice? La Reserva Federal.

1 diciembre, 2007

Dos fuentes principales combinadas –préstamos bancarios, papeles comerciales de corto plazo- llegaron al tope de US$ 3,3 billones en agosto, señala el emisor. Hacia mediados de noviembre, la cifra cedía a tres billones, un retroceso de 9% en noventa días.

Nunca, en los 34 años que la RF lleva confeccionando esas estadísticas, ambos canales se habían secado a semejante velocidad. Declives menos pronunciados anticiparon tres recesiones a partir de 1975. En otras oportunidades, los mismos síntomas surgían acompañando desaceleraciones económicas.

Técnicos y analistas profesionales del banco central estadounidense se sienten cada día más alarmados por un problema que sus superiores y los mercados especulativos tratan de soslayar. Pero un vocero informal del grupo, Donald Kohn (vicepresidente ejecutivo), pues esta semana el dedo en la llaga, justo mientras Wall Street vivía un desborde eufórico.

En años recientes, una masa de préstamos comerciales respondía a una “espiral de riqueza” creada por los bancos. Este sector daba créditos documentados, que luego recolocaba con ganancias. Pero la crisis de malas hipotecas y la ola de iliquidez resultante (que incluye compras apalancadas) acabaron con la prosperidad y hoy agota el flujo de fondos al sector privado.

Dos fuentes principales combinadas –préstamos bancarios, papeles comerciales de corto plazo- llegaron al tope de US$ 3,3 billones en agosto, señala el emisor. Hacia mediados de noviembre, la cifra cedía a tres billones, un retroceso de 9% en noventa días.

Nunca, en los 34 años que la RF lleva confeccionando esas estadísticas, ambos canales se habían secado a semejante velocidad. Declives menos pronunciados anticiparon tres recesiones a partir de 1975. En otras oportunidades, los mismos síntomas surgían acompañando desaceleraciones económicas.

Técnicos y analistas profesionales del banco central estadounidense se sienten cada día más alarmados por un problema que sus superiores y los mercados especulativos tratan de soslayar. Pero un vocero informal del grupo, Donald Kohn (vicepresidente ejecutivo), pues esta semana el dedo en la llaga, justo mientras Wall Street vivía un desborde eufórico.

En años recientes, una masa de préstamos comerciales respondía a una “espiral de riqueza” creada por los bancos. Este sector daba créditos documentados, que luego recolocaba con ganancias. Pero la crisis de malas hipotecas y la ola de iliquidez resultante (que incluye compras apalancadas) acabaron con la prosperidad y hoy agota el flujo de fondos al sector privado.

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