Hungría, Rumania y Bulgaria accedieron ayer a un pedido de la Casa Blanca para que le negaran a dos aviones rusos que debían trasladar tropas hacia Kosovo el permiso para sobrevolar sus territorios. El hecho fue considerado por las autoridades militares de Moscú como una “provocación” gestada por los Estados Unidos. Así, la tensión entre Washington y el Kremlin volvió a crecer, luego del episodio protagonizado hace tres semanas, cuando las tropas rusas ingresaron en forma sorpresiva en Kosovo y tomaron el aeropuerto de su capital, Pristina. Por su parte, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) explicó ayer que la decisión de cerrarle el paso a los aviones rusos se debió a que todavía no fueron acordadas las condiciones técnicas para el despliegue de las tropas rusas en la provincia serbia. Rusia tenía previsto realizar en total diez vuelos, que a lo largo de cuatro días transportarían 300 paracaidistas y material bélico a Pristina, donde ya se encuentran 200 soldados que llegaron desde Bosnia.
Hungría, Rumania y Bulgaria accedieron ayer a un pedido de la Casa Blanca para que le negaran a dos aviones rusos que debían trasladar tropas hacia Kosovo el permiso para sobrevolar sus territorios. El hecho fue considerado por las autoridades militares de Moscú como una “provocación” gestada por los Estados Unidos. Así, la tensión entre Washington y el Kremlin volvió a crecer, luego del episodio protagonizado hace tres semanas, cuando las tropas rusas ingresaron en forma sorpresiva en Kosovo y tomaron el aeropuerto de su capital, Pristina. Por su parte, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) explicó ayer que la decisión de cerrarle el paso a los aviones rusos se debió a que todavía no fueron acordadas las condiciones técnicas para el despliegue de las tropas rusas en la provincia serbia. Rusia tenía previsto realizar en total diez vuelos, que a lo largo de cuatro días transportarían 300 paracaidistas y material bélico a Pristina, donde ya se encuentran 200 soldados que llegaron desde Bosnia.