Contagia Túnez a Egipto y los riesgos se elevan
Basta de Mubarak clamaban multitudes egipcias. Hubo intentonas de asaltar el palacio presidencial, choques con policías y muertos. Entre 200.000 y 300.000 personas protagonizaban los peores disturbios en 30 años y podría haber contagios en el Magreb.
26 enero, 2011
<p>Las alusiones eran claras: “Adiós Hosní Mubarak y sus parientes” era el lema de una masiva marcha de la bronca calcada de Túnez, que inundó El Cairo y Alejandría. Una mayoría de observadores en España, Francia, Turquía, Grecia e Italia teme, pues, que el verdadero contagio no provenga de la geopolíticamente pequeña Túnez, sino de Egipto y sus ochenta millones de habitantes.<br />
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En la fase actual, señala un informe difundido por la Comisión Europea, amén de Túnez y Egipto se hallan al borde de puebladas Marruecos, Argelia, Mauritania y Malí. La veloz y estrepitosa caída de Zin Ben-Alí dio idea de los endebles que son las autocracias familiares o dinásticas.<br />
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En este sentido, si la violencia en El Cairo y Alejandría aumenta y acaba con Mubarak –peligro que sus aliados israelíes vislumbran-, el efecto dominó será imparable. Máxime si la división de Sudán (aliado de China), tras el referendo separatista, se combina con la guerra civil en Darfur.<br />
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El Magreb, occidente en árabe, se ve ante una crisis sociopolítica inimaginable pocas semanas atrás, que ha paralizado a Estados Unidos, la Unión Europea y la Otan. Sucede que el fenómeno amenaza con salirse de madre en escala internacional, porque el objeto de las marchas espontáneas son asimismo regímenes feudales al este de Egipto. Eso abarca Saudiarabia, Kuwait, Qatar, Bahréin, Omán y la Unión de Emiratos Árabes.<br />
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Flaco consuelo resulta para europeos y norteamericanos reiterar que lo de Túnez no se compara con lo de Egipto. Por el contrario, debieran notar que Libia –casi una autocracia familiar- parece inmune al contagio debido a la política social de un estado laico, pese a su pintoresco nombre oficial. En efecto, Muamar Ghedafí mantiene la mezquita lejos del palacio. Mientras tanto, en pocos días se sabrá si el libio irá a pasearse por una reunión de ejecutivos en Davos o le dejará la tarea a Mubarak. <br />
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