Diez claves del año 3: Irak y un negocio miserable
Firmas privadas de seguridad en Irak, relacionadas con el Pentágono y con el auge de aseguradoras de riesgos extremos, reclutan cada día más ex guerrilleros y paramilatres en Colombia, Centroamérica y media África. Hay claras señales.
6 enero, 2006
Por ejemplo, avisos en el sitio iraqijobcenter.com, donde se solicitan hombres y mujeres con experiencia en combate, tanto urbano como rural, para tareas de custodia y seguridad. Así, una división de Halliburton (grupo cuyo “lobby” en Washington corre a cargo del vicepresidente Richard Cheney) ha tomado ex paramilitares colombianos para cubrir instalaciones petroleras en varios puntos de Irak.
Blackwater, una empresa de seguridad, tiene algo más inquietante: soldados y policías otrora al servicio del dictador chileno Augusto Pinochet y ex irregulares de la colonia pronazi chilena “Dignidad”. Por lo común, la gente contratada proviene de grupos conocidos por graves abusos de derechos civiles o nexos con el narcotráfico mayorista. Un hijo de Pinochet y el ex dictador peruano Alberto Fujimori –hoy detenido- se vinculan a intermediación de ese personal.
Ahora bien ¿por qué contratistas norteamericanos reclutan mercenarios latinoamericanos? “Porque, si mueren en enfrentamientos, no son noticia, como suele ocurrir con soldados regulares o custodios anglosajones”, señala Peter Singer, experto en ese sucio negocio para la institución Brookings, una entidad ultraconservadora ligada al Pentágono. Además, esos elementos son mano de obra desocupada, o sea barata.
Por ejemplo, avisos en el sitio iraqijobcenter.com, donde se solicitan hombres y mujeres con experiencia en combate, tanto urbano como rural, para tareas de custodia y seguridad. Así, una división de Halliburton (grupo cuyo “lobby” en Washington corre a cargo del vicepresidente Richard Cheney) ha tomado ex paramilitares colombianos para cubrir instalaciones petroleras en varios puntos de Irak.
Blackwater, una empresa de seguridad, tiene algo más inquietante: soldados y policías otrora al servicio del dictador chileno Augusto Pinochet y ex irregulares de la colonia pronazi chilena “Dignidad”. Por lo común, la gente contratada proviene de grupos conocidos por graves abusos de derechos civiles o nexos con el narcotráfico mayorista. Un hijo de Pinochet y el ex dictador peruano Alberto Fujimori –hoy detenido- se vinculan a intermediación de ese personal.
Ahora bien ¿por qué contratistas norteamericanos reclutan mercenarios latinoamericanos? “Porque, si mueren en enfrentamientos, no son noticia, como suele ocurrir con soldados regulares o custodios anglosajones”, señala Peter Singer, experto en ese sucio negocio para la institución Brookings, una entidad ultraconservadora ligada al Pentágono. Además, esos elementos son mano de obra desocupada, o sea barata.