A partir de unos días, quienes cobran su sueldo en negro podrán acceder a un crédito dentro del sistema bancario legal, sin tener que acudir a las denominadas “cuevas”. Al no tener ingresos en blanco, las tasa de interés serán algo más elevadas, pero siempre menores a los que so cobran en el circuito marginal que rondan entre 60% y 150% anual.
Quienes no poseen recibo de sueldo (trabajadores en negro, autónomos en situación irregular ante el fisco), podrán acceder a dos tipos de créditos:
1-Préstamos personales: Hasta US$ 4000, con dos años de plazo y tasas que rondan 35%.
Se otorga contra presentación de documento de identidad y averiguación de indicadores de pago del cliente.
2-Préstamos hipotecarios: Hasta US$15000, con plazos máximos de 20 años y una tasa de 17% anual. Como requisito, además de documento de identidad, habrá que presentar una escritura o solicitud de compra de una vivienda a ser hipotecada.
Con estas líneas crediticias el Gobierno persigue dos objetivos:
1-Incentivar el consumo, en especial el de la clase media-baja y media que han reducido drásticamente su capacidad de compra.
2-Frenar la expansión del circuito financiero paralelo, que mueve unos US$ 30000 millones; es decir, 50% de los préstamos de la banca institucional.
A partir de unos días, quienes cobran su sueldo en negro podrán acceder a un crédito dentro del sistema bancario legal, sin tener que acudir a las denominadas “cuevas”. Al no tener ingresos en blanco, las tasa de interés serán algo más elevadas, pero siempre menores a los que so cobran en el circuito marginal que rondan entre 60% y 150% anual.
Quienes no poseen recibo de sueldo (trabajadores en negro, autónomos en situación irregular ante el fisco), podrán acceder a dos tipos de créditos:
1-Préstamos personales: Hasta US$ 4000, con dos años de plazo y tasas que rondan 35%.
Se otorga contra presentación de documento de identidad y averiguación de indicadores de pago del cliente.
2-Préstamos hipotecarios: Hasta US$15000, con plazos máximos de 20 años y una tasa de 17% anual. Como requisito, además de documento de identidad, habrá que presentar una escritura o solicitud de compra de una vivienda a ser hipotecada.
Con estas líneas crediticias el Gobierno persigue dos objetivos:
1-Incentivar el consumo, en especial el de la clase media-baja y media que han reducido drásticamente su capacidad de compra.
2-Frenar la expansión del circuito financiero paralelo, que mueve unos US$ 30000 millones; es decir, 50% de los préstamos de la banca institucional.