Deuda, deflación y ánimos

La deuda superó, el año pasado, 50% del PIB. En abril hubo deflación recesiva. Cómo influyen estos datos en el estado anímico de expertos y legos.

4 mayo, 2000

La deuda externa llegó a ser el equivalente de más de 50% del PIB . El monto asciende a US$ 144.657 millones; la deuda pública bruta fue de US$ 121.876 millones. Ese monto se subdivide en vencimientos a mediano y largo plazo -US$117.703 millones-, títulos públicos -US$ 85.804 millones-, y préstamos de instituciones multilaterales -US$ 8.595 millones-.

Algunos expertos señalan que esto preocupa fuertemente a los inversores exteriores y otros sostienen que la relación deuda/PIB no es un indicador muy adecuado para medir a la Argentina.

Como parte de este contexto, los precios minoristas cayeron en abril 0,1%. Los mayoristas vieron una baja de 1,2% y la construcción de 0,3%.

¿Cómo influye esto sobre la opinión pública y sobre la publicada?. La opinión publicada – la de los medios – se muestra muy interesada en este fenómeno, algunos ven el futuro con tintes de esperanza y otros lo pintan como desolador.

La opinión pública -el ciudadano- muestra una preocupante indiferencia. La gente se muestra, por lo general, cansada, descreída e individualista. Un sondeo de opinión realizado por el diario La Nación al respecto, obtuvo respuestas tales como “…me interesa un pito…”, ”no quiero saber…no leo los diarios…” o ”la guita que piden los gobiernos…¿en qué se la gastan?…”.

El sondeo mencionado se realizó en la esquina de Florida y Corrientes un día de semana cualquiera, cuando esa zona se puebla de funcionarios, empresarios, gente que trabaja en la ”city”, pero pareciera que a nadie le interesa.

Nos hemos poblado de “Doñas Rosas”, ese personaje mediático y posmoderno al que sólo le interesa lo que le afecta directa y cotidianamente el bolsillo. Personaje con claras características individualistas.
Mientras tanto el gobierno afirma que la relación deuda/PIB comenzará a bajar el año próximo a razón de un punto por año. Además – continúa – si se logra equilibrio fiscal en el 2003, empezará a bajar el valor nominal de la deuda.

Uno escucha esta noticias y suspira, quizá con poco alivio pero con mucha esperanza. Pero parece que a grandes sectores de la población, esto no les despierta el más mínimo interés.

Tanto el gobierno, como la oposición y los demás sectores políticos deberían tejer estrategias de acción para volver a despertar el interés y la confianza de la gente. Hay vastísimos sectores de la población a quienes no les interesa nada que pueda ser relacionado con el Estado, el gobierno o la política – tres conceptos que son sentidos como sinónimos -.

Si la economía es un estado de ánimo -como alguna vez afirmó alguien- el desinterés generalizado es un mal síntoma. Tal vez uno fatal. No es tan malo tener deudas como no tener interés en pagarlas; es peor no querer curarse que padecer una enfermedad.

María Valeria Ceron.

La deuda externa llegó a ser el equivalente de más de 50% del PIB . El monto asciende a US$ 144.657 millones; la deuda pública bruta fue de US$ 121.876 millones. Ese monto se subdivide en vencimientos a mediano y largo plazo -US$117.703 millones-, títulos públicos -US$ 85.804 millones-, y préstamos de instituciones multilaterales -US$ 8.595 millones-.

Algunos expertos señalan que esto preocupa fuertemente a los inversores exteriores y otros sostienen que la relación deuda/PIB no es un indicador muy adecuado para medir a la Argentina.

Como parte de este contexto, los precios minoristas cayeron en abril 0,1%. Los mayoristas vieron una baja de 1,2% y la construcción de 0,3%.

¿Cómo influye esto sobre la opinión pública y sobre la publicada?. La opinión publicada – la de los medios – se muestra muy interesada en este fenómeno, algunos ven el futuro con tintes de esperanza y otros lo pintan como desolador.

La opinión pública -el ciudadano- muestra una preocupante indiferencia. La gente se muestra, por lo general, cansada, descreída e individualista. Un sondeo de opinión realizado por el diario La Nación al respecto, obtuvo respuestas tales como “…me interesa un pito…”, ”no quiero saber…no leo los diarios…” o ”la guita que piden los gobiernos…¿en qué se la gastan?…”.

El sondeo mencionado se realizó en la esquina de Florida y Corrientes un día de semana cualquiera, cuando esa zona se puebla de funcionarios, empresarios, gente que trabaja en la ”city”, pero pareciera que a nadie le interesa.

Nos hemos poblado de “Doñas Rosas”, ese personaje mediático y posmoderno al que sólo le interesa lo que le afecta directa y cotidianamente el bolsillo. Personaje con claras características individualistas.
Mientras tanto el gobierno afirma que la relación deuda/PIB comenzará a bajar el año próximo a razón de un punto por año. Además – continúa – si se logra equilibrio fiscal en el 2003, empezará a bajar el valor nominal de la deuda.

Uno escucha esta noticias y suspira, quizá con poco alivio pero con mucha esperanza. Pero parece que a grandes sectores de la población, esto no les despierta el más mínimo interés.

Tanto el gobierno, como la oposición y los demás sectores políticos deberían tejer estrategias de acción para volver a despertar el interés y la confianza de la gente. Hay vastísimos sectores de la población a quienes no les interesa nada que pueda ser relacionado con el Estado, el gobierno o la política – tres conceptos que son sentidos como sinónimos -.

Si la economía es un estado de ánimo -como alguna vez afirmó alguien- el desinterés generalizado es un mal síntoma. Tal vez uno fatal. No es tan malo tener deudas como no tener interés en pagarlas; es peor no querer curarse que padecer una enfermedad.

María Valeria Ceron.

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