Diferencias en el Gobierno por obras sociales

Dos sectores quieren marcar la estrategia del Gobierno ante las presiones sindicales. Las panteras insisten en un enfrentamiento y las gacelas quieren sentarse a negociar con las organizaciones obreras.

15 diciembre, 2000

El proceso de desregulación de las obras sociales genera divergencias en los miembros del Gabinete;
el miércoles por la noche, se realizó una reunión en Olivos para analizar la posición que tomará el Gobierno frente a las exigencias sindicales y allí se cristalizaron los diferentes criterios.

Patricia Bullrich y Pablo Gerchunoff desarrollaron los argumentos que aconsejan avanzar con una desregulación amplia, que desemboque en la emancipación de los empleados respecto de las obras sociales, “cajas” de los sindicalistas.

En cambio el ministro de Salud, Héctor Lombardo, y el superintendente del Sistema de Salud, Rubén Cano, defendieron ventajas para los gremios, como la obligatoriedad, para quienes acceden a su primer empleo, de afiliarse a la obra social del sindicato.

Por su parte Enrique Nosiglia, Raúl Alfonsín y Rafael Pascual aconsejan al Presidente para que acuerde con los sindicatos; esgrimen peligros como un malestar social creciente, cortes de ruta, huelgas y otras plagas.

Bullrich, José Luis Machinea, el asesor Dick Morris, Antonio de la Rúa y hasta Fernando de Santibañes recomiendan afrontar el conflicto: creen que no hay mejor adversario que el sindicalismo para encarar el año electoral y que la bandera de la libertad de opción en materia de salud sólo está destinada a ganar frente a los que deban votar en setiembre.

Fuentes cercanas a Olivos suelen explicar cómo están constituidos estos dos grupos, llamados por ellos las panteras y las gacelas.

Los primeros pretenden ingresar al año electoral con un conflicto con los sindicatos por la libertad de opción en materia de salud.

Creen que no hay paz posible con el gremialismo y que quitarle poder a las organizaciones gremiales puede ser un buen argumento electoral.

Componen este sector, José Luis Machinea y su equipo, Patricia Bullrich, Fernando de Santibañes y Antonio de la Rúa, entre otros.

Entre las gacelas, los que no quieren romper relaciones con las organizaciones obreras, están Héctor Lombardo, Rubén Cano, Enrique Nosiglia, Raúl Alfonsín y Rafael Pascual.

El proceso de desregulación de las obras sociales genera divergencias en los miembros del Gabinete;
el miércoles por la noche, se realizó una reunión en Olivos para analizar la posición que tomará el Gobierno frente a las exigencias sindicales y allí se cristalizaron los diferentes criterios.

Patricia Bullrich y Pablo Gerchunoff desarrollaron los argumentos que aconsejan avanzar con una desregulación amplia, que desemboque en la emancipación de los empleados respecto de las obras sociales, “cajas” de los sindicalistas.

En cambio el ministro de Salud, Héctor Lombardo, y el superintendente del Sistema de Salud, Rubén Cano, defendieron ventajas para los gremios, como la obligatoriedad, para quienes acceden a su primer empleo, de afiliarse a la obra social del sindicato.

Por su parte Enrique Nosiglia, Raúl Alfonsín y Rafael Pascual aconsejan al Presidente para que acuerde con los sindicatos; esgrimen peligros como un malestar social creciente, cortes de ruta, huelgas y otras plagas.

Bullrich, José Luis Machinea, el asesor Dick Morris, Antonio de la Rúa y hasta Fernando de Santibañes recomiendan afrontar el conflicto: creen que no hay mejor adversario que el sindicalismo para encarar el año electoral y que la bandera de la libertad de opción en materia de salud sólo está destinada a ganar frente a los que deban votar en setiembre.

Fuentes cercanas a Olivos suelen explicar cómo están constituidos estos dos grupos, llamados por ellos las panteras y las gacelas.

Los primeros pretenden ingresar al año electoral con un conflicto con los sindicatos por la libertad de opción en materia de salud.

Creen que no hay paz posible con el gremialismo y que quitarle poder a las organizaciones gremiales puede ser un buen argumento electoral.

Componen este sector, José Luis Machinea y su equipo, Patricia Bullrich, Fernando de Santibañes y Antonio de la Rúa, entre otros.

Entre las gacelas, los que no quieren romper relaciones con las organizaciones obreras, están Héctor Lombardo, Rubén Cano, Enrique Nosiglia, Raúl Alfonsín y Rafael Pascual.

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