EE.UU.: fisuras en el apoyo a Gore

Ciertos sectores del Congreso expresaron sus dudas sobre si es conveniente que el candidato demócrata prosiga la lucha en los tribunales. Las encuestas indican que la mayoría de los electores quiere cerrar esta situación.

29 noviembre, 2000

(EFE).- El apoyo demócrata a Albert Gore en la batalla judicial por la Casa Blanca comienza hoy (miércoles 29) a tener fisuras y no está del todo desvinculado de los intereses personales de algunos dirigentes de la formación política.

Los líderes legislativos expresaron su más firme respaldo a Gore, pero ciertos sectores del Congreso expresan dudas sobre si es conveniente que el candidato demócrata prosiga la lucha en los tribunales por la conquista de la Casa Blanca.

“No pueden contarse los votos de forma indefinida”, dijo el senador Byron Dorgan, opinión que coincide con la emitida por otros legisladores, como el representante Bud Cramer.

“Mientras más dure (la disputa electoral), más difícil será unir al país. Es momento de cerrar este asunto”, indicó Cramer.

Los líderes demócratas en el Senado, Tom Daschle, y la Cámara de Representantes, Richard Gephardt, cerraron filas esta semana en apoyo a Gore, pero algunos comentaristas dicen que ninguno de los dos tenía otra alternativa, ante el activismo de las bases del partido.

Grupos sindicales y legisladores de raza negra encabezaron las manifestaciones en Florida en petición de un “recuento justo” de votos y se oponen firmemente a que Gore conceda la victoria al republicano George W. Bush, que fue certificado como ganador del estado por sólo 537 votos.

“En un grupo tan diverso como el nuestro va a haber distintas voces, pero la gran mayoría está con el vicepresidente”, aseguró el representante Robert Menéndez, cuarto en jerarquía de la minoría demócrata en la Cámara baja.

Para Menéndez, las voces disidentes demócratas son legisladores de distritos conservadores que comienzan a recibir la presión de sus electores, pero no constituyen “la opinión del partido”.

Los dirigentes demócratas dicen que, a pesar de que las encuestas indican que la mayoría de los electores quieren cerrar este asunto, deben evitarse decisiones precipitadas, pues el resultado de las elecciones está en manos del Tribunal Supremo de Estados Unidos y cortes estatales.

“Ambos equipos electorales han presentado recursos legales y hay tiempo para que sean escuchados”, dijo la senadora electa demócrata Hillary Clinton, que habló del asunto durante la decoración del árbol navideño de la Casa Blanca.

Según la prensa estadounidense, a líderes demócratas como Gephardt, Daschle y al senador Bob Kerrey, que deja este mes su escaño, les resulta conveniente ser solidarios con Gore, pues de otra forma dividirían al partido o se aislarían de su base.

Kerrey, que llegó a ser mencionado como posible candidato a la Vicepresidencia del país, deja su escaño para asumir en enero la presidencia de la universidad New School for Social Research de Nueva York.

Sin embargo, se le incluye en una lista de eventuales candidatos a la Presidencia para las elecciones de 2004, una aspiración que algunos creen que a Gore se le aleja cada vez que renueva sus esfuerzos en torno al recuento manual de votos en Florida.

Un estratega demócrata afirmó que a Gephardt y Daschle les beneficiaría una derrota de Gore en estas elecciones, pues el electorado podría rebelarse en las legislativas de 2002 y darles la dirección del Congreso.

Sin embargo, no pueden permitirse el lujo de desvincularse del movimiento en favor de Gore, debido a que la base del partido no les perdonaría que den el golpe de gracia al vicepresidente de Estados Unidos.

Gore, mientras tanto, sigue pensando en las elecciones del 7 de noviembre y aseguró hoy que está convencido de que ganó en el estado de Florida y que todo quedará definido, si se hace un recuento adecuado en los condados de Miami-Dade, Palm Beach y Nassau.

En una entrevista con la cadena NBC, como parte de su esfuerzo para contrarrestar la presión, Gore afirmó hoy que considera que “una clara mayoría de la gente que fue a las urnas de votación (en Florida) trató de votar por mí y Joe Liberman”, su candidato a vicepresidente.

