Culminó Davos
El Foro Económico Mundial dejó un resultado incierto:se reconocen los problemas sociales del mundo en desarrollo, pero el proteccionismo de los países centrales impide ir hacia un comercio mundial más igualitario.
Después de seis días de reuniones, finalizó una nueva edición del Foro Económico Mundial; en la conferencia de prensa en la que se presentó el informe final de los 50 líderes que participaron del encuentro se señaló que “Además de reconocer que hay graves problemas sociales en el mundo, tenemos que tener en claro que hay que apurarse a resolverlos, porque el tiempo para eso no es eterno”.
En paralelo a la cumbre de Suiza, se llevaba a cabo en Porto Alegre, el Foro Social (denominado anti Davos) que se pronunciara en contra de la globalización.
Tal vez, una de las presencias más interesantes que hubo este año en Davos fue la de Muhammad Yunus, el economista de Bangladesh, quien lucha contra la marginación y la extrema pobreza mediante la creación de su banco de microcréditos, el Grameen (Aldea) Bank.
Yunus fue muy concreto al señalar que ” no caben dudas de que hace falta cambiar una enorme cantidad de cosas”.
Si hay que elegir un tema que haya marcado la discusión de estos seis días, sin dudas ese es la imposibilidad de avanzar hacia un auténtico libre comercio debido a las barreras proteccionistas impuestas por el mundo desarrollado.
En el informe final que presentó aquí el ex funcionario norteamericano Stuart Eizenstat, figuran a la cabeza los dos puntos básicos de la agenda de reclamos de la Argentina desde hace años: libre acceso a los mercados y supresión de los subsidios que distorsionan toda la producción agrícola mundial.
Eizenstat admitió que ése no fue un punto de consenso con los ministros europeos presentes en las reuniones, pero finalmente prevaleció el número de los que recomiendan una verdadera liberalización del comercio.
Tal vez esta tema aparezca en la agenda del canciller Rodríguez Giavarini en su inminente viaje a Estados Unidos.
Después de seis días de reuniones, finalizó una nueva edición del Foro Económico Mundial; en la conferencia de prensa en la que se presentó el informe final de los 50 líderes que participaron del encuentro se señaló que “Además de reconocer que hay graves problemas sociales en el mundo, tenemos que tener en claro que hay que apurarse a resolverlos, porque el tiempo para eso no es eterno”.
En paralelo a la cumbre de Suiza, se llevaba a cabo en Porto Alegre, el Foro Social (denominado anti Davos) que se pronunciara en contra de la globalización.
Tal vez, una de las presencias más interesantes que hubo este año en Davos fue la de Muhammad Yunus, el economista de Bangladesh, quien lucha contra la marginación y la extrema pobreza mediante la creación de su banco de microcréditos, el Grameen (Aldea) Bank.
Yunus fue muy concreto al señalar que ” no caben dudas de que hace falta cambiar una enorme cantidad de cosas”.
Si hay que elegir un tema que haya marcado la discusión de estos seis días, sin dudas ese es la imposibilidad de avanzar hacia un auténtico libre comercio debido a las barreras proteccionistas impuestas por el mundo desarrollado.
En el informe final que presentó aquí el ex funcionario norteamericano Stuart Eizenstat, figuran a la cabeza los dos puntos básicos de la agenda de reclamos de la Argentina desde hace años: libre acceso a los mercados y supresión de los subsidios que distorsionan toda la producción agrícola mundial.
Eizenstat admitió que ése no fue un punto de consenso con los ministros europeos presentes en las reuniones, pero finalmente prevaleció el número de los que recomiendan una verdadera liberalización del comercio.
Tal vez esta tema aparezca en la agenda del canciller Rodríguez Giavarini en su inminente viaje a Estados Unidos.
