¿Cómo será la competencia geopolítica el nuevo decenio?

Hace un quinquenio, Estados Unidos tenía dos rivales: la Unión Europea, el mayor PBI del mundo, y China, el cuarto. El futurólogo Parag Khanna divisaba claves en el patio trasero. O sea, India, Brasil y Rusia. Ahora, este grupo golpea la puerta.

2 enero, 2010

<p>El analista insiste hoy en que la puja por influencia econ&oacute;mica y pol&iacute;tica en todo el primer cuarto de siglo (2001-25) enfrentar&aacute; a tres jugadores (UE, EE.UU., China) en un campo que defin&iacute;a ya en 2005 como &ldquo;segundo mundo&rdquo;, sin nexos con el viejo esquema de primero, segundo y tercero. Ello involucra cinco regiones principales: Asia meridional y sudoriental, Asia central, Levante, Europa sudoriental y Latinoam&eacute;rica/Caribe. Ese conjunto deber&aacute; buscar alianzas con uno o m&aacute;s &ldquo;imperios centrales&rdquo;.<br />
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La influencia sobre ese &ldquo;segundo mundo&rdquo; se basa no en fuerza militar sino m&aacute;s bien en una mezcla cambiante de variables: productividad, porciones del mercado global, innovaci&oacute;n tecnol&oacute;gica, recursos naturales y poblaci&oacute;n. Adem&aacute;s, pesan intangibles como voluntad nacional y habilidades diplom&aacute;ticas, muy visibles en el presidente brasile&ntilde;o Luiz In&aacute;cio da Silva.<br />
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Este tipo de imperios esgrime el poder de maneras muy distintas. Estados Unidos sigue aferrado al &ldquo;modelo de coaliciones&rdquo;, en pos de acuerdos tema por tema (contraterrorismo, apertura de mercados) que a veces fracasan como en la reciente cumbre de Dinamarca. Por su parte, la UE prefiere un &ldquo;modelo de consensos&rdquo;, aprovechado su enorme mercado, su pluralismo y sus atractivas pol&iacute;ticas socioecon&oacute;micas &ndash;menos ligadas al sector privado- para captar socios y aliados. Pero su armaz&oacute;n geopol&iacute;tica es endeble.<br />
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Finalmente, China tiene un &ldquo;modelo consultivo&rdquo; flexible, que depende del inter&eacute;s de otros pa&iacute;ses en tratar con Beijing por sus ventajas comerciales o econ&oacute;micas. Este modelo echa a un lado temas tan controvertidos &ndash;en occidente- como derechos civiles, ecolog&iacute;a o transparencia (o sea, corrupci&oacute;n).<br />
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Para Khanna y su <em>New American Foundation</em>, esas variables le ser&aacute;n de peculiar relevancia a EE.UU., si alguna vez resuelve adaptar el modelo de coaliciones a un mundo en transformaci&oacute;n.<br />
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&iquest;Podr&aacute; Washington superar la tendencia a privilegiar sus intereses en materia diplom&aacute;tica o econ&oacute;mica, aunque le dificulten hacer amigos en el mundo? &iquest;Debiera seguir atando sus pol&iacute;ticas exteriores a sus empresas en un marco global cada vez m&aacute;s competitivo? Esencialmente, &iquest;Barack Obama seguir&aacute; repitiendo en Afganist&aacute;n los errores de George W.Bush en Irak?<br />
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Durante los a&ntilde;os 90, EE.UU.(v&iacute;a consenso de Washington, 1989) supon&iacute;a que toda globalizaci&oacute;n era buena si era norteamericana. Por el contrario, el error llev&oacute; en la d&eacute;cada subsiguiente a la declinaci&oacute;n del poder estadounidense y dej&oacute; de promover sus valores e intereses. Insistir en ellos simplemente trasunta ceguera ante una realidad: existen modelos de globalizaci&oacute;n europeo, chino, indio, etc.<br />
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Pr&oacute;xima a terminar la primera d&eacute;cada (2001 a 2010), EE.UU. es apenas una entre varias &ldquo;marcas&rdquo; que compiten. Basta notar la frecuencia con que el pa&iacute;s se queda solo, militar (Bagdad), pol&iacute;tica (Honduras) o econ&oacute;micamente. No es que el planeta se torne antinorteamericano, sino que deja de ser norteamericano.</p>
<p>Sea como fuere, meros cambios de pol&iacute;ticas no resolver&iacute;an un problema cr&iacute;tico: el sector privado no financiero tambi&eacute;n mantiene una visi&oacute;n del mundo por dem&aacute;s centrada en EE.UU. Entonces, interpreta lo que sucede fuera en t&eacute;rminos de &ldquo;nosotros versus ellos&rdquo;. Pero sus balances indican claramente que esa visi&oacute;n es anacr&oacute;nica. <br />
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Cada uno de los tres &ldquo;imperios&rdquo; tiene su esfera geogr&aacute;fica natural de influencia. La UE extiende la suya a Europa sudoriental, el C&aacute;ucaso y &Aacute;frica septentrional. China pone la mira en Siberia oriental y el sudeste asi&aacute;tico. Por lo mismo, EE.UU. debiera crear una especie de &ldquo;uni&oacute;n norteamericana&rdquo;, distinta del tratado comercial hom&oacute;nimo (que da&ntilde;a a M&eacute;xico). Ello permitir&iacute;a optimizar recursos del hemisferio occidental, como los combustibles canadienses o el potencial latinoamericano<br />
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