Las crisis y enfrentamientos políticos están obstaculizando el crecimiento de varios países emergentes y , en algunos casos, han provocado profundas debacles económicas.
Tal es el caso de Turquía cuya crisis turca estalló por el enfrentamiento entre su presidente y el primer ministro; en la Argentina las acusaciones sobre el presidente del Banco Central alejaron las posibilidades de reactivación.
Ahora Brasil es el tercer país emergente que complica su economía por disputas políticas.
Según afirman los expertos, las denuncias de corrupción que se extienden a las licitaciones para las privatizaciones de empresas públicas pueden afectar no sólo la cotización del real frente al dólar, sino también pueden precipitar la caída de los títulos públicos de toda la región.
También podrían hacer subir las tasas de interés en reales y desbaratar la reactivación económica porque toda la deuda interna de Brasil, que es tan grande como la externa, está tomada a esas tasas.
Señalan que la Argentina puede ver más complicada su reactivación si caen las compras brasileñas por una devaluación del real; el otro riesgo es que ,a favor de un real muy devaluado, haya una avalancha de exportaciones brasileñas sobre la Argentina.
La crisis brasileña explotó cuando el senador Magalhaes acusó al presidente Cardoso de ser “tolerante con la corrupción”, en declaraciones realizadas a la prensa local.
Magalhaes fue presidente del Senado desde 1997 hasta la semana pasada; ha estado en la política durante varias décadas.
Como jefe del Senado, Magalhaes fueun importante aliado de Cardoso para que la aprobación de leyes clave y ayudó a su reelección en 1998.
Pero en los últimos meses, el dirigente político había perdido respaldo popular, lo que llevó a Cardoso a rediseñar sus pilares legislativos y escoger al viejo adversario político de Magalhaes, Jader Barbalho, del Partido Democrático Brasileño (PMDB), para reemplazarlo como presidente del Senado.
Poco después, Magalhaes respondió al desaire mandando una señal en forma poco sutil al decirles a los fiscales cómo obtener evidencia en una investigación por corrupción que involucra al ex secretario general de la Presidencia, Eduardo Jorge; Magalhaes dijo que por Jorge se llega a Cardoso.
Inmediatamente, el presidente de Brasil respondió despidiendo a los ministros de Energía y Minas, Rodolpho Tourinho, y de Seguridad Social, Waldeck Ornelas, aliados de Magalhaes y miembros de su PFL.
Las crisis y enfrentamientos políticos están obstaculizando el crecimiento de varios países emergentes y , en algunos casos, han provocado profundas debacles económicas.
Tal es el caso de Turquía cuya crisis turca estalló por el enfrentamiento entre su presidente y el primer ministro; en la Argentina las acusaciones sobre el presidente del Banco Central alejaron las posibilidades de reactivación.
Ahora Brasil es el tercer país emergente que complica su economía por disputas políticas.
Según afirman los expertos, las denuncias de corrupción que se extienden a las licitaciones para las privatizaciones de empresas públicas pueden afectar no sólo la cotización del real frente al dólar, sino también pueden precipitar la caída de los títulos públicos de toda la región.
También podrían hacer subir las tasas de interés en reales y desbaratar la reactivación económica porque toda la deuda interna de Brasil, que es tan grande como la externa, está tomada a esas tasas.
Señalan que la Argentina puede ver más complicada su reactivación si caen las compras brasileñas por una devaluación del real; el otro riesgo es que ,a favor de un real muy devaluado, haya una avalancha de exportaciones brasileñas sobre la Argentina.
La crisis brasileña explotó cuando el senador Magalhaes acusó al presidente Cardoso de ser “tolerante con la corrupción”, en declaraciones realizadas a la prensa local.
Magalhaes fue presidente del Senado desde 1997 hasta la semana pasada; ha estado en la política durante varias décadas.
Como jefe del Senado, Magalhaes fueun importante aliado de Cardoso para que la aprobación de leyes clave y ayudó a su reelección en 1998.
Pero en los últimos meses, el dirigente político había perdido respaldo popular, lo que llevó a Cardoso a rediseñar sus pilares legislativos y escoger al viejo adversario político de Magalhaes, Jader Barbalho, del Partido Democrático Brasileño (PMDB), para reemplazarlo como presidente del Senado.
Poco después, Magalhaes respondió al desaire mandando una señal en forma poco sutil al decirles a los fiscales cómo obtener evidencia en una investigación por corrupción que involucra al ex secretario general de la Presidencia, Eduardo Jorge; Magalhaes dijo que por Jorge se llega a Cardoso.
Inmediatamente, el presidente de Brasil respondió despidiendo a los ministros de Energía y Minas, Rodolpho Tourinho, y de Seguridad Social, Waldeck Ornelas, aliados de Magalhaes y miembros de su PFL.