Crisis en el gabinete: una mala señal interna y externa

El Director del Área Economía del IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral, compartió su análisis sobre la tensión entre Presidencia, Economía, y Energía. Se trata de una “expresa limitación en el poder“, enfatizó Eduardo Fracchia.”La gestión del ministro de Economía es deslucida en deuda, relación con el FMI, inflación, intranquilidad de la economía, y falta de inversión; aunque Guzmán tiene el mérito de ser relativamente ortodoxo por la necesidad de mostrar buenos números fiscales”, comentó Eduardo Fracchia, a la vez que dio su visión sobre las implicancias de lo que está pasando en la gestión económica, atravesada por los manejos políticos.

-“La coalición del Frente de todos no funciona como tal, manda el kirchnerismo y La Cámpora. Es una dinámica de poder bien clara. No es normal en nuestro sistema. Cámpora, obviamente dirigido por Perón y Lopez Rega; y Frondizi, condicionado por los planteos militares. Alfonsín solo en el tema militar fue desobedecido cuando tuvo que subordinarse a Rico, un militar de bajo rango, que representaba el movimiento de carapintadas, ante la inacción para reprimirlos en Campo de Mayo por parte del famoso general.”

-“La de tarifas al 9 % es una jugada claramente electoralista. Las tarifas bajas son una política propia de Flacso, cuestionadores siempre de las empresas privatizadas, es una clara línea ideológica. Es poco racional no achicar el subsidio energético, es un tema sensible que conoce bien Macri  pero ayuda a mejorar el déficit primario que está por el piso. Se trata de un guiño al conurbano, porque en el Interior el tema ya está resuelto. Este retraso tarifario se condice con el retraso cambiario y de los productos con precios máximos, bajo ´control soviético´”.

-“La economía no va a cambiar por este tema en cuanto al dólar blue o al riesgo país. La inflación es el gran mal antecedente para la negociación con el Fondo, con el club de París. Genera ruidos de doble discurso.”

-“La probabilidad de que Alberto Fernandez cambie este estilo de subordinación absoluta al Instituto Patria y a La Cámpora tiende a cero, excepto que haya una derrota del oficialismo contundente en el Gran Buenos Aires en las próximas elecciones. Y es mucho tiempo el que falta para esta prueba, como para que la institucionalidad del país siga tan frágil, y con desgobierno en el Ejecutivo. El liderazgo que exige es inmenso y no lo estamos viendo en el campo de juego, tal como lo expresa esta nueva y grave interna de poder.”

-“´¿Cómo ve Argentina?´, le preguntaron al Papa Juan Pablo II. ´Un país joven´, respondió, con su elegante diplomacia. Seguimos siendo un país joven, adolescente, sin madurez para encarar la cosa pública, con dirigentes que deberían tomar un curso acelerado con líderes como Angela Merkel.”