Déficit de democracia típico del mundo árabe
Pese a su sangrienta represión (4.000 muertos en cuanto va de la guerra civil), el sirio Bashar al-Asad es sólo un extremo. Quizá tenga razón y una renuncia siembre la anarquía en Siria. Por eso Turquía o la Liga Árabe no se quitan los guantes de seda.
28 agosto, 2011
<p>Este cuadro lo trazan expertos en Londres, París, El Cairo, Tokio y Beirut, más tras el derrumbe de Muammar Ghadafí. Entretanto, las revueltas liquidaron al ra’is egipcio (Hosní Mubarak), cercan al presidente vitalicio de Yemen e impulsan al sultán de Marruecos –Mohámmed VI, por el camino de la reforma. Pero Argelia sigue siendo una dictadura petrolera, como lo era Libia.<br />
<br />
En cierto sentido, esta ola revierte el tsunami nacionalista desencadenado, en Egipto, por otro jefe carismático, Gamal Abdel Nasser (1956) y anticipado por el general Mohammed Naghib (1952). Esa explosión de arabismo atravesó varias fases, casi todas cifradas en enfrentamientos con Israel y EE.UU. (1948/73). Otro factor, en este caso endógeno, fue la división del mundo árabe en autocracias laicas –Egipto, Siria, Libia, Irak, Argelia, Yemen, Túnez- y monarquías islámicas, como Saudiarabia, Marruecos, Omán, Kuwait, Qatar, Bahrein o la Unión de Emiratos Árabes (las últimas cinco, virtuales satélites de Riyadh).<br />
<br />
Solitario, Líbano trató de mantener una democracia laica hasta que, en 1975, las ambiciones sirias e israelíes lo convirtieron en campo de batalla. Recién empezando el siglo XXI, el pequeño país recobró cierto pluralismo político. Poco después, Siria se precipitó en una guerra civil sin salida por hoy visible, que afecta a una potencia regional, Turquía, musulmana pero no árabe (tampoco lo es Irán).<br />
<br />
Nadie está seguro de nada en Levante. Suponiendo que EE.UU. y Saudiarabia logren iniciar el desplazamiento no traumático de Abdullá Alí Saleh, se abrirá un proceso de pacificación sólo en Yemen. Algunas monarquías –Jordania, Marruecos- ensayan soluciones moderadas. El resto, salvo Irak (un ejercicio de democracia con dos etnias y otras tantas variantes religiosas), parece aferrado a la autocracia sunnita (Saudirabia, emiratos del Golfo, Omán).<br />
Caído el clan Ghadafi, quedan dos regímenes laicos autoritarios, Siria y Argelia. El primero trata de diezmar físicamente a la mayoría sunní. En tanto la segunda mantiene un status sin salida a la vista.</p>
<p> </p>
<p> </p>