Decepción ante el debut de los centros de abartamiento

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El debut de los centros de
abaratamiento implementados en algunas localidades del Gran Buenos
Aires provocó decepción, críticas, bronca y quejas en la gente
que realizó pocas compras.

Principalmente, esta situación se dio en el centro de
abaratamiento de Berazategui, donde se concentró la mayor cantidad
de protestas por los precios, baja calidad y falta de productos,
además de organización precaria.

Según se supo, un puestero
intentó jutificar esta situación al afirmar que no se podía
esperar más porque “es comida para pobres” la que se vende allí.

Una situación similar se vivió en el centro de abaratamiento de
la localidad de Guernica, que ayer abrió sus puertas, aunque,
llamativamente, ni siquiera había pan.

“Los precios son casi los mismos que en el supermercado y
además no se respeta lo que dicen las pizarras de la calle”,
aseguró al salir del centro de Berazategui Ana María Gutiérrez,
madre de tres chicos que cobra 200 pesos por mes por su trabajo
limpiando casas.

La mujer aseguró que perdió plata concurriendo al centro de
abaratamiento ya que tuvo que “pagar el micro para encontrar los
mismos precios” que hubiera pagado cerca de su casa.

La mayoría de las quejas se efectivizaban porque los precios
exhibidos en una pizarra en el frente del reducido local “son
caros”.

Muchos cuestionaban que el aceite se ofreciera a 2,20 pesos los
900 centímetros cúbicos, cuando en los supermercados otra marca
más conocida y por envase de un litro costaba 2,10 pesos.

Fuente: Noticias Argentinas

Principalmente, esta situación se dio en el centro de
abaratamiento de Berazategui, donde se concentró la mayor cantidad
de protestas por los precios, baja calidad y falta de productos,
además de organización precaria.

Según se supo, un puestero
intentó jutificar esta situación al afirmar que no se podía
esperar más porque “es comida para pobres” la que se vende allí.

Una situación similar se vivió en el centro de abaratamiento de
la localidad de Guernica, que ayer abrió sus puertas, aunque,
llamativamente, ni siquiera había pan.

“Los precios son casi los mismos que en el supermercado y
además no se respeta lo que dicen las pizarras de la calle”,
aseguró al salir del centro de Berazategui Ana María Gutiérrez,
madre de tres chicos que cobra 200 pesos por mes por su trabajo
limpiando casas.

La mujer aseguró que perdió plata concurriendo al centro de
abaratamiento ya que tuvo que “pagar el micro para encontrar los
mismos precios” que hubiera pagado cerca de su casa.

La mayoría de las quejas se efectivizaban porque los precios
exhibidos en una pizarra en el frente del reducido local “son
caros”.

Muchos cuestionaban que el aceite se ofreciera a 2,20 pesos los
900 centímetros cúbicos, cuando en los supermercados otra marca
más conocida y por envase de un litro costaba 2,10 pesos.

Fuente: Noticias Argentinas

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