Curiosa intriga de alcoba enfrenta a París con Berna
Un empleado infiel vendió una lista de tres mil evasores a Francia. El francoitaliano Hervé Falciani, 37 años, manejaba un archivo de datos en la Hongkong & Shanghai Banking Corp., Ginebra. Primero se lo ofreció sin éxito al servicio secreto alemán.
22 diciembre, 2009
<p>Se trata de una historia irónica. Suiza albergaba cuentas anónimas desde mediados del siglo XIX y perfeccionó el sistema en los años 30 del siguiente. ¿Para qué? Para protegerse del espionaje alemán, francés, italiano y británico. Hoy, una nómina de 3.000 evasores galos termina en manos de París y pone al borde del colapso las relaciones con Berna, cuyo secreto financiero viene siendo golpeado desde 2008 por varios ángulos.<br />
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La operación de Falciani data de 2007 y su origen es romántico: se llama Georgina Mikhaël, una francolibanesa que ocupaba el escritorio vecino al del francoitaliano en la HSBC. El hombre era casado y tenía una hija. La intención original era juntar dinero para el divorcio y sus obligaciones pecuniarias emergentes. La esposa le ha entablado pleito en Ginebra.<br />
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Hasta 2008, el asunto marchaba, pero lentamente. Ya en 2009, la pareja disponía de una lista y salió a venderla. Primero a los alemanes, luego a los franceses, mucho menos escrupulosos. En lo atinente a, la HSBC, nació (1865) en los dos entonces puertos francos chinos y se mudó a Londres en 1993. En algunos países opera asociada al germano Commerzbank.<br />
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Al momento de ofrecer la nómina al servicio secreto francés, el dúo manejaba desde Beirut una sociedad fantasma de Hongkong, Palorva, y tenía un archivo de 100.000 clientes de HSBC en Suiza. Los tres mil eran una “lista selecta” de evasores franceses. En un testimonio ante la justicia francesa, Falciani sostuvo que había tenido acceso a los datos por fallas de seguridad en la banca londinense.<br />
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Pero Falciani y Mikhaël no supieron llevar bien las negociaciones. Resultado: Francia se quedó con la lista de cuentas numeradas sin desembolsar un euro. Hans-Rudolf Merza, presidente de la Confederación Helvética, está furioso y amenaza con suspender relaciones con el poderoso vecino occidental. <br />
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