Crecimiento y calidad de vida

De acuerdo a un informe del Banco Mundial, esta es la política que provocaría la duplicación del ingreso per capita a mediano plazo.

25 septiembre, 2000

Se puede aumentar la calidad de vida de la población y duplicar el ingreso per cápita a medio plazo si combinan políticas de crecimiento con otras para ampliar el acceso a la educación, aumentar la protección del medio ambiente, mejorar la gestión de los riesgos mundiales y combatir la corrupción. Esta afirmación puede leerse en un informe publicado hoy por el Banco Mundial en el que se ponen de manifiesto “las enormes disparidades de resultados en cuanto al desarrollo” en un momento en el que se amplía –según el BM– la brecha entre ricos y pobres.

El estudio subraya que la mejora de la gestión de los riesgos mundiales es básica porque “en períodos de crisis financieras los padecimientos de los pobres son desproporcionadamente grandes por lo que se les debería proteger”. Para paliar esos efectos negativos en los más desfavorecidos el BM propone que haya una gestión de esas inestabilidades para aprovechar los potenciales beneficios. Ello exige una labor macroeconómica bien concebida e inversiones en capital humano, así como una intensificación de los mercados financieros internos mediante la regulación y la supervisión financiera y la introducción de mecanismos eficaces de buena dirección de empresas y la creción de redes de seguridad social para que la gente apoye la liberalización de los mercados de capital.

En cuanto a combatir la corrupción, el BM afirma que una gestión pública insatisfactoria, especialmente por la corrupción y el acoso burocrático, “va en detrimento del crecimiento económico y perturba la vida cotidiana de los pobres” dado que permite que los intereses creados de una elite “influyan indebidamente sobre la labor del Estado o incluso la compren” con lo que “el costo social es enorme”.

El informe cuestiona el que para medir el progreso se tenga en cuenta exclusivamente el ritmo de crecimiento del Producto Bruto Interno cuando lo que cuenta “es un crecimiento de calidad adecuada” y sostiene la necesidad de contar con una sostenida participación de la sociedad civil en relación a todos los actos políticos de una país.

El Banco Mundial recuerda en su estudio que la riqueza de un país además de comprender su capital físico abarca también su capital humano y social, además de su capital natural y ambiental y que, sin embargo, la inversión en activo humano es “invariablemente insuficiente y se explota en demasía el activo natural”.

Se puede aumentar la calidad de vida de la población y duplicar el ingreso per cápita a medio plazo si combinan políticas de crecimiento con otras para ampliar el acceso a la educación, aumentar la protección del medio ambiente, mejorar la gestión de los riesgos mundiales y combatir la corrupción. Esta afirmación puede leerse en un informe publicado hoy por el Banco Mundial en el que se ponen de manifiesto “las enormes disparidades de resultados en cuanto al desarrollo” en un momento en el que se amplía –según el BM– la brecha entre ricos y pobres.

El estudio subraya que la mejora de la gestión de los riesgos mundiales es básica porque “en períodos de crisis financieras los padecimientos de los pobres son desproporcionadamente grandes por lo que se les debería proteger”. Para paliar esos efectos negativos en los más desfavorecidos el BM propone que haya una gestión de esas inestabilidades para aprovechar los potenciales beneficios. Ello exige una labor macroeconómica bien concebida e inversiones en capital humano, así como una intensificación de los mercados financieros internos mediante la regulación y la supervisión financiera y la introducción de mecanismos eficaces de buena dirección de empresas y la creción de redes de seguridad social para que la gente apoye la liberalización de los mercados de capital.

En cuanto a combatir la corrupción, el BM afirma que una gestión pública insatisfactoria, especialmente por la corrupción y el acoso burocrático, “va en detrimento del crecimiento económico y perturba la vida cotidiana de los pobres” dado que permite que los intereses creados de una elite “influyan indebidamente sobre la labor del Estado o incluso la compren” con lo que “el costo social es enorme”.

El informe cuestiona el que para medir el progreso se tenga en cuenta exclusivamente el ritmo de crecimiento del Producto Bruto Interno cuando lo que cuenta “es un crecimiento de calidad adecuada” y sostiene la necesidad de contar con una sostenida participación de la sociedad civil en relación a todos los actos políticos de una país.

El Banco Mundial recuerda en su estudio que la riqueza de un país además de comprender su capital físico abarca también su capital humano y social, además de su capital natural y ambiental y que, sin embargo, la inversión en activo humano es “invariablemente insuficiente y se explota en demasía el activo natural”.

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