DNI: Alemania se quejó por Siemens

Es por la rescisión del contrato de confección de DNI y padrones electorales. El gobierno alemán sostiene que pueden peligrar las inversiones de empresas de ese país en la Argentina.

25 mayo, 2001

(EFE).- El gobierno de Alemania se quejó al Presidente, Fernando de la Rúa, de la rescisión de un contrato por US$ 1.000 millones entre el Estado argentino y la empresa Siemens.

“Vemos con cuidado lo que pasó con Siemens y los empresarios también verán con cuidado las inversiones que piensen hacer en la Argentina”, dijo el ministro alemán de Defensa, Rudolf Scharping.

Scharping realizó esta semana una visita oficial a la Argentina durante la cual, según dijeron fuentes diplomáticas alemanas, entregó a de la Rúa una “dura carta” del canciller alemán, Gerhard Schroeder, sobre el caso Siemens.

Esta semana, coincidiendo prácticamente con la visita de Scharping, el Gobierno oficializó la rescisión del contrato suscrito con Siemens durante la presidencia de Carlos Menem por el que se encargó a la empresa alemana la confección de los documentos de identidad argentinos, los padrones electorales y la informatización de los controles fronterizos.

La razón alegada fue el elevado precio fijado por Siemens para los pasaportes –US$ 27 por cada uno según la última oferta–.

Los ministerios de Economía e Interior deberán evaluar las inversiones realizadas por Siemens para cumplir con el contrato suscrito en 1998 a efectos de fijar la cifra que la empresa recibirá como compensación de gastos y que, según informaciones periodísticas, rondará los US$ 150 millones.

Aunque el vocero presidencial, Ricardo Ostuni, negó que de la Rúa hubiera recibido carta alguna de Schroeder, las declaraciones de Scharping indican que la decisión argentina no gustó al gobierno alemán.

El Gobierno argentino fundamentó su decisión en la ley de emergencia económico-financiera del Estado nacional, “que faculta a disponer por razones de emergencia la rescisión de los contratos de obras, servicios, suministros, consultoría o cualquier otro tipo que generen obligaciones a cargo del Estado”.

En los considerandos del decreto en el que se oficializó la rescisión, se mencionan las negociaciones mantenidas desde finales de 1999 con la empresa en un intento por bajar los costos de los documentos de identidad.

“A pesar de las propuestas de reducción en los ingresos de la empresa, los costos para el Estado hacen que este contrato se encuadre en los términos de la ley 25.344” de Emergencia Económica que condiciona las derogaciones del Estado, señala la resolución.

(EFE).- El gobierno de Alemania se quejó al Presidente, Fernando de la Rúa, de la rescisión de un contrato por US$ 1.000 millones entre el Estado argentino y la empresa Siemens.

“Vemos con cuidado lo que pasó con Siemens y los empresarios también verán con cuidado las inversiones que piensen hacer en la Argentina”, dijo el ministro alemán de Defensa, Rudolf Scharping.

Scharping realizó esta semana una visita oficial a la Argentina durante la cual, según dijeron fuentes diplomáticas alemanas, entregó a de la Rúa una “dura carta” del canciller alemán, Gerhard Schroeder, sobre el caso Siemens.

Esta semana, coincidiendo prácticamente con la visita de Scharping, el Gobierno oficializó la rescisión del contrato suscrito con Siemens durante la presidencia de Carlos Menem por el que se encargó a la empresa alemana la confección de los documentos de identidad argentinos, los padrones electorales y la informatización de los controles fronterizos.

La razón alegada fue el elevado precio fijado por Siemens para los pasaportes –US$ 27 por cada uno según la última oferta–.

Los ministerios de Economía e Interior deberán evaluar las inversiones realizadas por Siemens para cumplir con el contrato suscrito en 1998 a efectos de fijar la cifra que la empresa recibirá como compensación de gastos y que, según informaciones periodísticas, rondará los US$ 150 millones.

Aunque el vocero presidencial, Ricardo Ostuni, negó que de la Rúa hubiera recibido carta alguna de Schroeder, las declaraciones de Scharping indican que la decisión argentina no gustó al gobierno alemán.

El Gobierno argentino fundamentó su decisión en la ley de emergencia económico-financiera del Estado nacional, “que faculta a disponer por razones de emergencia la rescisión de los contratos de obras, servicios, suministros, consultoría o cualquier otro tipo que generen obligaciones a cargo del Estado”.

En los considerandos del decreto en el que se oficializó la rescisión, se mencionan las negociaciones mantenidas desde finales de 1999 con la empresa en un intento por bajar los costos de los documentos de identidad.

“A pesar de las propuestas de reducción en los ingresos de la empresa, los costos para el Estado hacen que este contrato se encuadre en los términos de la ley 25.344” de Emergencia Económica que condiciona las derogaciones del Estado, señala la resolución.

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