EE.UU. busca sobrevivientes y responsables

Aún no hay un saldo oficial de víctimas. Los atentados no fueron reivindicados, pero las primeras investigaciones para hallar responsables ya produjeron resultados. El Gobierno definió el hecho como “un acto de guerra".

12 septiembre, 2001

(NA) – Estados Unidos buscaba intensamente hoy (miércoles 12) a sobrevivientes y responsables de la mayor ofensiva terrorista en la historia mundial, que provocó el martes el derrumbe completo de las emblemáticas torres gemelas del World Trade Center y parte del Pentágono, dejando un saldo de miles de muertos y conmoción en todo el planeta.

Miles de personas murieron en los ataques perpetrados con cuatro aviones de línea secuestrados por terroristas, que derrumbaron completamente las torres gemelas, símbolo del poder financiero estadounidense, y parte del Pentágono, corazón del poderío militar nacional, dijo el martes de noche el presidente George W. Bush.

Aún no hay un saldo oficial de víctimas. Las 266 personas que viajaban a bordo de los aviones secuestrados murieron, mientras 202 bomberos y 259 policías fueron dados por desaparecidos en Nueva York. Informes televisivos reportan unos 800 muertos en el Pentágono. Sin embargo, las autoridades indicaron que existen sobrevivientes en el ataque de Nueva York.

En la isla de Manhattan, semidesierta y víctima de un espectáculo desolador, unos 2.000 socorristas –entre policías, bomberos y médicos– se empeñaban en mantener a raya los focos de fuego y buscar sobrevivientes. Hasta ahora, han encontrado a entre seis y nueve heridos entre los escombros de las torres gemelas y un tercer edificio vecino que colapsó luego, según reportes televisivos.

Unas 50.000 personas trabajan diariamente en el World Trade Center y más de 24.000 en el Pentágono. El alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, dijo que se cree “unos pocos miles de personas” permanecen bajo las aún humeantes ruinas del World Trade Center.

La investigación para hallar a los responsables de los ataques se inició inmediatamente después de los atentados, y ya ha producido algunos resultados.

Agentes de seguridad estadounidenses identificaron el martes en Massachusetts (noreste) a por lo menos cinco árabes como sospechosos, tras encontrar un auto alquilado con manuales de vuelo en árabe a bordo, informó el diario The Boston Herald.

Dos de los hombres, cuyos pasaportes eran de los Emiratos Arabes Unidos, eran hermanos y uno de ellos un piloto entrenado, dijo el diario, citando fuentes cercanas a la investigación. Por lo menos otros dos sospechosos volaron viajaron por avión hacia al
aeropuerto de Boston desde Portland, Maine, ciudad a la que habrían llegado desde Canadá, dice el informe.

En Florida, entretanto, las autoridades del condado de Broward realizaron en la noche del martes allanamientos a propiedades no identificadas, aparentemente siguiendo pistas sobre los terroristas, informó el diario Sun-Sentinel. La pesquisa se basó en el descubrimiento de nombres sospechosos para el FBI en la lista de los pasajeros de los cuatro aviones secuestrados.

Los atentados no han sido reivindicados, pero varios funcionarios señalan que el principal sospechoso de ser su autor intelectual es Usama Ben Laden, un millonario de origen saudita y fundamentalista islámico que encabeza la lista de los más buscados del FBI y se presume reside en Afganistán, donde es protegido por el régimen de los talibán.

Los servicios de inteligencia estadounidenses captaron comunicaciones telefónicas entre allegados de Ben Laden en las cuales se discutía acerca de posibles atentados contra grandes edificios norteamericanos, afirmó el senador republicano Orrin Hatch, quien se abstuvo de entrar en mayores detalles.

El régimen talibán negó la responsabilidad de Ben Laden en los atentados contra Estados Unidos, pero precisó que estudiaría su eventual extradición si Washington prueba su culpabilidad.

“He destinado todos los recursos para nuestras comunidades de inteligencia y de aplicación de la ley para encontrar a aquellos responsables y llevarlos ante la justicia. No vamos a hacer ninguna distinción entre los terroristas que han perpetrado estas acciones y quienes los protegen”, subrayó Bush el martes de noche.

El secretario de Estado estadounidense Colin Powell comparó los atentados de Nueva York y Washington con un acto de “guerra” y dijo que Estados Unidos responderá “como en una guerra”.

