EE.UU.: el repunte no marcha como lo requiere la reelección

En general, los números favorables son esporádicos y, en todo caso, no se sienten en la vida de la gente. Además, surgen nuevas señales de enfriamiento, aunque también sean aisladas.

27 septiembre, 2004

Sin el impulso que algunos gurúes bursátiles, el Fondo Monetario o el Banco Mundial quisieran, la economía norteamericana parece mejorar. A primera vista y sumado a la pálida imagen de John F.Kerry, esto debiera consolidar a George W.Bush en encuestas –donde las diferencias oscilan alrededor de tres puntos- y posibilidades electorales. Pero subsisten dudas, particularmente entre mujeres… republicanas.

Tampoco los consultores políticos las tienen todas consigo. En el tema económico, la imagen de Kerry supera ampliamente la de Bush, por lo menos desde marzo. Así, una selección de sondeos nacionales indica que el candidato demócrata no baja de 50% de aprobación, mientras el presidente no sube de 40%, siempre en materia de economía y empleo. Al mismo tiempo, la gestión global del gobierno mantiene poco más de 50% de desaprobación pública, también en lo económico. Sólo el área terrorismo pone en ventaja al presidente (hasta siete puntos).

Algunos síntomas locales, según el “Wall Street Journal” (pro reelección, vale la pena recordar), son preocupantes. Surgen señales desfavorables en lo atienen a consumo, empleo y confianza en… Florida. Este distrito le dio la victoria nacional a Bush en 2000, merced a maniobras poco claras de su hermano, el gobernador Jeb, la complicidad del Senado y la tolerancia de la Corte Suprema. Pero ello fue posible sólo porque la diferencia era mínima. Si no se repiten resultados similares, será difícil otro “fraude blanco” en ese estado.

Tras una lenta recuperación en 2003 y pérdida de impulso a principios de este año, desde mayo las señales positivas se alternan con las positivas e impiden que el empleo se recobre como desearía el gobierno. No obstante, la inflación sigue baja y las tasas de largo plazo también, aunque la Reserva Federal continúe elevando las referenciales, de cortísimo plazo. Por cierto, Alan Greenspan y su eminencia gris, Benjamin Bernanke, parecen remar contra la corriente y sus propios dichos.

Sea como fuere, hay incertidumbres en cuanto al tiempo que insumirán los síntomas positivos para influir sobre los votantes. Pero lo que sostiene el WJ es falaz: no se trata de síntomas macroeconómicos que no llegan a la microeconomía, sino de indicadores sectoriales –a veces, apenas manifestaciones de expectativas gerenciales- que no alteran la percepción de la economía real que tiene el público.

La encuesta del periódico financiero confirma eso, oblicuamente. Las muestras provienen de sectores de ingresos altos, beneficiados por dos paquetes de rebajas tributarias (US$ 2,35 billones, si se mantienen los doce años que están programados, o sea de 2001 a 2012). Por ende, 45% apoya esas prebendas, aunque 37% las desapruebe por su deletéreo efecto en los ingreso fiscales.

Sin el impulso que algunos gurúes bursátiles, el Fondo Monetario o el Banco Mundial quisieran, la economía norteamericana parece mejorar. A primera vista y sumado a la pálida imagen de John F.Kerry, esto debiera consolidar a George W.Bush en encuestas –donde las diferencias oscilan alrededor de tres puntos- y posibilidades electorales. Pero subsisten dudas, particularmente entre mujeres… republicanas.

Tampoco los consultores políticos las tienen todas consigo. En el tema económico, la imagen de Kerry supera ampliamente la de Bush, por lo menos desde marzo. Así, una selección de sondeos nacionales indica que el candidato demócrata no baja de 50% de aprobación, mientras el presidente no sube de 40%, siempre en materia de economía y empleo. Al mismo tiempo, la gestión global del gobierno mantiene poco más de 50% de desaprobación pública, también en lo económico. Sólo el área terrorismo pone en ventaja al presidente (hasta siete puntos).

Algunos síntomas locales, según el “Wall Street Journal” (pro reelección, vale la pena recordar), son preocupantes. Surgen señales desfavorables en lo atienen a consumo, empleo y confianza en… Florida. Este distrito le dio la victoria nacional a Bush en 2000, merced a maniobras poco claras de su hermano, el gobernador Jeb, la complicidad del Senado y la tolerancia de la Corte Suprema. Pero ello fue posible sólo porque la diferencia era mínima. Si no se repiten resultados similares, será difícil otro “fraude blanco” en ese estado.

Tras una lenta recuperación en 2003 y pérdida de impulso a principios de este año, desde mayo las señales positivas se alternan con las positivas e impiden que el empleo se recobre como desearía el gobierno. No obstante, la inflación sigue baja y las tasas de largo plazo también, aunque la Reserva Federal continúe elevando las referenciales, de cortísimo plazo. Por cierto, Alan Greenspan y su eminencia gris, Benjamin Bernanke, parecen remar contra la corriente y sus propios dichos.

Sea como fuere, hay incertidumbres en cuanto al tiempo que insumirán los síntomas positivos para influir sobre los votantes. Pero lo que sostiene el WJ es falaz: no se trata de síntomas macroeconómicos que no llegan a la microeconomía, sino de indicadores sectoriales –a veces, apenas manifestaciones de expectativas gerenciales- que no alteran la percepción de la economía real que tiene el público.

La encuesta del periódico financiero confirma eso, oblicuamente. Las muestras provienen de sectores de ingresos altos, beneficiados por dos paquetes de rebajas tributarias (US$ 2,35 billones, si se mantienen los doce años que están programados, o sea de 2001 a 2012). Por ende, 45% apoya esas prebendas, aunque 37% las desapruebe por su deletéreo efecto en los ingreso fiscales.

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