EE.UU. apoya al país ante el FMI, pero algunos medios atacan

Fue un fin de semana curioso. Por un lado, Washington impidió que Anup Singh –burócrata del Fondo, hostil a Argentina- objetara la marcha de la economía. Por el otro, el “Wall Street journal” y la prensa conservadora local atacaban duro.

30 julio, 2006

En el periódico que encarna intereses financieros y bursátiles, Mary o’Grady –una especie de Oriana Fallaci, pero sin su pluma- se lanzó contra Néstor Kirchner como solía hacerlo otrora contra Luiz Inácio da Silva (Lula). Al mandatario brasileño llegó a calificarlo de dipsómano. Ahora lo exalta contraponiéndolo a su colega argentino.

Apelando al viejo discurso anticastrista de Miami, la cronista –de escasa formación económica- sostuvo que el gobierno de Kirchner incluye “terroristas de los años 70”. Por supuesto, la diatriba tiene cierto asidero: el gobierno insiste en buscar facultades legislativas exageradas e innecesarias, algunos regímenes provinciales (Misiones, Tucumán, San Luis) son escandalosamente feudales y hay “superperministros” un poco inquietantes.

Pero el tono del ataque es impropio y le quita seriedad. En realidad, la intención era demorar la confirmación de Anthony Wayne como futuro embajador norteamericano en Argentina. Pero llegó tarde: el senado finalmente aprobó el pliego, bloqueado por Mel Martínez y John Ensign, dos legisladores de la extrema derecha republicana ligados a la alicaída radio Martí.

Amén de la emisora, hay intereses económicos en juego. Desde hace ocho años, Havana Club Holding –asociado a Cubaexport- litiga en escala internacional contra la firma estadounidense Bacardí. Precisamente, por la propiedad de la vieja marca de ron. Hilando fino, la guerra es entre el Bacardí original (con tilde en la vocal final) y la copia norteamericana (sin él).

No por casualidad, un columnista hoy afín a Washington (que en los años 70 estaba vinculado al régimen de ese momento) salía a sostener que Argentina está aislada en el concierto mundial. En realidad, apuntaba a los contactos con Evo Morales y Hugo Chávez, entre otras obsesiones del entorno que rodea a George W.Bush. A éstas acaba de añadirse algo más peligroso, inspirado por Michael Haydn (CIA): una fuerza antiterrorista capaz de operar libremente en toda Latinoamérica.

Pero Wayne tampoco mostró mucho tacto. Durante su exposición ante el comité de relaciones exteriores, el futuro embajador elogió las políticas desarrollada bajo Carlos A.Ménem. Eso lo alineaban con los ejecutivos del FMI que toleraron el maquillaje contables de entonces y hoy no ven con buenos ojos una gestión bastante ortodoxa en lo fiscal y monetario. Opera oro factor: ese grupo y varios gurúes argentinos insisten en que el dólar está artificiosamente sobrevaluado y sugieren –sin argumentos sólidos- una paridad similar a de los años 90.

En el periódico que encarna intereses financieros y bursátiles, Mary o’Grady –una especie de Oriana Fallaci, pero sin su pluma- se lanzó contra Néstor Kirchner como solía hacerlo otrora contra Luiz Inácio da Silva (Lula). Al mandatario brasileño llegó a calificarlo de dipsómano. Ahora lo exalta contraponiéndolo a su colega argentino.

Apelando al viejo discurso anticastrista de Miami, la cronista –de escasa formación económica- sostuvo que el gobierno de Kirchner incluye “terroristas de los años 70”. Por supuesto, la diatriba tiene cierto asidero: el gobierno insiste en buscar facultades legislativas exageradas e innecesarias, algunos regímenes provinciales (Misiones, Tucumán, San Luis) son escandalosamente feudales y hay “superperministros” un poco inquietantes.

Pero el tono del ataque es impropio y le quita seriedad. En realidad, la intención era demorar la confirmación de Anthony Wayne como futuro embajador norteamericano en Argentina. Pero llegó tarde: el senado finalmente aprobó el pliego, bloqueado por Mel Martínez y John Ensign, dos legisladores de la extrema derecha republicana ligados a la alicaída radio Martí.

Amén de la emisora, hay intereses económicos en juego. Desde hace ocho años, Havana Club Holding –asociado a Cubaexport- litiga en escala internacional contra la firma estadounidense Bacardí. Precisamente, por la propiedad de la vieja marca de ron. Hilando fino, la guerra es entre el Bacardí original (con tilde en la vocal final) y la copia norteamericana (sin él).

No por casualidad, un columnista hoy afín a Washington (que en los años 70 estaba vinculado al régimen de ese momento) salía a sostener que Argentina está aislada en el concierto mundial. En realidad, apuntaba a los contactos con Evo Morales y Hugo Chávez, entre otras obsesiones del entorno que rodea a George W.Bush. A éstas acaba de añadirse algo más peligroso, inspirado por Michael Haydn (CIA): una fuerza antiterrorista capaz de operar libremente en toda Latinoamérica.

Pero Wayne tampoco mostró mucho tacto. Durante su exposición ante el comité de relaciones exteriores, el futuro embajador elogió las políticas desarrollada bajo Carlos A.Ménem. Eso lo alineaban con los ejecutivos del FMI que toleraron el maquillaje contables de entonces y hoy no ven con buenos ojos una gestión bastante ortodoxa en lo fiscal y monetario. Opera oro factor: ese grupo y varios gurúes argentinos insisten en que el dólar está artificiosamente sobrevaluado y sugieren –sin argumentos sólidos- una paridad similar a de los años 90.

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