A tres días de su falsa renuncia, Berlusconi reasumió el sábado la jefatura de gobierno. Le queda algo más de un año –si no se desata otra crisis- para afrontar el pesado déficit fiscal (apunta a 3,7% del producto bruto interno), superar el estancamiento económico y proponer soluciones para los graves problemas que padece la península al sur de Roma.
Mala figura hacía el presidente de la República al tomar juramento –gesto vacuo, tratándose de este primer ministro- al gabinete de un procesado con graves cargos encima. Cambios reales casi no hay, salvo el retroceso de Alianza nacional (neofascista) en favor de la Liga norte. O sea Bossi, un incondicional de Berlusconi.
Obligado a renunciar en julio de 2004 como titular de Economía, Giulio Tremonti es ahora viceprimer ministro, impulsado por Luca Montezemolo, presidente de Confindustria y del directorio en Fiat (por lo menos hasta septiembre). Domenico Siniscalco (Economìa) seguirá siendo decorativo. A los democristianos del sector clerical (UDC) les queda Rocco Buttiglione, una especie de “clown” a quien se le da Cultura.
Todo un símbolo: el hombre fue descartado (2004) como integrante de la Comisión europea por opiniones contra mujeres, homosexuales, ecologistas, laicos y “relativistas”.En su país, sólo el “Corriere della sera” lo toma en serio, quizá por las tendencias papistas del diario.
En lo tocante al partido personal de Berlusconi, “Forza Italia”, su elemento ahora más poderoso es Tremonti. Justamente su fuerte influencia desde Economía causó el despido, meses atrás. Ni siquiera su aliado Montezemolo cree que el magnate de medios lo tolere fácilmente. En otras, palabras, la próxima crisis de gabinete –como la penúltima- tal vez sea protagonizada por Tremonti. No debe olvidarse que, durante la crisis generada por la grave derrota electoral, a principios de abril, el actual “vicepremier” acaudillaba el ala anti Berlusconi del partido. Con Montezemolo como operador informal.
A tres días de su falsa renuncia, Berlusconi reasumió el sábado la jefatura de gobierno. Le queda algo más de un año –si no se desata otra crisis- para afrontar el pesado déficit fiscal (apunta a 3,7% del producto bruto interno), superar el estancamiento económico y proponer soluciones para los graves problemas que padece la península al sur de Roma.
Mala figura hacía el presidente de la República al tomar juramento –gesto vacuo, tratándose de este primer ministro- al gabinete de un procesado con graves cargos encima. Cambios reales casi no hay, salvo el retroceso de Alianza nacional (neofascista) en favor de la Liga norte. O sea Bossi, un incondicional de Berlusconi.
Obligado a renunciar en julio de 2004 como titular de Economía, Giulio Tremonti es ahora viceprimer ministro, impulsado por Luca Montezemolo, presidente de Confindustria y del directorio en Fiat (por lo menos hasta septiembre). Domenico Siniscalco (Economìa) seguirá siendo decorativo. A los democristianos del sector clerical (UDC) les queda Rocco Buttiglione, una especie de “clown” a quien se le da Cultura.
Todo un símbolo: el hombre fue descartado (2004) como integrante de la Comisión europea por opiniones contra mujeres, homosexuales, ecologistas, laicos y “relativistas”.En su país, sólo el “Corriere della sera” lo toma en serio, quizá por las tendencias papistas del diario.
En lo tocante al partido personal de Berlusconi, “Forza Italia”, su elemento ahora más poderoso es Tremonti. Justamente su fuerte influencia desde Economía causó el despido, meses atrás. Ni siquiera su aliado Montezemolo cree que el magnate de medios lo tolere fácilmente. En otras, palabras, la próxima crisis de gabinete –como la penúltima- tal vez sea protagonizada por Tremonti. No debe olvidarse que, durante la crisis generada por la grave derrota electoral, a principios de abril, el actual “vicepremier” acaudillaba el ala anti Berlusconi del partido. Con Montezemolo como operador informal.