EE.UU: dura polémica entre Bush y Clinton

Frente al escenario de desaceleración económica, los demócratas acusan al presidente electo de asustar con augurios de recesión.

22 diciembre, 2000

Los roces entre demócratas y republicanos sobre la situación de la economía de Estados Unidos se intensificaron ayer (jueves 21) en Washington cuando importantes consejeros del presidente Bill Clinton acusaron a George W. Bush, y a su equipo de estar precipitando al país en una recesión a través de sus comentarios públicos.

La pelea tiene lugar mientras crece la evidencia de que la economía está desacelerándose repentinamente.

El Departamento de Comercio informó que durante el tercer trimestre de este año la economía creció 2,2%, después de un crecimiento de 5,6% en el segundo trimestre y de 4,6% en el primero.

El martes, la propia Reserva Federal cambió su evaluación de la coyuntura económica y dejó de lado sus advertencias sobre el peligro de la inflación para advertir sobre el riesgo de una desaceleración demasiado pronunciada.

Ese mismo día, tras una reunión con el presidente electo, Clinton descartó rudamente en una conferencia de prensa que la economía esté en peligro.

Un día después, el presidente electo aseguró que veía «signos de advertencia de una posible desaceleración» de la economía y vinculó la reactivación a su propuesta de reducción de impuestos de 1,3 billón de dólares en los próximos 10 años.

Los roces entre demócratas y republicanos sobre la situación de la economía de Estados Unidos se intensificaron ayer (jueves 21) en Washington cuando importantes consejeros del presidente Bill Clinton acusaron a George W. Bush, y a su equipo de estar precipitando al país en una recesión a través de sus comentarios públicos.

La pelea tiene lugar mientras crece la evidencia de que la economía está desacelerándose repentinamente.

El Departamento de Comercio informó que durante el tercer trimestre de este año la economía creció 2,2%, después de un crecimiento de 5,6% en el segundo trimestre y de 4,6% en el primero.

El martes, la propia Reserva Federal cambió su evaluación de la coyuntura económica y dejó de lado sus advertencias sobre el peligro de la inflación para advertir sobre el riesgo de una desaceleración demasiado pronunciada.

Ese mismo día, tras una reunión con el presidente electo, Clinton descartó rudamente en una conferencia de prensa que la economía esté en peligro.

Un día después, el presidente electo aseguró que veía «signos de advertencia de una posible desaceleración» de la economía y vinculó la reactivación a su propuesta de reducción de impuestos de 1,3 billón de dólares en los próximos 10 años.

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