Casi nueve de cada diez estadounidenses se declararon a favor de represalias militares contra los responsables, según una encuesta de The Washington Post y la televisión ABC.

En Washington, el Pentágono, corazón del poder militar estadounidense, seguía ardiendo y enormes columnas de humo salían de la edificación, inundando los alrededores de un acre olor a cenizas. Una bandera estadounidense a media asta presidía el edificio de cinco lados.

En Nueva York, según versiones periodísticas, varios sobrevivientes atrapados bajo los escombros se habrían comunicado por teléfono celular para manifestar su ubicación, y los
socorristas indican que escuchan voces bajo las montañas de vidrio, acero, concreto y papel.

Centenares de ambulancias, camiones de bomberos, grúas y palas mecánicas participaban en las tareas de salvamento, que se prolongaron toda la noche a la luz de poderosos reflectores alimentados por generadores eléctricos.

Giuliani pidió a los neoyorquinos que permanezcan en su casa este miércoles. El Gobierno estadounidense ya reabrió sus puertas, y el espacio aéreo estadounidense para los aviones civiles reabrirá al mediodía. Empero, los mercados financieros, que tienen su sede en Wall Street, seguirán cerrados hasta el jueves.

Bush dijo el miércoles que “la amenaza terrorista está sensiblemente reducida” hoy, pero que el país “permanecerá vigilante”, declaró su portavoz, Ari Fleischer.

En total cuatro aviones comerciales, ocupados por 266 pasajeros y que viajaban de este a oeste –por lo cual contaban con grandes reservas de combustible– fueron transformados por los terroristas en bombas voladoras.

Dos de ellos chocaron contra las torres del World Trade Center, uno sobre el Pentágono y otro se estrelló en Pensilvania (nordeste) sin que su verdadero blanco se haya podido determinar.

Según The Washington Post, el avión que impactó contra el Pentágono estaba volando directamente hacia la Casa Blanca.

La situación es comparada por la prensa con los ataques de Japón el 7 de diciembre de 1941 contra la base estadounidense de Pearl Harbor, donde murieron casi 2.300 estadounidenses, y que llevó a Washington a involucrarse en la Segunda Guerra Mundial.

“Para una generación de jóvenes, este será su Pearl Harbor, su asesinato de (John F.) Kennedy”, señaló el diario Los Angeles Times. Sólo que esta vez, advirtió The Washington Post, el enemigo se desconoce y el blanco no es militar, sino civil.

(NA) – Estados Unidos buscaba intensamente hoy (miércoles 12) a sobrevivientes y responsables de la mayor ofensiva terrorista en la historia mundial, que provocó el martes el derrumbe completo de las emblemáticas torres gemelas del World Trade Center y parte del Pentágono, dejando un saldo de miles de muertos y conmoción en todo el planeta.

Miles de personas murieron en los ataques perpetrados con cuatro aviones de línea secuestrados por terroristas, que derrumbaron completamente las torres gemelas, símbolo del poder financiero estadounidense, y parte del Pentágono, corazón del poderío militar nacional, dijo el martes de noche el presidente George W. Bush.

Aún no hay un saldo oficial de víctimas. Las 266 personas que viajaban a bordo de los aviones secuestrados murieron, mientras 202 bomberos y 259 policías fueron dados por desaparecidos en Nueva York. Informes televisivos reportan unos 800 muertos en el Pentágono. Sin embargo, las autoridades indicaron que existen sobrevivientes en el ataque de Nueva York.

En la isla de Manhattan, semidesierta y víctima de un espectáculo desolador, unos 2.000 socorristas –entre policías, bomberos y médicos– se empeñaban en mantener a raya los focos de fuego y buscar sobrevivientes. Hasta ahora, han encontrado a entre seis y nueve heridos entre los escombros de las torres gemelas y un tercer edificio vecino que colapsó luego, según reportes televisivos.

Unas 50.000 personas trabajan diariamente en el World Trade Center y más de 24.000 en el Pentágono. El alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, dijo que se cree “unos pocos miles de personas” permanecen bajo las aún humeantes ruinas del World Trade Center.

La investigación para hallar a los responsables de los ataques se inició inmediatamente después de los atentados, y ya ha producido algunos resultados.

Agentes de seguridad estadounidenses identificaron el martes en Massachusetts (noreste) a por lo menos cinco árabes como sospechosos, tras encontrar un auto alquilado con manuales de vuelo en árabe a bordo, informó el diario The Boston Herald.