Una nueva encuesta, de la empresa Zogby, indicó hoy que 57% de los estadounidenses quieren que Gore se rinda, pero tres cuartas partes de sus votantes creen que debe seguir la batalla.

(EFE).- El apoyo demócrata a Albert Gore en la batalla judicial por la Casa Blanca comienza hoy (miércoles 29) a tener fisuras y no está del todo desvinculado de los intereses personales de algunos dirigentes de la formación política.

Los líderes legislativos expresaron su más firme respaldo a Gore, pero ciertos sectores del Congreso expresan dudas sobre si es conveniente que el candidato demócrata prosiga la lucha en los tribunales por la conquista de la Casa Blanca.

“No pueden contarse los votos de forma indefinida”, dijo el senador Byron Dorgan, opinión que coincide con la emitida por otros legisladores, como el representante Bud Cramer.

“Mientras más dure (la disputa electoral), más difícil será unir al país. Es momento de cerrar este asunto”, indicó Cramer.

Los líderes demócratas en el Senado, Tom Daschle, y la Cámara de Representantes, Richard Gephardt, cerraron filas esta semana en apoyo a Gore, pero algunos comentaristas dicen que ninguno de los dos tenía otra alternativa, ante el activismo de las bases del partido.

Grupos sindicales y legisladores de raza negra encabezaron las manifestaciones en Florida en petición de un “recuento justo” de votos y se oponen firmemente a que Gore conceda la victoria al republicano George W. Bush, que fue certificado como ganador del estado por sólo 537 votos.

“En un grupo tan diverso como el nuestro va a haber distintas voces, pero la gran mayoría está con el vicepresidente”, aseguró el representante Robert Menéndez, cuarto en jerarquía de la minoría demócrata en la Cámara baja.

Para Menéndez, las voces disidentes demócratas son legisladores de distritos conservadores que comienzan a recibir la presión de sus electores, pero no constituyen “la opinión del partido”.

Los dirigentes demócratas dicen que, a pesar de que las encuestas indican que la mayoría de los electores quieren cerrar este asunto, deben evitarse decisiones precipitadas, pues el resultado de las elecciones está en manos del Tribunal Supremo de Estados Unidos y cortes estatales.

“Ambos equipos electorales han presentado recursos legales y hay tiempo para que sean escuchados”, dijo la senadora electa demócrata Hillary Clinton, que habló del asunto durante la decoración del árbol navideño de la Casa Blanca.

Según la prensa estadounidense, a líderes demócratas como Gephardt, Daschle y al senador Bob Kerrey, que deja este mes su escaño, les resulta conveniente ser solidarios con Gore, pues de otra forma dividirían al partido o se aislarían de su base.

Kerrey, que llegó a ser mencionado como posible candidato a la Vicepresidencia del país, deja su escaño para asumir en enero la presidencia de la universidad New School for Social Research de Nueva York.

Sin embargo, se le incluye en una lista de eventuales candidatos a la Presidencia para las elecciones de 2004, una aspiración que algunos creen que a Gore se le aleja cada vez que renueva sus esfuerzos en torno al recuento manual de votos en Florida.

Un estratega demócrata afirmó que a Gephardt y Daschle les beneficiaría una derrota de Gore en estas elecciones, pues el electorado podría rebelarse en las legislativas de 2002 y darles la dirección del Congreso.

Sin embargo, no pueden permitirse el lujo de desvincularse del movimiento en favor de Gore, debido a que la base del partido no les perdonaría que den el golpe de gracia al vicepresidente de Estados Unidos.

Gore, mientras tanto, sigue pensando en las elecciones del 7 de noviembre y aseguró hoy que está convencido de que ganó en el estado de Florida y que todo quedará definido, si se hace un recuento adecuado en los condados de Miami-Dade, Palm Beach y Nassau.

En una entrevista con la cadena NBC, como parte de su esfuerzo para contrarrestar la presión, Gore afirmó hoy que considera que “una clara mayoría de la gente que fue a las urnas de votación (en Florida) trató de votar por mí y Joe Liberman”, su candidato a vicepresidente.

Una nueva encuesta, de la empresa Zogby, indicó hoy que 57% de los estadounidenses quieren que Gore se rinda, pero tres cuartas partes de sus votantes creen que debe seguir la batalla.

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