EE.UU: el cambio presidencial

Clinton se despidió con consejos para los estadounidenses. Bush dijo tener conciencia de las dificultades que enfrentará. Confía en demostrar su capacidad y en conciliar con la oposición.

19 enero, 2001

Bill Clinton se despidió ayer de la Presidencia de los Estados Unidos pidiendo a los ciudadanos que rechacen las tendencias aislacionistas y sean conscientes de las responsabilidades que acuerda al país su liderazgo mundial.

Manifestó que la nueva administración debería mantener la disciplina fiscal, derribar todas las barreras raciales en la sociedad norteamericana y asumir la posición de líder de Estados Unidos en el contexto internacional.

Una encuesta de opinión contratada por la cadena de televisión ABC y el diario The Washington Post indica que Clinton cuenta en el momento de abandonar el poder con una popularidad de 65%, el mismo que llegó a tener Ronald Reagan en parecidas circunstancias.

George W.Bush, al emprender viaje a Washington para ocupar su nuevo cargo, aseguró tener consciencia de que deberá demostrar que tiene todas las condiciones para ejercerlo; de tal manera respondió a las objeciones realizadas por diversos sectores que dudan de su capacidad para afrontar las responsabilidades presidenciales.

Además afirmó que dará a su gabinete un renovado protagonismo y otorgarle una mayor dosis de poder, convirtiéndose en líder de un equipo homogéneo y eficaz.

Bush tuvo palabras particulares de encomio para su vicepresidente, Dick Cheney, y para sus secretario de Estado, Colin Powell (el militar negro que llegó a las más altas jerarquías), y de Defensa, Donald Rumsfeld.

Aseguró que revisará una serie de decretos firmados a último momento por su predecesor y que modificará aquellos que no sean acordes a su estrategia política.

También reconoció el presidente electo que las vicisitudes sufridas por el proceso electoral abren un futuro de asperezas entre los dos grandes partidos, Republicano y Demócrata, pero que confía en que será posible superarlas y crear un clima de cooperación, en el cual los éxitos sean compartidos.

Manifestó que la nueva administración debería mantener la disciplina fiscal, derribar todas las barreras raciales en la sociedad norteamericana y asumir la posición de líder de Estados Unidos en el contexto internacional.

Una encuesta de opinión contratada por la cadena de televisión ABC y el diario The Washington Post indica que Clinton cuenta en el momento de abandonar el poder con una popularidad de 65%, el mismo que llegó a tener Ronald Reagan en parecidas circunstancias.

George W.Bush, al emprender viaje a Washington para ocupar su nuevo cargo, aseguró tener consciencia de que deberá demostrar que tiene todas las condiciones para ejercerlo; de tal manera respondió a las objeciones realizadas por diversos sectores que dudan de su capacidad para afrontar las responsabilidades presidenciales.

Además afirmó que dará a su gabinete un renovado protagonismo y otorgarle una mayor dosis de poder, convirtiéndose en líder de un equipo homogéneo y eficaz.

Bush tuvo palabras particulares de encomio para su vicepresidente, Dick Cheney, y para sus secretario de Estado, Colin Powell (el militar negro que llegó a las más altas jerarquías), y de Defensa, Donald Rumsfeld.

Aseguró que revisará una serie de decretos firmados a último momento por su predecesor y que modificará aquellos que no sean acordes a su estrategia política.

También reconoció el presidente electo que las vicisitudes sufridas por el proceso electoral abren un futuro de asperezas entre los dos grandes partidos, Republicano y Demócrata, pero que confía en que será posible superarlas y crear un clima de cooperación, en el cual los éxitos sean compartidos.

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