DSK: los cargos contra él son siete, no tres
La causa en manos de la jueza Melissa Jackson (Manhattan sur) contiene no tres sino siete acusaciones. Dos por violencia sexual en primer grado, tentativa de estupro en igual escala, secuestro en segundo grado y tres por agresión en tercero.
17 mayo, 2011
<p>Exagerando un tanto, medios europeos calculan que la suma de cargos podría implicar alrededor de 50 años sobre las espaldas de Dominique Strauss-Kahn. Salvo que su abogado Benjamin Brafman interponga este viernes atenuantes por desequibrio mental. En cuanto a la fianza por un millón ofrecida este lunes, el riesgo de que el funcionario escapase hizo rechazarla.<br />
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Mientras, John Lipsky –vicedirector del Fondo Monetario Internacional- deberá postergar su salida hasta que se resuelva la suerte de su superior. Proyectaba retirarse en agosto, pero el consejo de la entidad le pidió permanecer. Sin duda,existen creciente probabilidades de que el puesto máximo ya no se dirima entre europeos y norteamericanos (grupo de los 7), sino que intervenga el G-20. Esto abarca Japón, Rusia, China, Canadá y Brasil.<br />
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La accidentada historia de travesuras de DSK no es nueva y puede frustrar un presunto intento de hacerlo aparecer senil. Ya en 1999 (a los 49 años) el presidente Jacques Chirac lo despidió del ministerio de hacienda francés por abusos. En esa oportunidad, el hoy socialdemócrata privatizó empresas estatales. Pero, en 2002 y 2008, protagonizó episodios similares al actual, también en Sofitel.<br />
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Volviendo al juicio, otra razón para denegar fianza es que no hay tratado de extradición entre Estados Unidos y Francia, todo un anacronismo. En lo tocante a inmunidad diplomática, el estatuto del FMI la otorga de facto si atañe a actividades específicas del cargo. Solo les quedaría a sus letrados apelar a la convención de Viena.<br />
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En cuanto a repercusiones de otro tipo, la caída de DSK puede comprometer sus indiscutibles aportes para sacar al FMI del marasmo donde lo sumiera un mediocre Rodrigo Rato. La sola posibilidad de una sucesión ordenada reanudaría el proceso de consolidación institucional. Solo que ya sin el “eurocentrismo” impuesto desde 1944.<br />
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