<p>Esta inédita improvisación es la peor prueba sufrida por la moneda común. Pero lo más inquietante es el papel rector asignado a Jean-Claude Juncker, ortodoxo titular de hacienda de Luxemburgo, el mayor paraíso fiscal de la zona. También encabeza el Eurogrupo, que reúne a los veintisiete ministros del ramo en la Unión Europea. <br />
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La estrategia en el caso griego prevé créditos de emergencia, pero sólo si el país aumenta impuestos y recorta salarios por € 4.800 millones, para evitar un colapso. Este plan, que ni siquiera el Fondo Monetario Internacional avala, puede exacerbar una violencia urbana que lleva cinco jornadas y pone en peligro al gobierno.<br />
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Los monetaristas a ultranza no piensan lo mismo. “Juncker está limitándose a lo mínimo”, sostiene Philipe Defarges, de un instituto privado francés. “Todo es muy cortoplacista y la crisis dista de haberse resuelto. Esperamos que no extienda más allá de Atenas y Salónica”.<br />
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Al parecer, el mérito de Juncker es haber sido el último dirigente sobreviviente del equipo que firmó el tratado creador de la Eurozona, en 1991. Bastante conservador aun para esa época, el acuerdo puso en manos del Banco Central Europeo (Francfort) la política de intereses y prohibió salvamentos a países cuyos déficit fiscales superasen ciertos techos en relación con su producto bruto interno. <br />
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Naturalmente, el Bundesbank (matriz del BCE) es un ferviente defensor de las normas establecidas –veros anacronismos- y, junto con Juncker, aboga porque Grecia vuelva rápidamente a los mercados de capital. En verdad, lo que le interesa a Axel Weber, jefe del Bundesbank, es reemplazar a Jean-Claude Trichet al frente del BCE. <br />
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En último término, la verdadera asistencia a Grecia probablemente provenga de préstamos directos de algunos gobiernos. Así admiten funcionarios en Bruselas, recordando que, en 1997/8, Indonesia casi se desmembra a causa de una guerra civil originada en recetas monetaristas similares a las aconsejadas para Grecia.</p>
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Dudas sobre manejo del plan para salvar a Grecia
El esquema de la Eurozona para impedir la caída helénica es una apuesta sin precedentes. Los ministros financieros tratan de evitar una crisis regional sin, empero, transgredir la veda a rescates, en vigencia desde que circula el euro (1999).