Desempleo y estancamiento comienzan a deteriorar la imagen de Bush

A fines de mayo, 3.800.000 personas recibían subsidios por desempleo en Estados Unidos; 3,3% más que un mes antes. Este total no tiene precedentes desde abril de 1983 y explica, en buena parte, el retroceso del gobierno ante la opinión pública.

12 junio, 2003

“Las empresas prefieren esperar que la economía muestre claras señales de reactivación, antes de volver a invertir y tomar gente”, señala el departamento federal de Trabajo, en el informe adjunto a las cifras. Por otra parte, la semana pasada hubo 430.000 solicitudes de nuevos subsidios, contra 425.000 estimados por una encuesta de Bloomberg entre analistas de Wall Street. Donde, de paso, las estadísticas laborales diluían la onda alcista iniciada el miércoles.

A su vez, el departamento de Comercio informó que, también en mayo, las ventas minoristas subieron 0,1%, tras ceder 0,3% en abril. Pero esto no alcanzó para aventar resquemores: “El ambiente de negocios es todavía problemático y el desempleo desalienta a muchos”, admitía Jones Apparel Group (fabricante de ropa y calzado, líder en Nueva York). Entretanto, rebotaba la demanda de bonos federales –en perjuicio de las acciones-, porque cunde la impresión de que la economía no alcanzará ese 3,5% anual –en términos de producto bruto interno- que los estadígrafos bursátiles proyectan, en previsible sintonía con la Casa Blanca.

Todos empiezan a especular qué hará la Reserva Federal, cuyo comité de mercado abierto sesionará los días 24 y 25. “La RF necesita que el ritmo de consumo sea mucho más activo que el actual, pero esto no ocurre”, señala la consultora Naroff Economic Advisers (Pennsilvania). El clima no mejoró tras circular un sondeo de fuente privada, según el cual el nivel de aprobación al gobierno de George W.Bush cedió de 73% en abril a 57% a principios de este mes. Motivo: el manejo de la economía.

“Por cada estadounidense que teme nuevos ataques terroristas, dos están preocupados por la debilidad económica, la inestabilidad laboral y el bajo salario de bolsillo”, indica un estudio de la universidad Quinnipiac (Connecticut). No obstante, Bush obtendría 53% del voto presidencial en 2002, contra 40% del senador Joseph Lieberman y 37% de su colega John Kerry. Ambos son demócratas. El retroceso en el índice de aprobación semeja al sufrido por George W.H.Bush, padre del actual mandatario, tras su victoria en Irak (1991). Al año siguiente, 1992, Bush perdió la reelección.

“Las empresas prefieren esperar que la economía muestre claras señales de reactivación, antes de volver a invertir y tomar gente”, señala el departamento federal de Trabajo, en el informe adjunto a las cifras. Por otra parte, la semana pasada hubo 430.000 solicitudes de nuevos subsidios, contra 425.000 estimados por una encuesta de Bloomberg entre analistas de Wall Street. Donde, de paso, las estadísticas laborales diluían la onda alcista iniciada el miércoles.

A su vez, el departamento de Comercio informó que, también en mayo, las ventas minoristas subieron 0,1%, tras ceder 0,3% en abril. Pero esto no alcanzó para aventar resquemores: “El ambiente de negocios es todavía problemático y el desempleo desalienta a muchos”, admitía Jones Apparel Group (fabricante de ropa y calzado, líder en Nueva York). Entretanto, rebotaba la demanda de bonos federales –en perjuicio de las acciones-, porque cunde la impresión de que la economía no alcanzará ese 3,5% anual –en términos de producto bruto interno- que los estadígrafos bursátiles proyectan, en previsible sintonía con la Casa Blanca.

Todos empiezan a especular qué hará la Reserva Federal, cuyo comité de mercado abierto sesionará los días 24 y 25. “La RF necesita que el ritmo de consumo sea mucho más activo que el actual, pero esto no ocurre”, señala la consultora Naroff Economic Advisers (Pennsilvania). El clima no mejoró tras circular un sondeo de fuente privada, según el cual el nivel de aprobación al gobierno de George W.Bush cedió de 73% en abril a 57% a principios de este mes. Motivo: el manejo de la economía.

“Por cada estadounidense que teme nuevos ataques terroristas, dos están preocupados por la debilidad económica, la inestabilidad laboral y el bajo salario de bolsillo”, indica un estudio de la universidad Quinnipiac (Connecticut). No obstante, Bush obtendría 53% del voto presidencial en 2002, contra 40% del senador Joseph Lieberman y 37% de su colega John Kerry. Ambos son demócratas. El retroceso en el índice de aprobación semeja al sufrido por George W.H.Bush, padre del actual mandatario, tras su victoria en Irak (1991). Al año siguiente, 1992, Bush perdió la reelección.

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