Conflictiva semana política

Circuló con insistencia la versión de que Cavallo iría al BCRA. Alvarez realizó críticas y pidió transmitir confianza.Allanamientos en el Senado y nuevos casos de corrupción.

30 septiembre, 2000

Aunque diversos medios de opinión afirmaron tener conocimiento fidedigno de que Domingo Cavallo pasaría a ocupar un cargo importante en el gobierno nacional, nada –hasta el momento– ha podido confirmar esa versión . Diversas fuentes se empeñaron a partir del lunes – día de la visita a la Casa Rosada del jefe de Acción para la República – en asignarle desde la futura presidencia del Banco Central hasta jefatura del Gabinete.

Cavallo, en una entrevista, afirmó que no había recibido ningún ofrecimiento; colaboradores cercanos al ex ministro refirieron que la versión surgió de un ofrecimiento que el gobernador Ruckauf le habría hecho al presidente.

De todas maneras, ante las insistentes voces que se alzan, es necesario considerar diversos aspectos:
1. La reiterada oposición de la Unión Cívica Radical, encabezada por Raúil Alfonsín, a esta eventual designación.

2. Cavallo no goza de la simpatía de los senadores del PJ. Para ser nombrado en el Central, necesita la conformidad de ese cuerpo legislativo.

3. La Argentina no puede remover al presidente del Banco Central sin perder credibilidad internacional. La ley fijó el mandato de Pedro Pou hasta el año 2003 y una remoción sería una pésima señal emitida hacia el exterior.

4. Roberto Alemann, hombre de sólidas vinculaciones financieras internacionales, dijo que sería un error reemplazar a Pou y llegó a cuestionar con acritud el papel jugado por Cavallo cuando presidió el Banco Central durante el gobierno militar.

Mientras tanto, el vicepresidente de la Nación–Carlos Alvarez–se ha convertió en uno de los personajes más acosados por los medios de comunicación. Su reclamo más reiterado es que se haga saber a la población que existe un proyecto a largo plazo que modificará sensiblemente la actual situación, con lo cual no tendría razón el “malhumor social” con que fundamental sus comentarios algunos observadores.

Alvarez estima que el gobierno ha logrado generar entusiasmo en cuanto hace a la superación de la crisis política argentina, al demostrar la coalición oficial que se ha puesto en marcha una nueva modalidad de hacer política, pero que esa misma sensación debe ser trasladada al campo de la economía, para mejorar las expectativas de la gente. “Necesitamos un estímulo para dinamizar el mercado interno y el crecimiento”—señaló—.

Sobre el fin de semana se conoció el cuarto caso de corrupción que involucra a legisladores. El peronista Jorge Massat fue acusado de blanquear fondos para campaña política. Su sobrina –quien lo denunció– dice estar amenazada de muerte. El monto total en juego rondaría los US$ 17 millones.

En otro de los casos de corrupción que están en danza , el Liporaci allanó las oficinas del senador Cantarero y manifestó que encontró diversas pruebas; Cantarero estaba en conocimiento de que se requisaría su despacho, desde hace varios días, debido a que la flamante ley de fueros dispone que los jueces deben pedir permiso para allanar oficinas o el domicilio de un legislador sospechado.

El senador cuestionado declaró el viernes ante el juez y negó todos los cargos en su contra.

Aunque diversos medios de opinión afirmaron tener conocimiento fidedigno de que Domingo Cavallo pasaría a ocupar un cargo importante en el gobierno nacional, nada –hasta el momento– ha podido confirmar esa versión . Diversas fuentes se empeñaron a partir del lunes – día de la visita a la Casa Rosada del jefe de Acción para la República – en asignarle desde la futura presidencia del Banco Central hasta jefatura del Gabinete.

Cavallo, en una entrevista, afirmó que no había recibido ningún ofrecimiento; colaboradores cercanos al ex ministro refirieron que la versión surgió de un ofrecimiento que el gobernador Ruckauf le habría hecho al presidente.

De todas maneras, ante las insistentes voces que se alzan, es necesario considerar diversos aspectos:
1. La reiterada oposición de la Unión Cívica Radical, encabezada por Raúil Alfonsín, a esta eventual designación.

2. Cavallo no goza de la simpatía de los senadores del PJ. Para ser nombrado en el Central, necesita la conformidad de ese cuerpo legislativo.

3. La Argentina no puede remover al presidente del Banco Central sin perder credibilidad internacional. La ley fijó el mandato de Pedro Pou hasta el año 2003 y una remoción sería una pésima señal emitida hacia el exterior.

4. Roberto Alemann, hombre de sólidas vinculaciones financieras internacionales, dijo que sería un error reemplazar a Pou y llegó a cuestionar con acritud el papel jugado por Cavallo cuando presidió el Banco Central durante el gobierno militar.

Mientras tanto, el vicepresidente de la Nación–Carlos Alvarez–se ha convertió en uno de los personajes más acosados por los medios de comunicación. Su reclamo más reiterado es que se haga saber a la población que existe un proyecto a largo plazo que modificará sensiblemente la actual situación, con lo cual no tendría razón el “malhumor social” con que fundamental sus comentarios algunos observadores.

Alvarez estima que el gobierno ha logrado generar entusiasmo en cuanto hace a la superación de la crisis política argentina, al demostrar la coalición oficial que se ha puesto en marcha una nueva modalidad de hacer política, pero que esa misma sensación debe ser trasladada al campo de la economía, para mejorar las expectativas de la gente. “Necesitamos un estímulo para dinamizar el mercado interno y el crecimiento”—señaló—.

Sobre el fin de semana se conoció el cuarto caso de corrupción que involucra a legisladores. El peronista Jorge Massat fue acusado de blanquear fondos para campaña política. Su sobrina –quien lo denunció– dice estar amenazada de muerte. El monto total en juego rondaría los US$ 17 millones.

En otro de los casos de corrupción que están en danza , el Liporaci allanó las oficinas del senador Cantarero y manifestó que encontró diversas pruebas; Cantarero estaba en conocimiento de que se requisaría su despacho, desde hace varios días, debido a que la flamante ley de fueros dispone que los jueces deben pedir permiso para allanar oficinas o el domicilio de un legislador sospechado.

El senador cuestionado declaró el viernes ante el juez y negó todos los cargos en su contra.

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