Comité de Basilea: ideas de una doble reforma financiera

Expertos en supervisión, reunidos por el CB, definieron guías para bancarrotas internacionales. Vía un grupo resolutivo (GR), se establecen principios orientados a manejar liquidaciones de entidades financieras y limitar sus efectos en los mercados.

26 marzo, 2010

<p>6) El informe Valukas ha destacado muchas deficiencias de supervisión y control. Ciertos cambios muy deseables en el sistema regulatorio estadounidense están lejos de materializarse y, para peor, las reformas en carpeta no incorporan las mejores teorías circulantes. Ahora, un borrador de Paul Volcler se yuxtapone en el Senado con uno de Christopher Dodd.<br />
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7) Muchos políticos menean la idea de “bancos demasiado grandes para dejarlos caer”, en favor o en contra. Pero el lenguaje parlamentario, en cuanto a retórica financiera, suena particularmente hueco y sus propuestas quedan a la zaga de la UE. Concretamente, EE.UU. debería imitar sus métodos para liquidación compulsiva de activos tóxicos.<br />
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8) Aun dentro de ese país, la agencia para seguros sobre depósitos (Fdic en inglés) ha liquidado muchos bancos chicos o regionales en insolvencia, evitando contagios. Las propuestas de diputados y senadores dan mucha importancia a ampliar el marco de la Fdic para la liquidación ordenada de entidades financieras. <br />
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El proyecto en la cámara baja establecería un fondo de US$ 150.000 millones, financiado vía un gravamen a transacciones bancarias. El Senado prevé lo mismo, pero por un tercio de esa suma. Pero estas medidas no tienen en cuenta un detalle: el éxito de la Fdic radica en trabajar con instituciones chicas. <br />
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<p>2) Bancos y reguladores debieran desarrollar planes efectivos para promover flexibilidad en períodos de severas presiones financieras, facilitando la rápida y ordenada resolución de problemas Ello requiere adoptar conceptos como el de “living wills” (instrucciones o arreglos por anticipado), que lleven a la disolución no traumática y eficaz de bancas en insolvencia.<br /><br />3) Los riesgos pueden mitigarse mediante el empleo sistemático de mecanismos como la colateralización de deudas, la segregación de posiciones en manos de clientes y un mayor respaldo de contrapartes centrales reguladas. Estos instrumentos podrían asegurar que un arreglo fallido no dispare un colapso de mayores alcances. Pero, en general, los reguladores locales eluden este tipo de medidas. <br /><br />4) En la actualidad existen amplias divergencias entre los marcos nacionales para resolver bancarrotas de entidades financieras. El informe del GR recomienda al respecto una serie de cambios. Por ejemplo, las autoridades locales han de buscar convergencias de regímenes vía nuevos instrumentos regulatorios, acuerdos bilaterales o transfronterizos específicos y resolución coordinada de crisis que afecten a bancos con estructuras multijurisdiccionales. <br /><br />5) Las recomendaciones del comité son contingentes a cambios en sistemas regulatorios locales. Por eso, se trata de principios generales y legalmente operativos. Su significancia más amplia depende de que un grupo amplio de países o regiones las adopte; en particular, EE.UU., la Unión Europea, Japón, Brasil y otros.<br />Hasta el momento, la Eurozona y Gran Bretaña marchan al frente en materia de cambios para acotar daños sistémicos derivados de problemas en entidades financieras. Pero ya la competencia intraeuropea ha forzado liquidaciones de activos y contracciones de instituciones como ABN Amro, Loyd’s Bank o Royal Bank of Scotland. <br /><br /> </p>

<p>La reciente crisis sist&eacute;mica occidental indujo al comit&eacute; a examinar los colapsos de Bear Stearns, Groupe Fortis, Lehman Brothers, American International Group, el island&eacute;s Kaupthing, etc. Estos desastres subrayan serias vulnerabilidades en reg&iacute;menes locales de solvencia y escasa capacidad de los reguladores sectoriales para detectar, comunicar y coordinar esfuerzos correctivos.<br />
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Lehman Brothers era una estructura muy compleja, de amplios alcances operativos, con 3.000 sociedades en cincuenta pa&iacute;ses. Deficientes mecanismos internacionales de contralor no pudieron manejar substanciales liquidaciones de activos transfronterizos. Aun dentro de Estados Unidos, no hay una instancia &uacute;nica para resolver problemas de disoluci&oacute;n que afecten a conglomerados como AIG. Este d&eacute;ficit foment&oacute; la interesada idea de que ciertas instituciones deben rescatarse onerosamente &ldquo;por ser demasiado grandes para dejarlas caer&rdquo;.</p>
<p><strong>Recomendaciones</strong></p>
<p>El GR difundi&oacute; un informe basado en sus estudios sobre colapsos bancarios en EE.UU. y la Europa occidental. El texto contiene algunas recomendaciones relevantes, cuyo objeto es limitar en el futuro los da&ntilde;os sist&eacute;micos de las bancarrotas financieras.<br />
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1) Las autoridades regulatorias nacionales deben obtener mayores facultades para intervenir antes de que una espiral descendente salga de control. Anton Valukas, revisor federal de quiebras, se&ntilde;al&oacute; &ndash;en el informe sobre LB- que los reguladores norteamericanos no atinan a reaccionar ante crisis de liquidez. Tambi&eacute;n puso en evidencia la incapacidad de coordinar salvamentos en escala internacional.<br />
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