Dos de los hombres, cuyos pasaportes eran de los Emiratos Arabes Unidos, eran hermanos y uno de ellos un piloto entrenado, dijo el diario, citando fuentes cercanas a la investigación. Por lo menos otros dos sospechosos volaron viajaron por avión hacia al
aeropuerto de Boston desde Portland, Maine, ciudad a la que habrían llegado desde Canadá, dice el informe.

En Florida, entretanto, las autoridades del condado de Broward realizaron en la noche del martes allanamientos a propiedades no identificadas, aparentemente siguiendo pistas sobre los terroristas, informó el diario Sun-Sentinel. La pesquisa se basó en el descubrimiento de nombres sospechosos para el FBI en la lista de los pasajeros de los cuatro aviones secuestrados.

Los atentados no han sido reivindicados, pero varios funcionarios señalan que el principal sospechoso de ser su autor intelectual es Usama Ben Laden, un millonario de origen saudita y fundamentalista islámico que encabeza la lista de los más buscados del FBI y se presume reside en Afganistán, donde es protegido por el régimen de los talibán.

Los servicios de inteligencia estadounidenses captaron comunicaciones telefónicas entre allegados de Ben Laden en las cuales se discutía acerca de posibles atentados contra grandes edificios norteamericanos, afirmó el senador republicano Orrin Hatch, quien se abstuvo de entrar en mayores detalles.

El régimen talibán negó la responsabilidad de Ben Laden en los atentados contra Estados Unidos, pero precisó que estudiaría su eventual extradición si Washington prueba su culpabilidad.

“He destinado todos los recursos para nuestras comunidades de inteligencia y de aplicación de la ley para encontrar a aquellos responsables y llevarlos ante la justicia. No vamos a hacer ninguna distinción entre los terroristas que han perpetrado estas acciones y quienes los protegen”, subrayó Bush el martes de noche.

El secretario de Estado estadounidense Colin Powell comparó los atentados de Nueva York y Washington con un acto de “guerra” y dijo que Estados Unidos responderá “como en una guerra”.

Casi nueve de cada diez estadounidenses se declararon a favor de represalias militares contra los responsables, según una encuesta de The Washington Post y la televisión ABC.

En Washington, el Pentágono, corazón del poder militar estadounidense, seguía ardiendo y enormes columnas de humo salían de la edificación, inundando los alrededores de un acre olor a cenizas. Una bandera estadounidense a media asta presidía el edificio de cinco lados.

En Nueva York, según versiones periodísticas, varios sobrevivientes atrapados bajo los escombros se habrían comunicado por teléfono celular para manifestar su ubicación, y los
socorristas indican que escuchan voces bajo las montañas de vidrio, acero, concreto y papel.

Centenares de ambulancias, camiones de bomberos, grúas y palas mecánicas participaban en las tareas de salvamento, que se prolongaron toda la noche a la luz de poderosos reflectores alimentados por generadores eléctricos.

Giuliani pidió a los neoyorquinos que permanezcan en su casa este miércoles. El Gobierno estadounidense ya reabrió sus puertas, y el espacio aéreo estadounidense para los aviones civiles reabrirá al mediodía. Empero, los mercados financieros, que tienen su sede en Wall Street, seguirán cerrados hasta el jueves.

Bush dijo el miércoles que “la amenaza terrorista está sensiblemente reducida” hoy, pero que el país “permanecerá vigilante”, declaró su portavoz, Ari Fleischer.

En total cuatro aviones comerciales, ocupados por 266 pasajeros y que viajaban de este a oeste –por lo cual contaban con grandes reservas de combustible– fueron transformados por los terroristas en bombas voladoras.

Dos de ellos chocaron contra las torres del World Trade Center, uno sobre el Pentágono y otro se estrelló en Pensilvania (nordeste) sin que su verdadero blanco se haya podido determinar.

Según The Washington Post, el avión que impactó contra el Pentágono estaba volando directamente hacia la Casa Blanca.

La situación es comparada por la prensa con los ataques de Japón el 7 de diciembre de 1941 contra la base estadounidense de Pearl Harbor, donde murieron casi 2.300 estadounidenses, y que llevó a Washington a involucrarse en la Segunda Guerra Mundial.

“Para una generación de jóvenes, este será su Pearl Harbor, su asesinato de (John F.) Kennedy”, señaló el diario Los Angeles Times. Sólo que esta vez, advirtió The Washington Post, el enemigo se desconoce y el blanco no es militar, sino civil.

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