Con Chile: de rivales a aliados

Alianza estratégica. Sumar a Chile al Mercosur y buscar a Cardoso para la Cumbre de Líderes de Berlín.

19 mayo, 2000

El viejo dicho esculpido en los Andes, cuando al finalizar el siglo XIX se evitó la guerra entre ambos países ”Todo nos une, nada nos separa” pareció durante tiempo más una frase de compromiso o buenos deseos que una posibilidad real. En la víspera las cosas parecieron comenzar a modificarse.

En un nuevo gesto de amistad y consideración, Ricardo Lagos recibió en la Casa Rosada el collar de la Orden del Libertador General San Martín y a su vez colocó en el cuello de su colega el Collar de la Orden del Mérito.

Más allá de los protocolos diplomáticos, en el ámbito presidencial resonaron dos frases sugestivas:
· Lagos: “La amistad entre Chile y la Argentina está más allá de los gobernantes de turno”.

· De la Rúa: “La Cordillera no nos separa sino que nos une”.

Durante un diálogo privado los mandatarios esbozaron una estrategia común para insertar a ambos países en dos ámbitos donde se juega sus destinos: el del Mercosur y el internacional:
1. Se apresurará la creación de condiciones para que Chile pueda sumarse el Mercosur.

2. Lagos lleva el compromiso de destrabar en el Senado chileno la aprobación del Tratado Minero, de especial importancia para el desarrollo de la gran minería de nuestro país, al posibilitar proyectos conjuntos y abrir con total transparencia el acceso a los puertos chilenos del Pacífico.

3. Establecer puntos para encarar una posición común en los foros internacionales que incentivará las decisiones del Mercosur en ese campo de acción.

4. Lagos y de la Rúa convinieron, asimismo, en comunicarse con Fernando Henrique Cardoso, para que el Brasil los acompañe a asumir una posición común en la cumbre de Líderes de la Tercera Vía, a realizarse en Berlín el próximo 1º de junio.

5. El canciller argentino resumió así los compromisos asumidos: “Hemos manifestado nuestra común voluntad de coordinar nuestras posiciones tanto a escala subregional como hemisférica y en el contexto de la actual agenda internacional”.

El visitante trasandino tuvo oportunidad de confirmar su pensamiento ante la Asamblea Legislativa reunida en su homenaje. Encuadrado por el presidente del Senado, Alvarez y por el de la Cámara de Diputados, Pascual, propuso una alianza estratégica –que supere lo coyuntural– para construir para ambos países un espacio común que aborde la política, la economía, el aspecto social y la cultura.

Para que su pensamiento fuera traslúcido, expresó al describir la realidad internacional: “Hay globalización y hay globalizados”. Palabras caras a los presentes que prorrumpieron durante su discurso con estruendosas manifestaciones de aplauso.

Por su parte, Carlos Alvarez dejó traslucir resonancias de su origen justicialista cuando manifestó su anhelo de “transformar una geografía común en naciones políticamente soberanas y económicamente independientes”, palabras que figuraron de manera permanente en la terminología peronista.

Tras recordar con nostalgia sus días de exilio en Buenos Aires, Lagos levantó de sus bancas a los legisladores argentinos al proclamar: “Emprendamos juntos la tarea, seamos responsables de nuestros propios sueños”. Sin pecar de originales, puede afirmarse que el jueves “El Congreso fue una fiesta” de confraternidad.

El viejo dicho esculpido en los Andes, cuando al finalizar el siglo XIX se evitó la guerra entre ambos países ”Todo nos une, nada nos separa” pareció durante tiempo más una frase de compromiso o buenos deseos que una posibilidad real. En la víspera las cosas parecieron comenzar a modificarse.

En un nuevo gesto de amistad y consideración, Ricardo Lagos recibió en la Casa Rosada el collar de la Orden del Libertador General San Martín y a su vez colocó en el cuello de su colega el Collar de la Orden del Mérito.

Más allá de los protocolos diplomáticos, en el ámbito presidencial resonaron dos frases sugestivas:
· Lagos: “La amistad entre Chile y la Argentina está más allá de los gobernantes de turno”.

· De la Rúa: “La Cordillera no nos separa sino que nos une”.

Durante un diálogo privado los mandatarios esbozaron una estrategia común para insertar a ambos países en dos ámbitos donde se juega sus destinos: el del Mercosur y el internacional:
1. Se apresurará la creación de condiciones para que Chile pueda sumarse el Mercosur.

2. Lagos lleva el compromiso de destrabar en el Senado chileno la aprobación del Tratado Minero, de especial importancia para el desarrollo de la gran minería de nuestro país, al posibilitar proyectos conjuntos y abrir con total transparencia el acceso a los puertos chilenos del Pacífico.

3. Establecer puntos para encarar una posición común en los foros internacionales que incentivará las decisiones del Mercosur en ese campo de acción.

4. Lagos y de la Rúa convinieron, asimismo, en comunicarse con Fernando Henrique Cardoso, para que el Brasil los acompañe a asumir una posición común en la cumbre de Líderes de la Tercera Vía, a realizarse en Berlín el próximo 1º de junio.

5. El canciller argentino resumió así los compromisos asumidos: “Hemos manifestado nuestra común voluntad de coordinar nuestras posiciones tanto a escala subregional como hemisférica y en el contexto de la actual agenda internacional”.

El visitante trasandino tuvo oportunidad de confirmar su pensamiento ante la Asamblea Legislativa reunida en su homenaje. Encuadrado por el presidente del Senado, Alvarez y por el de la Cámara de Diputados, Pascual, propuso una alianza estratégica –que supere lo coyuntural– para construir para ambos países un espacio común que aborde la política, la economía, el aspecto social y la cultura.

Para que su pensamiento fuera traslúcido, expresó al describir la realidad internacional: “Hay globalización y hay globalizados”. Palabras caras a los presentes que prorrumpieron durante su discurso con estruendosas manifestaciones de aplauso.

Por su parte, Carlos Alvarez dejó traslucir resonancias de su origen justicialista cuando manifestó su anhelo de “transformar una geografía común en naciones políticamente soberanas y económicamente independientes”, palabras que figuraron de manera permanente en la terminología peronista.

Tras recordar con nostalgia sus días de exilio en Buenos Aires, Lagos levantó de sus bancas a los legisladores argentinos al proclamar: “Emprendamos juntos la tarea, seamos responsables de nuestros propios sueños”. Sin pecar de originales, puede afirmarse que el jueves “El Congreso fue una fiesta” de confraternidad.

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